Al finalizar esta lección, el estudiante será capaz de:
(1) Conocer la fecha probable y el contexto histórico de las Epístolas Pastorales.
(2) Identificar los temas principales y los propósitos de las Epístolas Pastorales.
(3) Determinar los requisitos bíblicos para los líderes de la iglesia.
(4) Desarrollar un respeto creciente por las responsabilidades de un pastor en áreas tales como instrucción doctrinal, organización de la iglesia y liderazgo espiritual.
(5) Asumir el desafío de una vida de fidelidad al llamado de Dios.
(6) Resumir los principios prácticos para el ministerio cristiano que se encuentran en las Epístolas Pastorales.
(7) Relacionar el mensaje de estos libros con las necesidades del mundo actual.
► Mencione algunos temas que inquietan a los pastores jóvenes. Luego, identifique cuáles de estos temas son tratados en 1 y 2 Timoteo y Tito. Lea 1 y 2 Timoteo y Tito
► Memorice 2 Timoteo 4:7-8 y Tito 2:11-14
Introducción
1 y 2 Timoteo y Tito se conocen como las Epístolas Pastorales o Cartas Pastorales. Pablo escribió estas cartas a dos jóvenes ministros a los cuales él había entrenado. Estos eran ahora pastores que estaban dirigiendo iglesias. Pablo les escribe para abordar algunos problemas que estaban surgiendo en sus iglesias.
En contraste con las cartas a las iglesias, estas son cartas personales. Son las cartas que un maestro respetado les escribe a sus discípulos, quienes están enfrentando desafíos en sus primeras experiencias pastorales. Debido a este trasfondo, estos libros son recursos valiosos para los nuevos pastores que buscan consejo bíblico sobre cómo dirigir sus congregaciones.
Autor y Fecha de las Epístolas Pastorales
1 Timoteo y Tito fueron escritas por Pablo, probablemente entre los años 64 y 65 d.C. 2 Timoteo es la última carta de Pablo, escrita poco antes de su martirio en el 66 o 67 d.C.
En este curso no hemos prestado mucha atención a las discusiones en torno a la autoría de los libros del Nuevo Testamento. Como evangélicos, aceptamos el testimonio del Nuevo Testamento con respecto a los autores. Sin embargo, dado que la autoría de las Cartas Pastorales a menudo es motivo de debate, es importante considerar los argumentos que respaldan la autoría de Pablo.
Los argumentos que cuestionan que Pablo sea el autor de 1 y 2 Timoteo y Tito son:
Cronología. Estos libros no encajan dentro de la cronología de Hechos.
Estilo. El estilo literario de estas cartas es diferente al de las otras cartas de Pablo.
Contenido. Parte del contenido de estas cartas muestra un énfasis diferente al de las otras cartas de Pablo. Por ejemplo, en las Cartas Pastorales, Pablo hace un gran énfasis en la estructura de la iglesia y en sus líderes. Sus otras cartas no tienen este énfasis.
Aunque no hay espacio para considerar este tema a profundidad, una breve respuesta a cada uno de los argumentos anteriores muestra que tenemos suficiente razón para aceptar a Pablo como el autor de estas cartas.
Cronología. Las Cartas Pastorales no datan del período de tiempo que abarca Hechos. La tradición antigua de la iglesia registra que Pablo fue liberado de prisión alrededor del año 62 d.C. Después partió a un cuarto viaje misionero durante el cual visitó Creta,[1] Éfeso,[2] Macedonia[3] y Nicópolis,[4] y puede ser que haya visitado España. Las Cartas Pastorales fueron escritas durante este cuarto viaje.
Estilo. El argumento acerca del estilo literario es subjetivo. Una carta personal a un colaborador cercano tiene un estilo muy diferente al de las cartas a las iglesias.
Contenido. Este argumento es similar al del estilo literario. Las cartas dirigidas a sus colaboradores cercanos tienen énfasis diferentes a los de las cartas a las iglesias.
Tanto Hechos como las primeras cartas de Pablo se refieren a los líderes de la iglesia como ancianos, obispos y diáconos.[5] Pablo escribe estas cartas a Tito y Timoteo con el propósito de guiarlos en su labor de dirigir y organizar las jóvenes iglesias; es natural que haga un énfasis especial en los requisitos para los líderes de las iglesias.
Las referencias personales en estas cartas también respaldan la autoría de Pablo. 2 Timoteo y Tito terminan con afirmaciones específicas relacionadas con Pablo. Él escribe acerca de colaboradores como Demas, Crescente y Lucas. Menciona su plan para una futura reunión con Tito. Recuerda a Juan Marcos, con quien había tenido un conflicto años atrás. También escribe sobre su muerte inminente. Claramente estas cartas fueron escritas por Pablo a dos colaboradores cercanos.
La evidencia más importante de la autoría de Pablo es el propio testimonio de las Escrituras. Cada carta inicia identificando a Pablo como autor.[6] Para los evangélicos, que aceptamos la inspiración y la veracidad de las Escrituras, esto es evidencia suficiente. Desde sus primeros días, la iglesia ha aceptado estas cartas como inspiradas por Dios a través del Apóstol Pablo.
Durante su cuarto viaje, después de haber sido liberado de prisión, Pablo dejó a Timoteo pastoreando la iglesia en Éfeso, y él continuó hacia Macedonia.[1] Esta joven iglesia había sido plantada por Pablo entre cinco y ocho años atrás. Pablo escribe esta carta para dar instrucciones en cuanto a los falsos maestros, para animar al joven Timoteo en su posición como pastor, y para dar instrucciones específicas en materia de políticas de la iglesia y de la designación de líderes.
Contenido
Falsos Maestros en la Iglesia
La intención primordial de Pablo al escribir esta carta es ayudar a Timoteo a enfrentar a los falsos maestros que estaban causando problemas en la iglesia en Éfeso. Pablo no entra en detalles en cuanto a la enseñanza de estos falsos maestros; más bien advierte sobre los efectos de su enseñanza. La falsa enseñanza da lugar a disputas y discusiones.[2] Estos falsos maestros querían ser vistos como doctores de la ley, pero no entendían lo que estaban enseñando.[3] En lugar de «vana palabrería» (especulaciones y discusiones vacías), Dios quiere que sus hijos se edifiquen unos a otros («edificación de Dios») en el amor nacido de un corazón limpio, de buena conciencia y de fe no fingida.[4]
Al parecer, parte del mensaje de los falsos maestros tenía que ver con un uso indebido de la ley. Pablo afirma el valor de la ley «si uno la usa legítimamente», y muestra los pecados que resultan de la desobediencia a los principios que la ley enseña.[5] Mientras que Gálatas muestra que los cristianos son justificados por gracia y no por la ley, 1 Timoteo muestra que la ley juega un papel importante para advertir acerca de conductas que desagradan a Dios.
Pablo da tres respuestas a estos falsos maestros:
Ánimo a Timoteo. Pablo da su propio testimonio como alguien que había sido enemigo de Cristo, pero que recibió misericordia. Por esta razón, Timoteo puede emprender «la buena milicia» con confianza en el poder de Cristo para transformar vidas.[6]
Énfasis en la Verdadera Enseñanza.Pablo responde a la falsa doctrina con la verdadera doctrina. En 1 Timoteo 4, Pablo prescribe la sana doctrina como antídoto contra el veneno de la falsa doctrina.
Advertencia contra la Motivación Incorrecta. Más adelante en la carta, Pablo habla de la motivación de los falsos maestros. En 1 Timoteo 6, Pablo advierte que su enseñanza surge del orgullo, la avaricia y de una mente corrupta. La respuesta a esto es el contentamiento con lo que tenemos. El amor al dinero ha causado que algunos se aparten de la fe. En contraste, los verdaderos cristianos deben seguir la «justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre».[7]
Instrucción para la Iglesia
► ¿Cuáles requisitos deben cumplir los líderes en su congregación? Hagan una lista y compárenla con 1 Timoteo 3 y Tito 1.
Gran parte de 1 Timoteo consiste en el consejo de Pablo para Timoteo. Pablo orienta al joven Timoteo en temas tales como:
Oración congregacional y adoración pública (1 Timoteo 2)
El tema de la adoración y la conducta durante la adoración en público era importante para un joven pastor como Timoteo.
Requisitos para los líderes de la iglesia (1 Timoteo 3)
Había dos puestos de liderazgo en la iglesia primitiva. Los obispos (o «supervisores») enseñaban y predicaban; eran responsables de cuidar del rebaño y proteger a sus miembros del peligro espiritual.[8] Los diáconos también tenían responsabilidades espirituales, pero eran responsables específicamente de las áreas de servicio material.[9] Los requisitos de Pablo para ambos puestos se enfocan más en el carácter que en las tareas. La principal preocupación de Pablo era que los líderes de la iglesia tuvieran un carácter que los acreditara para dirigir la iglesia de Dios.
Las necesidades de grupos especiales dentro de la iglesia (1 Timoteo 5:1-6:2)
Otro asunto importante para un joven pastor es cómo atender las necesidades de una variedad de grupos dentro de la iglesia. Pablo da instrucciones sobre cómo ayudar a las viudas, a los ancianos, e incluso a los esclavos.
Conclusión
Pablo concluye su carta a Timoteo con una exhortación a la fidelidad en la «buena batalla de la fe» y un recordatorio de que no debe distraerse con «profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia».[10] A Timoteo se le había encomendado el evangelio. Ese debía ser su enfoque principal – y debe ser el enfoque principal de todo pastor que quiera seguir los pasos de Timoteo.
Tito era un creyente gentil que probablemente se había convertido bajo el ministerio de Pablo.[1] Estuvo con Pablo en el Concilio de Jerusalén y representó a Pablo en Corinto durante sus luchas con esta iglesia tan conflictiva. Cuando esta carta fue escrita, Tito estaba sirviendo en la isla montañosa de Creta. Después de su visita a Creta, Pablo dejó a Tito a cargo de supervisar las iglesias en las ciudades altamente pobladas a lo largo de la costa.
Al final de la carta, Pablo le pide a Tito que se reúna con él en Nicópolis.[2] De acuerdo con 2 Timoteo 4:10, al parecer Tito luego fue enviado de Nicópolis al pueblo cercano de Dalmacia. Para entonces, Pablo había sido arrestado y enviado a Roma, donde sufrió el martirio.
Propósito
Al igual que 1 Timoteo, la carta a Tito fue escrita para guiar a un joven pastor en la edificación de la iglesia local. Pablo habla acerca de los falsos maestros, el liderazgo de la iglesia y la conducta cristiana. Un tema central de la carta es la importancia del estilo de vida cristiano como demostración de la fe que salva.
Contenido
El Peligro de los Falsos Maestros
La falsa enseñanza era un peligro constante en la iglesia primitiva. Pablo responde de tres formas:
Pide un liderazgo sólido en la iglesia (Tito 1:5-9).
Argumenta que el estilo de vida de estos falsos maestros es prueba del error de su mensaje (Tito 1:10-16 y 3:9-11).
Describe cómo debe ser una vida recta (Tito 2:1-3:9). Como siempre, el enfoque de Pablo es enfatizar la verdad, no solamente atacar el error.
La Importancia de las Buenas Obras
Los falsos maestros eran reconocidos por el estilo de vida perverso que su enseñanza producía. Quienes seguían a estos falsos maestros en Creta eran abominables, rebeldes y reprobados.[3] Del mismo modo, la verdadera enseñanza debe reconocerse por el estilo de vida que promueve. Después de advertir sobre la falsa enseñanza, Pablo dedica buena parte de su carta a describir la verdadera vida cristiana. Pablo insiste en que la sana doctrina debe llevar a una conducta correcta.
Pablo desafía a Tito a enseñar «lo que está de acuerdo con la sana doctrina».[4] Si los miembros de la iglesia en Creta vivían de la manera correcta, sus vidas reflejarían la doctrina enseñada por Pablo y Tito. Pablo da instrucciones específicas para los ancianos y las ancianas, los jóvenes y las señoritas, y para los siervos. Pablo le recuerda a Tito que un líder debe ser un modelo de buenas obras y de la sana doctrina.
Un estilo de vida piadoso es un valioso testimonio a la verdad del evangelio. Pablo da dos motivaciones para las buenas obras:
Una motivación negativa: «…para que la palabra de Dios no sea blasfemada».[5]
Una motivación positiva: «…para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador».[6]
Nuestro estilo de vida debe reflejar el modelo de Jesús, «quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras».[7] Los no creyentes son atraídos al evangelio a través de la vida de cristianos consagrados.
La enseñanza de Pablo en esta carta es un complemento importante de su enseñanza en Gálatas. En Gálatas, Pablo advierte acerca de los que creen que a través de las buenas obras pueden obtener la justificación. En Tito, Pablo advierte acerca de aquellos que enseñan que la justificación no produce buenas obras.
Cuando hemos sido justificados por gracia por medio de la fe, vivimos una vida transformada. En Tito y Gálatas, Pablo deja claro que somos salvos «no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia».[8] Aunque no somos salvos por nuestras buenas obras, la salvación cambia cada aspecto de nuestra vida. Antes de ser justificados, éramos «insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites…». [9] Ahora que hemos sido transformados, debemos ocuparnos «en buenas obras».[10]
Pablo concluye con instrucciones personales. Le informa a Tito que va a enviar a Artemas o a Tíquico para sustituirlo en Creta, y le pide que reúna a Zenas y a Apolos, y que viaje a Nicópolis para encontrarse con él.
[11]«La gracia de Dios se ha manifestado… a todos los hombres». «Tal como el sol brilla sobre todo ser humano, así mismo el Sol espiritual se ha manifestado a todos. En ambos casos, solo aquellos que por voluntad propia cierran sus ojos son privados de este generoso don».
- Adaptado de Adam Clarke, Comentario del Nuevo Testamento
2 Timoteo
Propósito
2 Timoteo, la última carta de Pablo, fue escrita entre los años 65 y 67 d.C., mientras Pablo esperaba su sentencia de muerte en Roma. Algunos compañeros lo habían abandonado, y otros estaban lejos sirviendo en el ministerio, de modo que Pablo estaba solo. Le escribe a Timoteo para pedirle ayuda. Pablo tenía frío, así que le pide a Timoteo que le lleve un capote. También necesita ayudantes, por lo que le pide que lleve a Marcos. Pablo quiere seguir trabajando hasta el fin, así que le pide a Timoteo que le lleve sus libros, «mayormente los pergaminos».[1]
Los Dos Encarcelamientos de Pablo
Primer Encarcelamiento
Segundo Encarcelamiento
Acusado por los judíos
Arrestado por Roma
Pablo tiene cierta libertad para recibir visitas
Pablo está solo la mayor parte del tiempo
Está bajo arresto domiciliario
Está en una fría celda en prisión
Termina con la liberación de Pablo
Termina con la ejecución de Pablo
Contenido
Fidelidad
Al acercarse al fin de su vida, Pablo mira en retrospectiva, a una vida que ha sido vivida en fiel obediencia al llamado de Dios. También mira hacia el futuro, a aquellos como Timoteo, que llevarán adelante el ministerio después de su partida. En este momento de su vida, la fidelidad es una preocupación importante para Pablo. Por eso insta a Timoteo a permanecer fiel en el ministerio.
Como ejemplos de infidelidad, Pablo menciona a algunos en la provincia de Asia que lo habían abandonado, específicamente Figelo y Hermógenes.[2] Pablo se siente desilusionado por los colaboradores que se apartaron del camino. Más adelante menciona a Demas, otro compañero que lo había abandonado.[3] La fidelidad a Dios no asegura una vida libre de desilusiones. Probablemente, más que los sufrimientos físicos como el naufragio, los azotes y los encarcelamientos, y más que las presiones mentales de tener que tratar con los problemas en las iglesias, como en Galacia y Corinto, Pablo sufría el dolor emocional del abandono en este tiempo crítico.
Afortunadamente, Pablo puede gozarse en los ejemplos de fidelidad. Recuerda a Onesíforo, un ejemplo de servicio tanto en Éfeso como en Roma.[4] Menciona a otros colaboradores como Crescente, Tito y Tíquico, que están sirviendo fielmente.[5] En una maravillosa demostración de la gracia de Dios, Pablo pide que Marcos acompañe a Timoteo a Roma. Marcos había abandonado a Pablo durante su primer viaje misionero y fue el causante de la separación de Pablo y Bernabé.[6] Quince años después Marcos demuestra que es digno de confianza; Pablo pide la ayuda de Marcos, «porque me es útil para el ministerio».[7]
Estos son más que recuerdos personales; Pablo quiere inspirar fidelidad en Timoteo. Con una serie de metáforas, Pablo demuestra lo que significa ser fiel:
Un soldado es fiel a aquel que lo reclutó (2 Timoteo 2:3-4).
Un atleta compite de acuerdo con las reglas (2 Timoteo 2:5).
Un labrador muestra que la fidelidad va a recibir una recompensa futura (2 Timoteo 2:6).
Falsos Maestros
La amenaza de la falsa enseñanza sigue siendo una verdadera preocupación para Pablo. Pablo exhorta a Timoteo a permanecer fiel y a no dejarse distraer por «cuestiones necias e insensatas». Éstas vienen de «los malos hombres y los engañadores», los cuales «irán de mal en peor, engañando y siendo engañados».[8] Más bien, Timoteo debía persistir «en lo que has aprendido y te persuadiste…».[9] Pablo instruye a Timoteo, «…que prediques la palabra»; «…redarguye, reprende, exhorta»; «…sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista»; en pocas palabras, «…cumple tu ministerio».[10] Aquí, al igual que en 1 Timoteo y Tito, la respuesta a la falsa enseñanza es la fidelidad a la verdad.
Despedida
2 Timoteo es la despedida de Pablo de la vida y el ministerio terrenal. Sin embargo, Pablo enfrenta el futuro con confianza; está aguardando la recompensa de su fidelidad.
Años antes, Pablo había testificado, «Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carreracon gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios».[11] Ahora, al enfrentar la muerte, Pablo testifica, «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida».[12]
Las Epístolas Pastorales enseñan la importancia de la sana doctrina. La respuesta más efectiva a la falsa enseñanza es la verdad. En estas cartas, Pablo presta más atención a la doctrina correcta que a la falsa enseñanza. De igual manera, nuestra respuesta más efectiva a las falsas doctrinas en la actualidad es el evangelio, «la fe que ha sido una vez dada a los santos».[1]
En una época en la que el fracaso moral y la enseñanza herética han destruido a algunos líderes de la iglesia, las Epístolas Pastorales tienen un gran valor, al enseñar los requisitos para el liderazgo de la iglesia. Ninguna iglesia puede darse el lujo de ignorar estos estándares. Las iglesias sabias elegirán líderes que estén comprometidos con las cualidades que Pablo identifica en 1 Timoteo y en Tito.
Tito enseña la importancia de las buenas obras como demostración del evangelio. La vida de algunos que afirman ser cristianos en ocasiones ha perjudicado el testimonio de la iglesia. Los cristianos verdaderos deben vivir de tal manera que hagan el evangelio atractivo para los no creyentes. La doctrina correcta debe llevar a una conducta correcta.
Las palabras finales de Pablo transmiten un llamado a la fidelidad de por vida. Quienes sirven en el ministerio enfrentan una vida llena de desafíos. Al igual que Pablo, pueden ser abandonados por sus colaboradores. Al igual que Tito y Timoteo, pueden enfrentar la amenaza de falsos maestros. Y al igual que los creyentes de todas las épocas, van a enfrentar tentaciones y oposición. Las palabras finales de Pablo nos recuerdan que el premio bien vale el sacrificio. No se rindan; una corona aguarda por ustedes.
William Borden nació en una familia adinerada en 1887. Asistió a la Universidad de Yale para prepararse para una carrera en los negocios, pero Dios lo llamó a ser misionero entre los musulmanes del norte de China. En preparación para el ministerio en China, Borden fue a Egipto para aprender árabe. Ahí contrajo meningitis y murió a la edad de 25 años. Nunca llegó a China.
Después de su muerte, la Biblia de William fue entregada a sus padres. En la Biblia encontraron una nota escrita el día en que William dijo «sí» al llamado de Dios a China. Borden había escrito estas palabras: «Sin Reservas». Se había comprometido a entregar su vida por completo al llamado de Dios. Cuando su familia se opuso a este llamado y presionaron a William para que se uniera al negocio familiar, él escribió: «Sin Retroceder». Borden se comprometió a continuar la carrera sin mirar atrás. Unos pocos días antes de su muerte, Borden escribió una última nota: «Sin Remordimientos». Borden podía enfrentar el futuro con la confianza de haber vivido en obediencia al llamado de Dios.
William Borden entendió el testimonio final de Pablo. Para la persona que se entrega a Dios sin reservas y que sigue a Dios sin retroceder, hay una corona de justicia. En aquel día, junto con Pablo y con William Borden diremos, «No tengo remordimientos». Este es un objetivo digno para todo creyente.
Lección 9 Tarea
Demuestre su comprensión de esta lección con las siguientes asignaciones:
(1) Haga las dos asignaciones siguientes:
Prepare una lista de requisitos para los líderes de la iglesia dentro de su contexto. Debe aplicar los estándares bíblicos de 1 Timoteo y Tito al contexto cultural en el que usted ministra.
Después de leer 2 Timoteo, escriba una «carta de despedida» de una página. Si usted estuviera a punto de morir, ¿qué testimonio dejaría? Esta asignación le ayudará a evaluar su vida presente y su ministerio, y a dar forma a su ministerio futuro, al tomar más conciencia de su legado para los que vengan después de usted.
(2) Haga el examen correspondiente a esta lección. La prueba incluye los versículos asignados para memorizar.
Lección 9 Preguntas de Examen
1. ¿Cuál es la fecha más probable para las Cartas Pastorales?
2. Identifique una forma en la que el contenido de 2 Timoteo y Tito demuestra que Pablo es el autor.
3. ¿Cuál era el propósito de Pablo al escribir 1 Timoteo?
4. ¿De qué modo el testimonio de Pablo sirve de motivación a Timoteo al enfrentar a los falsos maestros?
5. Anote y defina los dos puestos de liderazgo en la iglesia primitiva.
6. ¿Cuál era la relación de Tito con Pablo?
7. ¿Cuál era el propósito de Pablo al escribir la Epístola a Tito?
8. ¿Cuáles son las dos motivaciones para las buenas obras que Pablo da en Tito?
9. ¿De qué modo calza la experiencia de Juan Marcos en el mensaje de fidelidad de Pablo en 2 Timoteo?
10. Mencione cuatro formas en las que las Cartas Pastorales hablan a la iglesia hoy.
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