La falsa enseñanza no es algo nuevo para la iglesia. Desde el primer siglo, los falsos maestros han buscado engañar a la iglesia. Algunos falsos maestros negaron la deidad de Cristo; Pablo respondió a esto en Colosenses. Otros atacaron el ministerio de los apóstoles; Pablo respondió a esto en 2 Corintios. Algunos afirmaron que la resurrección ya había ocurrido; Pablo respondió a esto en 2 Timoteo 2:18. Al final del primer siglo, Juan escribió que «muchos falsos profetas han salido por el mundo».[1]
Muchos aspectos de la verdad se centran en la naturaleza de la Biblia. Algunas de las falsas enseñanzas más peligrosas de nuestros días vienen de quienes niegan la integridad de las Sagradas Escrituras, o de quienes afirman haber encontrado nuevas fuentes de revelación aparte del canon de la Biblia.
En esta lección vamos a considerar tres preguntas relacionadas con el Nuevo Testamento. El objetivo de esta lección es inspirar confianza en la autoridad del Nuevo Testamento. Las preguntas que vamos a examinar en esta lección son:
El tema del canon. ¿Cuáles libros pueden ser aceptados como Palabra de Dios?
El tema de los libros apócrifos. ¿Existen libros «perdidos» que deberían ser aceptados como Palabra de Dios?
El tema de la integridad textual. ¿Es nuestro texto fiel al texto original?
El canon de la Biblia es un tema importante para el cristiano. El concepto de canon responde la pegunta «¿Cuáles libros son la Palabra de Dios para el pueblo de Dios?». ¿Cómo sabemos que los libros del Nuevo Testamento son en verdad Palabra de Dios?
El término canon viene del término griego que significa «norma» o «estándar». El canon del Nuevo Testamento consiste en los libros que cumplen con el estándar utilizado por la iglesia primitiva para determinar aquellos escritos que son verdaderamente Palabra de Dios. La formación del canon fue motivada por dos desafíos.
Falsa doctrina. En la iglesia primitiva, al igual que en nuestros días, había falsos maestros que negaban ciertas partes de la revelación bíblica. Por ejemplo, en el siglo II, Marción enseñó que el Dios del Antiguo Testamento era malvado. Para respaldar sus enseñanzas, Marción rechazó todos los libros de la Biblia excepto los escritos de Pablo y ciertas partes de Lucas. Para la iglesia, la aceptación de un canon universal era importante para establecer un fundamento sólido para la doctrina. Así los maestros podían estar seguros de que la doctrina que estaban predicando estaba basada en la Palabra de Dios.
Persecución. Durante los tiempos de persecución, los cristianos podrían ser ejecutados por poseer porciones de las Sagradas Escrituras. Ellos necesitaban saber, «¿Por cuáles estamos dispuestos a morir?».
Alrededor del siglo IV, la iglesia cristiana había establecido una lista de los textos divinamente inspirados. Se aplicaron tres pruebas a los libros que se señalaban como parte de las Escrituras. Para ser considerados parte del canon, cada libro debía cumplir con tres estándares.
Autor. El autor debía ser un apóstol o alguien muy cercano a uno de los apóstoles. En el caso de los evangelios, Mateo y Juan eran apóstoles. Marcos viajó con Pedro; Lucas viajó con Pablo.
Mensaje. El mensaje del libro no debía estar en conflicto con la revelación del Antiguo Testamento. El mensaje debía ser fiel al evangelio de Jesucristo. El libro debía ser espiritualmente edificante.
Aceptación. Para ser considerado parte del canon, el libro debía ser aceptado por toda la iglesia. Los libros del Nuevo Testamento fueron ampliamente citados por los padres de la iglesia primitiva.
Los escépticos modernos afirman que el canon fue creado por las autoridades de la iglesia como un medio para obtener poder. Estos críticos pasan por alto que el canon cumple con un estándar universalmente aceptado; no fue el producto de unos cuantos obispos ambiciosos. El canon del Nuevo Testamento fue aprobado oficialmente en el año 397 d.C. en el Concilio de Cartago. Sin embargo, los libros del Nuevo Testamento habían sido mencionados por teólogos 200 años antes de este concilio.
El teólogo J.I. Packer escribió, «La iglesia no nos dio el canon del Nuevo Testamento así como Sir Isaac Newton no nos dio la fuerza de la gravedad».[1] Newton no inventó la gravedad; él sólo descubrió lo que Dios ya había creado. Del mismo modo, la iglesia no inventó el canon; la iglesia descubrió los libros que Dios ya había inspirado.
El Concilio de Cartago confirmó un canon que ya había sido aceptado por toda la familia de la fe. El canon incluye aquellos libros que los cristianos de todas las épocas han aceptado como la Palabra de Dios divinamente inspirada.
[1] J.I. Packer, GodSpeaks to Man. Westminster Press, 1965, 81.
Los Libros Apócrifos
Los libros apócrifos del período del Nuevo Testamento son textos que algunos han afirmado como escritos cristianos sagrados, pero que fueron rechazados por la iglesia primitiva.
Tanto escritores académicos como novelistas populares han promovido la idea de que hay «evangelios perdidos» que fueron prohibidos por la iglesia por razones políticas.[1] Estos autores afirman que ciertos libros fueron aceptados por los primeros cristianos, pero luego fueron prohibidos por las autoridades de la iglesia, quienes buscaban eliminar cualquier desviación de la enseñanza oficial de la iglesia. Según esta teoría, estos «evangelios» recién descubiertos muestran que la iglesia primitiva tenía grandes desacuerdos acerca del nacimiento virginal, la deidad de Jesús, la verdad histórica de la resurrección y otros aspectos esenciales de la doctrina cristiana. Estos escépticos afirman que no hubo un canon universalmente aceptado sino hasta el siglo IV.
Sin embargo, estos «evangelios perdidos» eran bien conocidos, y fueron rechazados desde el inicio de la historia de la iglesia. En el siglo II, autores como Tertuliano e Ireneo escribieron contra estas herejías. Algunos de estos textos ya se habían identificado como falsos en el canon Muratorio, una lista de libros del Nuevo Testamento que data del siglo II. La Epístola de Judas muestra que ya en el siglo primero fue necesario contender «ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos». Los falsos maestros ya habían «entrado encubiertamente».[2]
Los libros apócrifos abarcan desde textos ortodoxos que pueden ser útiles para describir las prácticas de la iglesia primitiva, hasta textos heréticos que promueven falsas doctrinas. Entre los libros apócrifos de buena reputación se encuentran 1 Clemente, la Epístola de Bernabé, la Didaché, y el Pastor de Hermas. Estos textos son ortodoxos en su enseñanza, pero no cumplen los estándares de la iglesia primitiva para ser incluidos en el canon.
Los libros apócrifos heréticos incluyen el Evangelio de Tomás, un texto gnóstico del siglo II falsamente atribuido al apóstol Tomás; la Epístola a los Laodicenses; y el Apocalipsis de Pedro, un texto gnóstico que describe a Jesús riéndose en la cruz. Estos textos jamás fueron aceptados por la iglesia. No sólo fueron rechazados por el Concilio de Cartago, sino que estos libros nunca fueron considerados como parte de las Escrituras por ningún sector de la iglesia.
Los textos apócrifos no representan una fuente valida de verdad para los cristianos. Nuestras creencias se fundamentan en «la fe que ha sido una vez dada a los santos».[3] Esa fe no ha cambiado y no cambiará. Nuestra fe descansa sobre el fundamento firme de la Palabra de Dios.
[1] Un ejemplo de un texto académico es Los Evangelios Gnósticos de Elaine Pagels. La misma idea es promovida en la novela El Código DaVinci de Dan Brown.
Un tercer ataque de los escépticos es el argumento de que el texto del Nuevo Testamento no es confiable. Afirman que se cometieron errores al copiar los textos de las Escrituras. Estos críticos insisten en que aún si el texto original fue inspirado, no tenemos forma de saber que la Biblia que tenemos hoy en día es fiel al original.
¿Podemos confiar en la integridad textual de nuestra Biblia? La respuesta es «¡Sí!». Es verdad que los libros del Nuevo Testamento fueron copiados a mano, y es verdad que se puede cometer errores cuando se copia a mano un manuscrito. Sin embargo, por tratarse de la Palabra de Dios, los copistas llevaron a cabo su tarea con gran cuidado. Hombres eruditos dedicaron sus vidas a copiar el Nuevo Testamento de la manera más exacta posible.
Con más de 5,000 manuscritos que contienen parcial o totalmente el texto del Nuevo Testamento, tenemos amplia evidencia de que nuestro texto es consistente con los manuscritos más antiguos. No hay otro texto antiguo con tantos manuscritos de respaldo como el Nuevo Testamento.
Una Comparación de Dos Textos Antiguos
El Nuevo Testamento
La Ilíada de Homero
Más de 5,000 manuscritos
643 manuscritos
Los manuscritos más antiguos que han sobrevivido datan de menos de 100 años después de que fue escrito el texto original
El manuscrito más antiguo que ha sobrevivido es 500 años posterior a la composición original
[1] Ninguna de estas palabras afecta aspectos doctrinales ni hechos históricos. Las diferencias entre manuscritos se observan en versículos como Lucas 10:1; algunos manuscritos indican setenta obreros mientras que otros indican setenta y dos obreros. No cabe duda de la exactitud en relación con el mensaje del evangelio y la doctrina cristiana.
¿Qué Significado Tiene Para Nosotros?
Si nuestra Biblia no fuera confiable, no tendríamos un fundamento firme para nuestra fe. Sin embargo, tenemos la certeza de que el Nuevo Testamento es la Palabra de Dios inspirada e infalible.
El canon refleja el acuerdo universal de la iglesia primitiva de que estos veintisiete libros son la Palabra inspirada de Dios. Los libros apócrifos no pasaron las pruebas de canonicidad y deben ser rechazados por los cristianos ortodoxos. Finalmente, tenemos la certeza de que nuestro texto es fiel al original.
Al enseñar el Nuevo Testamento, lo hacemos con confianza. Predicamos y enseñamos con la seguridad de que «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia».[1]
[2] John Wesley sobre los Errores en las Escrituras «Si llegara a haber errores en la Biblia, podría haber miles. Si hubiera una falsedad en ese libro, no provino de la verdad de Dios».
- Diario de Wesley, Julio 24, 1776.
Lección 13 Tarea
Demuestre su comprensión de esta lección haciendo el examen correspondiente. La prueba incluye los versículos asignados para memorizar.
Lección 13 Preguntas de Examen
1. ¿Qué significa la palabra «canon» en referencia al Nuevo Testamento?
2. Mencione dos razones que motivaron la formación del canon del Nuevo Testamento.
3. Anote los tres estándares utilizados para establecer el canon del Nuevo Testamento.
4. ¿Qué son los libros apócrifos?
5. Mencione dos escritores cristianos que combatieron las herejías en el siglo II.
6. ¿A cuál asunto relacionado con el Nuevo Testamento se refiere el concepto de «integridad textual»?
7. Compare los manuscritos de respaldo para el Nuevo Testamento con los manuscritos de respaldo para la Ilíada de Homero.
Lesson 13:Preguntas Sobre el Nuevo Testamento en la Iglesia de Hoy
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