► ¿Por qué tenemos más de un relato de la vida de Jesús?
Después de la ascensión de Jesús, los apóstoles creyeron que Él iba a regresar inmediatamente. Al empezar a darse cuenta de que su regreso no era inmediato, y especialmente a medida que los apóstoles fueron entrando en años, prepararon relatos escritos para enseñar a los nuevos creyentes y evitar relatos distorsionados de la vida de Jesús. A medida que la iglesia se fue extendiendo a lo largo del Imperio Romano, los pastores y maestros necesitaron relatos escritos de la vida y ministerio de Jesús que fueran autoritativos. Estas fueron razones importantes para escribir los evangelios.
A los primeros tres evangelios se les llama evangelios sinópticos porque presentan los mismos eventos desde diferentes puntos de vista.[1] Mientras que el Evangelio de Juan contiene material único que no está incluido en ningún otro evangelio, Mateo, Marcos y Lucas tienen mucho material en común.
Los autores de los evangelios, a menudo llamados evangelistas, no eran simples secretarios copiando un dictado. Más bien, el Espíritu Santo trabajó milagrosamente a través de la personalidad de cada evangelista para comunicar de forma infalible el mensaje de Dios.
Un ejemplo muestra las diferencias entre los evangelios. Mateo presenta un relato detallado del testimonio de Pedro acerca de la deidad de Jesús, la bendición de Jesús sobre Pedro, y el intento de Pedro de disuadir a Jesús.[2] Marcos y Lucas dan versiones más cortas de la historia.[3] Marcos omite la bendición de Jesús sobre Pedro, mientras que Lucas omite tanto la bendición como el relato de la disuasión. No hay contradicción entre estos tres relatos; se trata del mismo evento presentado desde tres perspectivas diferentes.
Mateo 16:13-23
Marcos 8:27-33
Lucas 9:18-22
«Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
«Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo».
«Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios».
«Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás».
No está incluido
No está incluido
«Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca».
«Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle».
No está incluido
Ninguno de los evangelios cuenta la historia completa de la vida de Jesús. De hecho, Juan dijo que un relato completo no cabría en todos los libros del mundo.[4] Los evangelios no son biografías comprehensivas. Más bien, el Espíritu Santo inspiró a cada autor para enfatizar diferentes aspectos del ministerio de Jesús. En conjunto, los evangelios nos dan una imagen multifacética de la vida de Jesús. Al estudiar el trasfondo de cada evangelio podemos comprender mejor la elección del material que contiene cada uno de ellos. Cada autor se dirigió a una audiencia distinta y escribió con un propósito diferente.
[1] El término «evangelios sinópticos» significa evangelios «vistos en conjunto».
Los padres de la iglesia identificaron unánimemente al apóstol Mateo como el autor del primer evangelio. La fecha probable se ubica entre los años 50 y 70 d.C. Un tema importante en Mateo es el cumplimiento de la profecía. Dado que Mateo no menciona el cumplimiento de la profecía de Jesús acerca de la destrucción del Templo, es probable que el evangelio de Mateo haya sido escrito antes del año 70 d.C.[1]
Varias características sugieren que el Evangelio de Mateo fue dirigido principalmente a una audiencia judía.
Mateo no explica las costumbres judías a sus lectores.
Mateo cita el Antiguo Testamento más que los otros evangelistas.
Mateo presta especial atención al cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento en Jesús.
Donde Marcos y Lucas usan la frase «Reino de Dios», Mateo usa la frase equivalente «Reino de los Cielos». Esto refleja la resistencia de los judíos a usar el nombre de Dios.
Contenido del Evangelio de Mateo
► ¿De qué manera describe Mateo a Jesús como el Rey?
Jesús como el Rey
A Mateo comúnmente se le llama el evangelio del Rey. A través de Mateo, Jesús es descrito como el Rey de los judíos y, en última instancia, de todas las naciones. Los sabios viajaron desde Oriente para honrar el nacimiento de un nuevo rey. Herodes buscó destruir a este rival. En Mateo, Jesús es visto como el Rey.
Mateo usa la frase «Hijo de David» más que cualquier otro evangelio. Este es un título real, que demuestra que Jesús pertenece al linaje del rey David. Este título se utiliza durante la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, una entrada real que cumple la profecía de Zacarías 9:9.[2]
Jesús enseña la ley del reino en su Sermón del Monte. Enseña sobre el reino de los cielos a través de una serie de parábolas. Sobre su cruz se colocó la inscripción, «Este es Jesús, el rey de los judíos». Mateo es el evangelio del Rey.
Jesús como el Cumplimiento del Antiguo Testamento
En once ocasiones, Mateo se refiere al cumplimiento de la profecía en la vida de Jesús. Algunas de las profecías que se mencionan en Mateo son:
El nacimiento virginal de Jesús (1:22)
El viaje a Egipto (2:15)
La matanza de los niños por parte de Herodes (2:17)
El ministerio de sanidad de Jesús (8:17)
La entrada triunfal a Jerusalén (21:4)
El precio de treinta piezas de plata por la traición de Judas (27:9)
Los Sermones de Jesús
Mateo registra más sermones de Jesús que los otros evangelistas. Mientras que Marcos se enfoca en las acciones de Jesús, Mateo presta más atención a sus palabras. Hay cinco sermones principales en Mateo, los cuales proveen una estructura para todo el evangelio. Antiguos comentaristas señalaron que así como los cinco libros de Moisés establecieron la base para la nación de Israel, estos cinco sermones establecen el fundamento para la iglesia. Los cinco sermones principales de Mateo son:
El Sermón del Monte (5-7)
La Misión de los Doce (10)
Las Parábolas del Reino (13)
Enseñanzas sobre las Relaciones en el Reino (18)
El Discurso en el Monte de los Olivos sobre el fin de los tiempos (24-25)
El Evangelio de Mateo en la Iglesia Hoy
Los sermones en el evangelio de Mateo hablan poderosamente a la iglesia hoy, tanto como cuando Jesús los predicó en Galilea y Judea.
El Sermón del Monte presenta el resumen por excelencia de la vida en el Reino de Dios. Al mostrar el contraste entre las tradiciones de los fariseos y la «ley del amor», Jesús enseña cómo debemos vivir como ciudadanos del Reino de los Cielos. El tema del sermón es «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto».[3] Este mandamiento se expresa en un contexto que muestra que nuestro Padre es un Dios de amor que «hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos».[4] Ser «perfecto» en el Reino de Dios significa tener el corazón de nuestro Padre que está en el cielo, un corazón de amor sin egoísmo. Si bien es cierto que tener un corazón de amor perfecto es humanamente imposible, nuestro Padre Celestial, quien nos manda tener un corazón perfecto, es el Dios que lo hace posible por medio de su gracia.
Las enseñanzas de Jesús sobre las relaciones en el Reino de Dios brindan un modelo para las relaciones en la iglesia hoy.[5] Mateo 18:15-20 provee una guía para la disciplina bíblica en la iglesia, en la cual se trata con el pecado a través de la iglesia, no a través de chismes y rumores. Esta disciplina se aplica dentro de un contexto que da lugar al perdón y la restauración, un principio que se observa en la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro sobre el perdón.[6]
La Gran Comisión nos llama a hacer discípulos en todas las naciones. Así como el llamado de Jesús a la perfección, este llamado no se cumple en nuestras propias fuerzas, sino a través del poder de aquel que nos dio la comisión. El que nos llamó es el mismo que prometió, «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». [7]
[1] Esta profecía (Mateo 24:2) se cumplió en el año 70 d.C. cuando el general romano Tito conquistó Jerusalén. El «Arco de Tito» que conmemora la victoria de Roma sobre Jerusalén todavía permanece en Roma.
[8]«Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto... Bien sabía Dios que nuestra incredulidad protestaría: ¡es imposible! y por eso pone en juego para que se realice todo el poder, la verdad y la fidelidad de aquel para quien todas las cosas son posibles».
- Juan Wesley, Notas sobre el Nuevo Testamento
Al menos ocho de los padres de la iglesia identificaron a Juan Marcos como el autor del segundo evangelio. Primo de Bernabé, Marcos viajó con Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero.[1] Aunque su desempeño en ese viaje causó un conflicto entre Pablo y Bernabé, más tarde Juan Marcos recuperó la confianza de Pablo y colaboró con él en su ministerio.[2]
Los padres de la iglesia primitiva identificaron a Simón Pedro como la fuente apostólica de Marcos. Juan Marcos trabajó tan de cerca con Pedro, que éste llegó a llamarlo «mi hijo».[3] El Evangelio de Marcos registra las memorias del ministerio de Jesús basadas en el testimonio directo de Pedro.
Dado que los eventos en Marcos no siempre siguen el orden de Mateo y Lucas, es útil saber que el Obispo Papías, un padre de la iglesia primitiva, citó al apóstol Juan diciendo que Marcos «se convirtió en intérprete de Pedro y escribió con exactitud todo lo que recordaba, aunque no en orden de las cosas que dijo e hizo el Señor».[4] El relato de Marcos es certero, pero su intención no fue narrar los eventos en estricto orden cronológico.
El Evangelio de Marcos probablemente fue escrito en Roma y estaba dirigido principalmente a una audiencia gentil. Con frecuencia Marcos aclara el significado de expresiones arameas utilizadas por Jesús.[5] Además, Marcos explica la terminología judía a sus lectores romanos. Por ejemplo, Marcos explica que «dos blancas» (monedas judías) equivalen a «un cuadrante» (moneda romana).[6]
El Evangelio de Marcos es el más corto de los cuatro evangelios; no incluye tantos detalles como los demás. Marcos es un evangelio de acción, característica que podría reflejar la influencia de Simón Pedro. Es un registro directo de la vida y el ministerio de «Jesucristo, el Hijo de Dios».[7]
Contenido del Evangelio de Marcos
► ¿De qué manera enfatiza Marcos el rol de Jesús como siervo?
Jesús el Siervo
A Marcos se le conoce como el Evangelio del Siervo. Marcos presta más atención a las acciones de Jesús que a sus palabras. En contraste con los cinco grandes sermones de Mateo, Marcos incluye únicamente un sermón (Marcos 13). El Evangelio de Marcos presta más atención a los milagros; Marcos registra diecinueve milagros en un corto libro de dieciséis capítulos.
Con el fin de reflejar a Jesús como un siervo humilde, Marcos no da ninguna genealogía y tampoco narra su nacimiento. Inicia con el ministerio de Jesús siendo ya adulto.
Un versículo clave del Evangelio de Marcos muestra dos aspectos del ministerio terrenal de Jesús. «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos».[8] Jesús vino para servir y para dar su vida en sacrificio.
Jesús el Hijo de Dios
Marcos inicia con una afirmación de la deidad de Jesús, «Principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios».[9] Frente a la cruz, un centurión romano confiesa, «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».[10]
Marcos muestra que Jesús era un siervo, pero también demuestra la autoridad de Jesús como el Hijo de Dios. El lector romano esperaría que un gobernante divino tuviera poder sobre este mundo. Marcos muestra ese poder en muchas formas. A lo largo de este evangelio, Marcos incluye testimonios de la deidad de Jesús:
En el bautismo, el Padre testifica, «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia».[11]
Los demonios reconocen a Jesús como «el Santo de Dios».[12]
Jesús ejerce una autoridad que pertenece a Dios al perdonar pecados[13] y al afirmar su autoridad sobre el Sabbath.[14]
Los milagros de Jesús demuestran su autoridad sobre la naturaleza,[15] la enfermedad,[16] e incluso la muerte.[17]
El Secreto Mesiánico
A la luz del énfasis de Marcos en la deidad de Jesús, algunos lectores se confunden por la orden de guardar silencio que aparece en repetidas ocasiones a lo largo de este evangelio. Una y otra vez, a quienes reconocen a Jesús como el Mesías se les da la orden de no decir nada a otros. Esto se conoce como el «Secreto Mesiánico».
A los demonios se les prohibió hablar de la naturaleza divina de Jesús.[18] Jesús evitó cualquier asociación con los demonios, aun cuando su testimonio era verdadero.
A las personas que sanó, Jesús les ordenó guardar silencio.[19] Probablemente lo hizo para evitar las multitudes que lo rodeaban cuando su ministerio de sanidad era divulgado. Cuando un leproso desobedeció este mandato y habló del poder de Jesús, se reunió tanta gente que «Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos».[20] El ministerio terrenal de Jesús no estaba enfocado principalmente en la sanidad física. Jesús no permitió que las sanidades espectaculares reemplazaran el ministerio más perdurable por el cual Él había venido – capacitar discípulos para dar a conocer el evangelio y edificar la iglesia.
Cuando los discípulos finalmente se dieron cuenta de quién era Jesús, Él no les permitió divulgarlo.[21] La razón más probable es el peligro de crear un malentendido. Incluso después de que Pedro testificó que Jesús era el Mesías, los discípulos seguían sin entender por completo lo que Jesús había venido a hacer.[22] No estuvieron listos para predicar la venida de su reino sino hasta después de la resurrección y la ascensión. Hasta entonces cualquier afirmación hecha por los discípulos habría sido confusa.
El Evangelio de Marcos en la Iglesia Hoy
La prioridad del servicio en el ministerio de Jesús nos recuerda que cuando nos encontramos ante las necesidades físicas y emocionales de nuestro mundo, estas nos dan la oportunidad para ministrar a sus necesidades espirituales. Los cristianos en el Imperio Romano arriesgaron sus vidas para ayudar a los enfermos en las ciudades golpeadas por la plaga. En la Edad Media, los cristianos establecieron hospitales para atender a los leprosos y a los pobres. Actualmente, existen organizaciones cristianas que visten a los huérfanos, visitan a los presos, alimentan a los hambrientos y cuidan a los enfermos. El servicio a los grupos más necesitados de nuestra sociedad siempre debe ser parte de la misión de la iglesia. «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir…».[23]
[4] Citado por Eusebio en Historia Eclesiástica, 3.39.14-17.
[5] El arameo era el idioma común que se usaba en Palestina durante el primer siglo, reemplazando al hebreo. Algunos ejemplos de las explicaciones de términos arameos son Marcos 5:41, 7:11 y 14:36.
[24]«Pedro había predicado la Palabra públicamente en Roma, por lo que muchos pidieron que Marcos, quien por mucho tiempo le había seguido y recordaba sus palabras, las pusiera por escrito».
- Clemente de Alejandría Citado por Eusebio en Historia Eclesiástica 6.14.5-7
Lucas: El Evangelio del Hijo del Hombre
Introducción al Evangelio de Lucas
La autoridad de Lucas como autor del Nuevo Testamento procede de su asociación con el apóstol Pablo. Lucas era un médico gentil muy preparado, que viajó con Pablo y estuvo con él cerca del final de su vida. Algunas partes del libro de Hechos muestran la presencia de Lucas; Lucas cambia de «ellos» a «nosotros» cuando escribe acerca de eventos en los que él estuvo con Pablo.[1]
La fecha probable del Evangelio de Lucas se infiere principalmente de su relación con el libro de Hechos. Lucas inicia una narración que continúa en el libro de Hechos. Con base en la conclusión de este libro, se puede asumir que Hechos fue escrito poco antes de la persecución iniciada por Nerón en el año 64 d.C.[2] Esto implica que Lucas fue escrito probablemente a finales de los años 50 o inicios de los 60.
La audiencia y el propósito de Lucas al escribir su evangelio se identifican en el prólogo.[3] Lucas le escribe a Teófilo, probablemente un oficial romano. Lucas 1:4 indica que Teófilo era un nuevo creyente que había «sido instruido» acerca de la vida de Jesús. Los nuevos creyentes, especialmente los gentiles, recibían varios meses de enseñanza acerca de la vida de Jesús, la nueva vida del cristiano y las doctrinas de la iglesia cristiana. Lucas escribe para proveer un relato ordenado de las cosas que a Teófilo le habían enseñado.
Contenido del Evangelio de Lucas
► ¿Cuáles detalles enfatiza Lucas para demostrar la humanidad de Jesús?
Jesús el Hijo del Hombre
El Credo Calcedonio fue escrito en el año 451 d.C. para aclarar la enseñanza de la iglesia en relación con la naturaleza de Cristo. Este credo afirma que Cristo tiene dos naturalezas (divina y humana) unidas en una sola persona: «…perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre».[4] Lucas presenta una vívida imagen de la humanidad de Jesús, «perfecto en humanidad».
Lucas muestra que Jesús era completamente humano. Presenta un relato detallado del nacimiento de Jesús.[5] Aunque su concepción fue sobrenatural, Jesús nació como un bebé normal. Era plenamente humano.
La genealogía de Mateo, dirigida principalmente a los judíos, registra los antepasados de Jesús hasta Abraham. La genealogía de Lucas, dirigida a un destinatario griego, registra sus antepasados hasta Adán, a fin de mostrar que Jesús es el Hijo del Hombre.[6]
El orden de los capítulos iniciales de Lucas refleja su intención de mostrar a Jesús como el «segundo Adán». En lugar de empezar con una genealogía (como Mateo), Lucas coloca la genealogía después del relato del bautismo. La genealogía termina con «hijo de Adán, hijo de Dios». A continuación se encuentra el relato de la tentación de Jesús. El primer Adán (que vivía en un hermoso jardín) cayó en la tentación; el segundo Adán (debilitado tras cuarenta días sin alimento y solo en el desierto) resistió la tentación. Como hombre, Jesús es el modelo para cada creyente que enfrenta una tentación. Jesús demostró que debemos enfrentar los ataques de Satanás con el poder del Espíritu Santo (el cual se obtiene por medio de la oración) y las Escrituras.[7]
A lo largo de su evangelio, Lucas muestra los aspectos físicos de la vida de Jesús en la tierra: hambre, sueño y su agonía en el Huerto de Getsemaní.[8] Jesús era plenamente humano.
Jesús el Salvador del Mundo
El Evangelio de Lucas relata que Jesús vino como el Salvador de toda la humanidad. Simeón se refirió a Jesús como «luz para revelación a los gentiles».[9]
El deseo de Lucas de presentar a Jesús como el Salvador de todo el mundo se observa en el énfasis que pone en aquellos que no tenían estatus social. Mateo presenta a los sabios, respetados estudiosos de Oriente, honrando el nacimiento de Jesús; Lucas menciona a los pastores.[10] Los pastores no tenían credibilidad como testigos; su testimonio no era aceptado en una corte judía. Lucas narra el anuncio de los ángeles a los pastores como testimonio de que Jesús vino para salvar a todas las personas.
Las mujeres, otro grupo que tenía poco estatus social en los tiempos de Jesús, juegan un papel importante en el evangelio de Lucas. Ana, una profetiza, aparece al lado de Simeón en la dedicación de Jesús en el templo.[11] Jesús permitió que María se sentara a sus pies en medio de los discípulos.[12] Es sorprendente el hecho de que había mujeres que apoyaban económicamente el ministerio de Jesús.[13]
Muchos otros grupos de bajo estatus social están representados en Lucas. Jesús visita el hogar de Zaqueo, el cobrador de impuestos, uno de los grupos menos respetados en la Palestina del primer siglo.[14] Jesús cuenta una parábola en la que el héroe es un samaritano.[15] En la cruz, Jesús muestra compasión a un ladrón que no merece más que juicio.[16]
La Importancia de la Oración
Lucas muestra que la oración era importante en la vida de Jesús. De quince referencias específicas a oraciones de Jesús en los evangelios, once se encuentran en Lucas. Antes de tomar una decisión crucial, Jesús pasó la noche orando.[17] Dos de las parábolas importantes de Jesús acerca de la oración se encuentran en Lucas 18. Estas parábolas enseñan acerca de la persistencia y la humildad en la oración.[18] La oración es un tema importante en Lucas.
El Rol del Espíritu Santo
El Evangelio de Lucas presta especial atención al rol del Espíritu Santo en la vida de Jesús. Este tema continúa en el libro de Hechos, cuando Lucas muestra el papel del Espíritu Santo en la iglesia primitiva.
El rol del Espíritu Santo se observa a lo largo de Lucas:
Juan el Bautista, Elisabet y Zacarías fueron llenos del Espíritu Santo.[19]
El Espíritu Santo vino sobre María en la concepción de Jesús.[20]
El Espíritu Santo descendió en el bautismo de Jesús.[22]
El Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto para ser tentado.[23]
El Espíritu Santo estaba con Jesús cuando regresó a Galilea para empezar su ministerio.[24]
En un adelanto de Pentecostés, Jesús prometió el Espíritu Santo a quienes lo pidan.[25]
El Evangelio de Lucas en la Iglesia Hoy
Para el mundo escéptico de hoy, el cuidado especial que Lucas presta a los detalles provee un testimonio poderoso de la verdad de las Escrituras. Lucas narra el inicio del ministerio público de Jesús en un contexto que muestra los minuciosos detalles de su relato:
«En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás…».[26]
Al presentar a Cristo a un mundo incrédulo, podemos predicar con confianza. Nuestra fe no es una «fe ciega» en una figura mítico-religiosa. Nuestra fe se fundamenta en una figura histórica, en el Hijo de Dios que se encarnó y vivió entre nosotros, murió por nuestros pecados, resucitó al tercer día, y ascendió al cielo donde está sentado a la diestra del Padre.
El rol de la oración en la vida de Jesús sirve como modelo para todos los creyentes. Si Jesús, que no había cometido pecado y tenía íntima comunión con su Padre, reconoció la importancia de la oración, cuánto más nosotros debemos ver la oración como una prioridad en nuestras vidas. El evangelista Leonard Ravenhill escribió, «Ningún hombre es más grande que su vida de oración. El pastor que no está orando, está jugando…».[27]
Finalmente, así como el Espíritu Santo fue vital en el ministerio de Jesús, el Espíritu Santo debe ser el centro de la vida de la iglesia hoy. La historia de la iglesia revela dos peligros en relación con el Espíritu Santo. Un peligro es enfatizar el rol del Espíritu Santo al punto de excluir a las otras personas de la Trinidad. Cuando esto sucede, los creyentes buscan guía personal sin buscar ni seguir la clara instrucción de la Palabra de Dios.[28]
El peligro opuesto es minimizar el rol del Espíritu Santo en la iglesia. A.W. Tozer advirtió que la iglesia era capaz de permitir «que un poder barato y sintético sustituya el poder del Espíritu Santo».[29]
Más recientemente, Francis Chan advirtió:
«La iglesia se torna irrelevante cuando se convierte simplemente en una creación humana. Dejamos de ser todo aquello para lo que fuimos creados cuando todo en nuestras vidas e iglesias puede ser explicado al margen de la obra y presencia del Espíritu de Dios».[30]
Hechos demuestra la importancia del Espíritu Santo en la iglesia; Lucas demuestra la importancia del Espíritu Santo en la vida personal. Jesús dependía de la guía y el poder del Espíritu Santo en su ministerio terrenal; no debemos permitir que un «poder barato y sintético sustituya el poder del Espíritu Santo» en la iglesia hoy.
[1] Las secciones de Hechos que implican la presencia de Lucas en el grupo son 16:10-17; 20:5-21:18; 27:1-28:16.
[2] En Hechos 28:30, Pablo estaba bajo arresto en una casa, pero su vida aún no corría peligro.
[28] Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu, pero usó la Palabra de Dios para responder a la tentación de Satanás (Lucas 4).
[29] A.W. Tozer. Of God and Men (De Dios y los Hombres).
[30] Francis Chan. El Dios Olvidado: Cómo Revertir Nuestra Trágica Desatención al Espíritu Santo. Casa Creación, 2010.
Conclusión
Thomas Linacre fue profesor en Oxford y médico personal del Rey Henry VIII. Después de leer los evangelios por primera vez, él escribió en su diario, «O este no es el evangelio, o nosotros no somos cristianos». Linacre reconoció que la vida de un verdadero cristiano es transformada por Jesucristo. Al comparar su vida y la de otros cristianos a su alrededor con la imagen de Jesús que se presenta en los evangelios, Linacre llegó a la conclusión de que «Profesamos ser cristianos, pero no reflejamos la imagen de Jesucristo».
Desde los sermones sobre el reino en Mateo, pasando por la imagen del servicio de Jesús en Marcos, hasta el énfasis de Lucas en el Espíritu Santo, los evangelios nos presentan un retrato del ministerio de Jesucristo. De este modo, los evangelios muestran lo que significa ser cristiano. Al leer los evangelios, deberíamos preguntarnos, «¿Estoy viviendo una vida que refleja la gracia trasformadora de Jesucristo?».
Lección 2 Tarea
Demuestre su comprensión de este capítulo por medio de las siguientes asignaciones:
(1) Escoja dos de las siguientes asignaciones:
Prepare un sermón o un estudio bíblico sobre una de las parábolas de Jesús. Puede escribir un documento de 5 a 6 páginas, o grabar un sermón o estudio.
Prepare un sermón o un estudio bíblico acerca de la importancia de la crucifixión o la resurrección en la vida del cristiano. Puede escribir un documento de 5 a 6 páginas, o grabar un sermón o estudio.
Prepare una cronología de la Semana de la Pasión que se pueda usar para enseñar. Puede ser un documento o una presentación hecha en computadora. La cronología debe incluir los eventos principales de la Semana de la Pasión.
Dibuje un mapa de Palestina que muestre la ubicación de cada una de las siguientes regiones y ciudades: Judea, Galilea, Samaria, Decápolis, Jerusalén, Nazaret, Jericó, y Cesarea de Filipo.
(2) Haga el examen correspondiente a esta lección. La prueba incluye los pasajes asignados para memorizar.
Lección 2 Preguntas de Examen
1. ¿Por qué a los primeros tres evangelios se les llama Evangelios Sinópticos?
2. Dé tres evidencias de que Mateo estaba dirigido a una audiencia judía.
3. Mencione los tres grandes temas de Mateo.
4. Mencione los tres temas principales de Marcos.
5. Mencione y explique las tres audiencias relacionadas con el Secreto Mesiánico de Marcos.
6. ¿Qué sabemos acerca de Teófilo? ¿Y acerca de Lucas?
7. ¿Qué enseña el Credo Calcedonio acerca de la naturaleza de Jesús?
8. Mencione cuatro grandes temas de Lucas.
9. Mencione tres ejemplos del ministerio de Jesús hacia los grupos de bajo estatus social que se observan en Lucas.
10. Mencione tres ejemplos de la obra del Espíritu Santo durante la vida terrenal de Jesús.
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