El poder de la comunicación
“Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo” (Proverbios 25:11). Lo que se dice en el momento adecuado, y se dice bien, es una obra de arte. Comunicar bien es una habilidad que se puede desarrollar.
La gente se lleva la impresión de tu inteligencia, confianza y capacidades por tu capacidad de comunicación. Si esa impresión es favorable, ganas influencia sobre ellas. Tu efectividad en el ministerio depende de la capacidad de influir en otros, por lo tanto, es importante llegar a ser un buen comunicador.
Además, la mayor parte del ministerio consiste en la comunicación. Predicar, enseñar, aconsejar y animar se hace mediante la comunicación. La mayoría de los líderes del ministerio son buenos oradores. Es muy raro que una persona que no es un buen orador sea un líder efectivo.
► Hay un viejo dicho: “La pluma es más poderosa que la espada”. ¿Qué crees que significa esto?
El poder físico no puede igualar el poder de una idea comunicada eficazmente. Un arma obliga a la gente a hacer algo, pero una idea se gana sus mentes y sus corazones. Por eso algunos gobiernos limitan la libertad de expresión.
► Un alumno debe leer Santiago 3:1-8 al grupo. Discutan lo que dice este pasaje sobre el poder de la comunicación.
Este pasaje habla sobre todo del potencial de la lengua para hacer daño. El poder de la comunicación puede utilizarse para el bien o para el mal. Dios ha elegido la comunicación humana, potenciada por el Espíritu Santo, como medio para anunciar su plan de salvación (1 Corintios 1:21).
Debido al poder de la comunicación, un creyente debe utilizarla siempre con cuidado. Como orador, debe seguir la ética cristiana. Esté siempre del lado de la verdad. Nunca abogues por un plan o proyecto en el que realmente no tengas confianza. Nunca intente controlar a la gente diciéndoles cosas que no son exactamente ciertas, o reteniendo información importante para ellos.