Los entrenadores de equipos deportivos entienden que el talento no es suficiente. Los miembros del equipo también deben estar motivados para dar lo mejor de sí. Inspirar al equipo a esforzarse al máximo es una parte importante del trabajo de un entrenador. La multitud de espectadores anima al equipo porque el ánimo ayuda a los jugadores a desempeñarse mejor. Si un miembro del equipo simplemente aprendiera las habilidades e hiciera su trabajo solo por recibir un pago, eso no sería suficiente para lograr la victoria.
Este principio no solo se aplica a los deportes, sino a toda organización. El éxito de una organización depende del compromiso de las personas involucradas. El verdadero compromiso significa que dedican sus habilidades y su mente para lograr que la organización tenga éxito.
El compromiso puesto en acción es dedicación. Una persona que muestra dedicación está conectada, involucrada y comprometida.
David trabajaba en un negocio que vendía madera de un gran campo. Su trabajo consistía en ayudar a los clientes a cargar sus camiones. Se dio cuenta de que había una pila de tablas en el campo que se había caído. Después de ayudar a un cliente, fue y apiló las tablas ordenadamente, aunque el jefe no le había dicho que lo hiciera.
► ¿Por qué hizo esto David?
Miguel jugaba al baloncesto en un equipo profesional. Durante un partido, pensó en hacer un tiro a canasta, pero no estaba en buena posición. Rápidamente lanzó el balón a otro jugador que estaba en mejor posición para anotar.
► ¿Por qué Miguel no intentó anotar él mismo?
Pedro trabajaba en una gasolinera, poniendo gasolina en los coches de los clientes. Cuando había muchos clientes, él literalmente corría hacia el siguiente cliente para ahorrar tiempo.
► ¿Por qué corría Pedro?
El domingo, Santiago se dio cuenta de que el tejado de la iglesia había sido dañado por la caída de un árbol. El lunes, compró material y acudió con sus herramientas para arreglar el tejado. Santiago no era dueño del edificio de la iglesia y no le pagaron por hacer este trabajo.
► ¿Por qué arregló Santiago el tejado?
Elizabeth trabajaba en un supermercado como cajera. Una tarde, cuando iba a tomar su descanso, vio que se había derramado aceite de cocina en el suelo. En lugar de tomarse su descanso, limpió el aceite derramado.
► ¿Por qué Elizabeth renunció a su descanso para limpiar el derrame?
Benjamín era diácono de la iglesia y maestro de la escuela dominical. Un domingo por la mañana llegó temprano a la iglesia y descubrió que el baño no había sido limpiado. Limpió el retrete antes de que llegara el resto de la congregación.
► ¿Por qué limpió Benjamín el retrete?
Si el dueño de un negocio es la única persona que se preocupa por su éxito, el negocio no funcionará bien. Si el pastor de la iglesia es la única persona que quiere que la iglesia tenga éxito, la iglesia fracasará. Si el entrenador es la única persona que quiere que el equipo gane, el equipo perderá.
Entender la dedicación
Que una persona sea dedicada significa que dará lo mejor de sí misma, no sólo lo que se le pide. Utilizará sus habilidades y sus ideas para la organización. No se limita a una cantidad de tiempo programada y a una tarea específica. No sólo sus manos, sino también su cabeza y su corazón están involucrados.
► ¿Qué crees que significa la siguiente cita?
Cuando el corazón, la cabeza, las manos y los hábitos están alineados, se obtienen niveles extraordinarios de lealtad, confianza y productividad.[1]
A veces los líderes asumen que la gente trabajará bien porque está bajo autoridad o porque se le paga. El hecho es que las personas trabajan mejor cuando sienten un compromiso personal con la organización.
Una organización que depende de los voluntarios puede hacer muy poco sin personas comprometidas. Las personas no comprometerán su tiempo y recursos a menos que compartan los objetivos de la organización.
Las personas de una organización no están todas en el mismo nivel de compromiso. Pueden estar en muchos niveles diferentes.
El líder aprecia a las personas que están muy comprometidas y depende de ellas. Puede que el líder no entienda por qué algunas personas no están comprometidas, pero su trabajo consiste en aumentar su nivel de compromiso.
Un líder debe invertir una cantidad significativa de tiempo a elevar el nivel de dedicación de su gente. Ese es uno de los trabajos más importantes del líder, y nadie más puede hacerlo tan bien como él. El líder está, o bien aumentando la dedicación de las personas, o bien obstaculizándola.
Las personas no están tan dedicadas como podrían estarlo. Los miembros de la iglesia tienen dinero disponible que no dan. Los miembros de la organización tienen tiempo, pero dicen que no están disponibles para ayudar. Los empleados de las empresas tienen ideas que no comparten.
A veces los pastores buscan a alguien de fuera de la iglesia para que les ayude o apoye económicamente. Sin embargo, tienen personas en la iglesia que pueden ayudar y no lo hacen, y personas en la iglesia que pueden dar y no lo hacen. El problema es la falta de compromiso. La gente de la iglesia no siente la iglesia como propia. El compromiso es una demostración de conexión: la gente no se comprometerá a menos que se sienta conectada/identificada con la organización y el líder.
Consideremos el ejemplo de una familia. Los miembros de una familia se ayudan mutuamente de muchas maneras sin esperar recompensas específicas por las cosas que hacen. ¿Por qué lo hacen? Porque son parte de la familia; están conectados.
Si las personas de una organización no están dando y haciendo lo que pueden, es porque no se sienten conectadas. Si una persona se siente conectada, los objetivos de la organización son sus objetivos, las necesidades de la organización son sus necesidades y el éxito de la organización es su éxito.
Los líderes a veces no reconocen la falta de compromiso. Piensan que su gente necesita formación, pero la formación no es la solución para alguien que no está haciendo lo que podría. El problema es que no está conectado.
[1]Ken Blanchard y Phil Hodges, The Servant Leader: Transforming Your Heart, Head, Hands, and Habits (Nashville: Thomas Nelson, 2003), 15
Señales de falta de conexión en la organización
Los líderes tienen dificultades para reclutar miembros para las responsabilidades.
Los miembros se sienten poco incluídos en las decisiones.
Los miembros se van fácilmente cuando hay problemas.
Los miembros critican su propia organización con los de fuera.
Los miembros no se preocupan por el éxito de la organización.
En las conversaciones, los miembros se distinguen a sí mismos de la organización.
Un miembro que no se siente vinculado habla de la organización como si fuera una entidad distinta, independiente de sus miembros. Habla de lo que debería hacer la organización. Utiliza el término ellos en lugar del término nosotros.
Los líderes en una organización que no está bien conectada se separan de las personas de la organización. Hacen que sea difícil para las personas contactarlos y comunicarse con ellos. Los líderes mantienen su trabajo como un misterio que la gente no puede entender. No quieren escuchar sugerencias ni quejas.
[1]Cuando una organización es así, la voluntad del líder es la única realidad reconocida; todos los demás hechos son ignorados. Las personas sobreviven ocultando sus errores. Como no se sienten conectadas con el liderazgo, las personas temen la información y la verdad.
Cuando las personas no se sienten seguras dentro de la organización, tratan de protegerse a sí mismas y a otros de los cambios y del liderazgo. También se enfocan en sus propios problemas en lugar de los desafíos de la organización. Debido a que están lidiando con conflictos personales, no pueden enfocarse en logros positivos y desinteresados.
A veces las reuniones de la organización muestran que los miembros no están conectados. La gente se aleja de las reuniones si
Creen que la reunión no es importante para las operaciones.
No creen que su propia participación marque la diferencia.
No comparten los objetivos de los líderes y no quieren participar.
Si los miembros están dejando una iglesia y uniéndose a otras iglesias, a menudo es una señal de desconexión. Generalmente, las personas no dejan una organización si realmente se sienten conectadas, aunque otra organización tenga mejores métodos y programas.
Si los jóvenes con potencial de liderazgo están dejando una organización, muchas veces es porque no están conectados. Si desean aumentar su nivel de responsabilidad, pero ven que no hay oportunidades para formar parte de la administración establecida, pueden unirse a otras organizaciones que les ofrezcan oportunidades de servicio.
[1]“El espíritu de la envidia puede destruir; nunca puede construir”. - Margaret Thatcher
Ejemplos de la Escritura
Durante el reinado del rey Salomón sobre Israel, un hombre llamado Jeroboam se rebeló contra su autoridad (1 Reyes 11:26). Debido a su rebelión, Jeroboam tuvo que huir a Egipto para evitar ser asesinado (1 Reyes 11:40). Después de la muerte de Salomón, Jeroboam regresó a Israel para ver si había una oportunidad de tomar el poder (1 Reyes 12:2). Lideró a un grupo de representantes de las tribus para hablar con el nuevo rey, Roboam, hijo de Salomón (1 Reyes 12:3-4).
Antes de responder a Jeroboam y a los representantes, el joven rey Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a su padre (1 Reyes 12:6). Ellos le respondieron: “Si hoy se hace servidor de este pueblo, y les sirve y les concede su petición y les dice buenas palabras, entonces ellos serán sus siervos para siempre” (1 Reyes 12:7). Le dijeron que debía conectarse con el pueblo demostrando que se preocupaba por sus necesidades. Entonces, el pueblo vería que el reino era para ellos, y serían leales. Compartirían las metas, los problemas, las necesidades y el trabajo del reino.
Roboam no escuchó este consejo. Insensatamente, le dijo al pueblo que los trataría con dureza y que gobernaría sin preocuparse por su bienestar (1 Reyes 12:13-14). Estaba asumiendo que no tenían otra opción más que obedecerlo.
Como resultado de la respuesta de Roboam, la mayoría del pueblo se separó de él. Decidieron que el reino no les pertenecía y que debían ocuparse de sus propias necesidades (1 Reyes 12:16). Es importante entender que los miembros de una organización que no se sienten conectados se preocupan por sus propias necesidades y no por las metas de la organización. Incluso si no se van, trabajan solo para sus propios intereses.
Roboam pensó que su posición era suficiente. Creyó que su autoridad significaba que no tenía que pedir compromiso. Su respuesta ante la separación fue tratar de usar la autoridad. Aun así, no intentó entender las necesidades del pueblo. Envió a un representante para dar órdenes al pueblo, pero eso no funcionó (1 Reyes 12:18).
El pueblo se enojó, y diez tribus decidieron que era mejor seguir a Jeroboam (1 Reyes 12:20).
Roboam planeó enviar al ejército para luchar contra esas tribus, pero Dios lo detuvo (1 Reyes 12:21-24). El reino nunca volvió a estar unido.
Al final, Jeroboam llevó al pueblo a la idolatría para evitar que regresaran a Jerusalén a adorar (1 Reyes 12:26-29).
En esta situación, ¿quién fue el buen líder y quién fue el mal líder? Ambos fueron malos. La necedad de Roboam le dio una oportunidad a un líder ambicioso con mal carácter.
Jeroboam estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener poder para sí mismo, incluso apartar al pueblo de la adoración a Dios. Muchos líderes de ministerio aún usan la insatisfacción de las personas para construir su propia influencia. A menudo usan la deshonestidad, fomentan el chisme y la deslealtad, y enseñan falsas doctrinas.
Cómo establecer una conexión
... Tu única verdadera ventaja competitiva es tu relación con tu gente... Lo único que tu competencia nunca podrá quitarte es la relación que tienes con tu gente...[1]
Las conexiones se construyen principalmente a través de relaciones con personas individuales, no con multitudes. Un líder que quiere construir una conexión personal con su gente debe comenzar con los principios simples de la amabilidad. Debe elogiar a las personas por sus cualidades. Debe conversar con ellas sobre temas que no estén relacionados con el trabajo. Debe mostrar interés en sus familias y en sus situaciones personales. Debe tratarlas con respeto y demostrar que las valora.
El Instituto Dale Carnegie impartía una clase nocturna para profesionales de negocios, enseñándoles cómo ser amables y establecer conexiones con las personas. Cuando los estudiantes tomaron el examen, se sorprendieron con una pregunta. La pregunta inesperada era: “¿Cuál es el nombre de la mujer que siempre está limpiando en el vestíbulo cuando ustedes salen de clase?”. Los estudiantes habían pasado junto a ella muchas veces al salir de clase para ir a casa, pero no la consideraron lo suficientemente importante como para prestarle atención, a pesar de que venían de una clase sobre cómo ser amables y establecer conexiones. Ellos habían asumido que debían usar sus nuevas habilidades solo para conectarse con personas importantes. Todo cristiano debe tratar a las personas con una amabilidad que respete su valor, y un líder debe desarrollar especialmente ese hábito.
Nunca escribas nada a nadie, ni siquiera en una carta personal, si no quieres que se publique o se cite. No sabes quién puede verlo. Cuando hables con la gente en una conversación, recuerda que tus palabras pueden ser citadas por otros. No digas cosas que te daría vergüenza explicar a otras personas después.
Algunos líderes quieren impresionar a su gente para que ésta quiera seguirles. Pero, para establecer conexiones, es más importante que tu gente te impresione, que tú los impresiones a ellos. Hay un viejo dicho: “No les importa cuánto sabes hasta que saben cuánto te importa”.
Muchos líderes son débiles en su capacidad de escucha porque creen que ya entienden la situación, saben lo que hay que hacer y están preparados para convencer a los demás. La gente no se compromete si no se valoran sus opiniones. Al no escuchar ni valorar las opiniones, un líder disminuye el valor de su gente, por lo que ellos no dan lo mejor de sí.
A veces las personas de una organización tienen sentimientos fuertes. Hablan con ira o frustración. Un líder puede cometer el error de intentar darles instrucciones mientras ellos simplemente sienten la necesidad de expresar sus sentimientos.
Stephen Covey lo explica:
Por lo general, mientras una persona se comunica con gran emoción, todavía no se siente comprendida.
Por lo general, una persona no le pedirá consejo hasta que se sienta comprendida. Ofrecer un consejo antes de tiempo sólo provocará más emociones – o hará que la persona simplemente ignore lo que usted dice.
La próxima vez que te encuentres en esa situación, prueba lo siguiente: en lugar de intentar hacer cambiar de opinión a la persona emocional, escucha. Demuestra que comprendes afirmando sus sentimientos (“Te sientes frustrado porque...”) aunque no estés de acuerdo con sus opiniones. Verás cómo empiezan a calmarse y, finalmente, a escucharte porque creen que les entiendes. Hasta que no crean que les entiendes, no creerán que tu opinión importa.
Dirija haciendo preguntas – no para manipular, sino para comprender y estimular el pensamiento. Si las personas que podrían ayudar no lo hacen, las preguntas les ayudarán a comprometerse. Si comparten tus valores, puedes conseguir que te ayuden a alcanzar los objetivos. Pregunte,
“¿Qué crees que podríamos hacer mejor?”
“¿Qué crees que deberíamos intentar hacer?”
“¿Cómo podríamos hacer un mejor trabajo en ______?”
Si piensas que la idea de una persona es buena, esa persona pensará que tú eres inteligente. A medida que las personas te ayudan con ideas, también querrán ayudarte con el trabajo. Las personas no quieren ayudar si sus ideas no son valoradas.
El líder debe tener un medio para recibir quejas e información negativa. Las personas no se comunican a menos que sientan que es seguro hacerlo. Si piensan que serán castigadas por estar en desacuerdo, no darán su opinión.
La costumbre de tener reuniones pequeñas antes de una reunión grande fomenta la dedicación. Antes de tener una reunión con todos en la que propondrás un cambio, habla con personas y grupos pequeños para conocer sus opiniones y explicar tu plan. Pregúntales qué piensan y asegúrate de escuchar con atención. Responde a sus objeciones para que esas objeciones no surjan en la reunión principal. Las personas en la reunión general no deberían sorprenderse por las decisiones del líder; deben saber qué esperar.
Los líderes no deberían sorprender a la gente con sus decisiones. Si la gente de la organización se sorprende a menudo por lo que hacen sus líderes, éstos no están explicando bien sus valores y cómo piensan respaldarlos. La confianza en la organización se fortalece si las personas sienten que las decisiones no se tomarán de repente sin que las entiendan. Compartirán la visión si consiguen discutirla e influir en ella antes de que se promueva.
El líder debe dar a las personas acceso a la misma información que le motiva a él. No pueden compartir sus objetivos a menos que estén motivados por la misma información.
[1]Ken Blanchard, Thad Lacinak, y Chuck Tompkins, Whale Done: The Power of Positive Relationships (New York: Free Press, 2002), 58
Servir a los clientes
► ¿Tiene una iglesia clientes? ¿Se aplica al ministerio el concepto de servir a los clientes?
► Un alumno debe leer 1 Pedro 5:2-4 al grupo.
Dios da a los pastores el trabajo de servir a la gente de la iglesia. Debemos discernir sus necesidades y cuidar de ellas como un pastor cuida de sus ovejas.
Como líderes de la iglesia, debemos estudiar los principios del servicio al cliente, no desde la prioridad de hacer que un negocio tenga éxito, sino desde la prioridad de satisfacer las necesidades de las personas. Nuestra prioridad es cumplir con la tarea que Dios nos ha dado.
Toda organización – ya sea una empresa, un ministerio u otro tipo – existe para satisfacer las necesidades de las personas. Por lo tanto, toda organización necesita una clara visión de servicio. Algunos principios funcionan de la misma manera tanto para una empresa como para un ministerio.
La visión y los valores del servicio deben ser claros para que todos los miembros de la organización se centren en lo que es importante y sepan qué comportamientos se esperan.
Las grandes empresas se dan cuenta de que sus clientes más importantes son su propia gente: empleados y directivos. Si los líderes cuidan de su gente y les animan a aportar sus cerebros al trabajo, la gente se desvivirá por cuidar de los clientes. La fidelidad de los clientes es lo que se consigue cuando se crea un entorno motivador para la gente.[1]
Muchas personas aceptan un servicio de baja calidad sin quejarse porque no esperan que el servicio sea mejor. Eso no significa que estén satisfechos. Si aparece una opción mejor, la cambiarán rápidamente. Por lo tanto, un líder no puede asumir que todo está bien sólo porque la gente no se queja.
Si la gente abandona una iglesia u otra organización por razones triviales o incluso sin motivo, hay una falta de satisfacción. Los líderes no deben esperar a escuchar las quejas.
La excelencia constante requiere un programa de formación y una mejora constante. La constancia es importante porque si se crean grandes expectativas, pero no se cumplen, la gente se siente decepcionada.
El servicio comienza con la amabilidad ordinaria. Ser amable con alguien significa tratarlo como una persona, no solo como un encuentro comercial. Cuando conversas con alguien sobre algo que no está relacionado con una transacción, esa persona siente que estás interactuando con él de manera amistosa.
Más allá de la amabilidad, preste atención a las necesidades de las personas. Intenta ver una necesidad y ayudar de forma única más allá de los servicios rutinarios.
Evidentemente, una organización no puede proporcionar todo a todo el mundo, pero debe satisfacer ciertas necesidades de forma excepcional.
Considera:
¿Qué tipo de personas quieres atraer?
¿Qué quieres conseguir?
¿Qué necesidades debes satisfacer?
Un líder debe imaginar lo que sería el servicio perfecto, y luego desarrollar y corregir su comprensión hablando con las personas a las que sirve.
► Considere su organización. ¿Qué tipo de personas quiere atraer? ¿A qué necesidades debe responder?
► Piensa en el tipo de personas a las que sirve tu organización. ¿Qué buscan cuando acuden a ti? ¿Qué podrías ofrecer más allá de sus expectativas?
[1] Ken Blanchard, Kathy Cuff y Vicki Halsey, Legendary Service: The Key is to Care (Nueva York: McGraw-Hill, 2014), 5
Conclusión
► ¿Cómo esperas cambiar tus metas o acciones a causa de esta lección?
Cinco Declaraciones Resumidas
1. Las personas trabajan mejor cuando sienten un compromiso personal con la organización.
2. Un líder debe dedicar tiempo a elevar el nivel de compromiso de su gente.
3. Si las personas de una organización no dan y hacen lo que pueden, no se sienten conectadas.
4. El líder debe disponer de un medio para recibir las quejas y la información negativa.
5. Los líderes no suelen sorprender a la gente con sus decisiones.
Lección 9 Tareas
1. Escribe un párrafo que resuma un concepto importante de esta lección. Explica por qué es importante. ¿Qué bien puede hacer? ¿Qué daño puede causar su desconocimiento?
2. Explica cómo vas a aplicar los principios de esta lección a tu propia vida. ¿Cómo cambia esta lección tus objetivos? ¿Cómo piensas cambiar tus acciones?
3. Memoriza las cinco declaraciones resumidas de la lección 9. Prepárate para escribirlas de memoria al comienzo de la siguiente sesión de clase.
4. Antes de la siguiente sesión, lee 1 Corintios 12.
SGC exists to equip rising Christian leaders around the world by providing free, high-quality theological resources. We gladly grant permission for you to print and distribute our courses under these simple guidelines:
No Changes – Course content must not be altered in any way.
No Profit Sales – Printed copies may not be sold for profit.
Free Use for Ministry – Churches, schools, and other training ministries may freely print and distribute copies—even if they charge tuition.
No Unauthorized Translations – Please contact us before translating any course into another language.
All materials remain the copyrighted property of Shepherds Global Classroom. We simply ask that you honor the integrity of the content and mission.