Los cristianos del primer siglo se vieron confrontados por dos afirmaciones que se oponían entre sí. Por una parte, ellos sabían que «Jesucristo es el Señor».[1] Los creyentes están sujetos a la autoridad y el señorío de Jesucristo. Por otra parte, Roma exigía que toda persona bajo la autoridad del imperio testificara que César era Dominus et deus noster (nuestro señor y dios).
Roma toleraba muchas religiones, siempre y cuando el emperador fuera reconocido como la autoridad suprema. Muchos historiadores afirman que Roma no persiguió a los cristianos por el hecho deser cristianos. Los cristianos podían adorar a Jesús, siempre y cuando juraran lealtad suprema al emperador. Sin embargo, un verdadero creyente jamás podría reconocer al emperador como máxima autoridad.
Según un testigo presencial del martirio de Policarpo, el magistrado ofreció liberar al venerable anciano si reconocía la divinidad de César. El magistrado le preguntó a Policarpo, «¿Qué mal hay en decir “César es Señor”, y en ofrecerle incienso?».[2] Policarpo sabía que para el cristiano sólo hay un Señor. El cristiano no puede jurar lealtad suprema a ningún hombre.
Esta era la raíz del conflicto entre Roma y la iglesia primitiva. De cara a este conflicto, el Libro de Apocalipsis les dijo a los primeros cristianos, «Jesús es Señor». Incluso en un mundo que no reconoce su autoridad, Jesús es Señor. Apocalipsis presenta una imagen dramática de las palabras de Pablo:
«Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confieseque Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. »[3]
El autor de Apocalipsis se identifica a sí mismo como Juan, «vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación».[1] La tradición de la iglesia primitiva identifica a Juan, el «discípulo amado», como el autor del Evangelio de Juan, tres Epístolas y Apocalipsis.
La fecha de esta carta es una interrogante más compleja. Hay dos posibilidades que concuerdan con el tiempo que vivió Juan y con la persecución de la iglesia primitiva. Una fecha probable es durante el reinado de Nerón, un tiempo de intensa persecución. La fecha más probable es durante la persecución ordenada por el emperador Domiciano (81-96 d.C.). En el siglo II, Ireneo señaló que Apocalipsis fue escrito cerca del final del reinado de Domiciano.[2] La mayoría de los evangélicos aceptan que Apocalipsis data de esta fecha.
Apocalipsis fue escrito desde Patmos, una pequeña isla en el Mar Egeo,[3] a donde Juan fue enviado al exilio por su fe. Sin embargo, aunque haya sido el emperador quien ordenó el exilio de Juan, Juan deja claro que aun en esta circunstancia, «Jesús es Señor». Juan estaba en Patmos, «por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo».[4] Aun en Patmos, Dios está en control.
Propósito
Apocalipsis responde la pregunta «¿Quién es Señor?». La respuesta se encuentra en la introducción, «Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra».[5] A los cristianos que estaban siendo perseguidos, Juan les dice que Jesucristo es «el soberano de los reyes de la tierra». Independientemente de las circunstancias externas, Dios está en control.
Juan presenta esta verdad de tres maneras:
Mensajes a las Siete Iglesias (Apocalipsis 2-3). Jesús es Señor sobre su iglesia.
Visiones de Dios en Su trono y de Cristo como el Cordero victorioso (Apocalipsis 4-5). Jesús es Señor en el cielo.
Una visión de la historia desde la perspectiva del cielo (Apocalipsis 6-22). Jesús es Señor sobre todos los reinos de la tierra.
Apocalipsis es único entre los libros del Nuevo Testamento, por tratarse de un libro apocalíptico. Un ejemplo de literatura apocalíptica del Antiguo Testamento es el libro de Daniel. Los escritos apocalípticos «revelan» o «descubren» la verdad que ha estado oculta. Los escritos apocalípticos revelan los propósitos de Dios en la historia humana.
La literatura apocalíptica usa símbolos dramáticos para comunicar su mensaje. Apocalipsis está lleno de dragones, bestias y desastres naturales como terremotos y tormentas de granizo. Una dificultad al leer literatura apocalíptica es que los símbolos pueden tener distintos significados en diferentes épocas y contextos culturales. Por ejemplo, en Occidente el dragón es un símbolo del mal y el peligro; en muchas culturas orientales, en cambio, el dragón es un símbolo de poder y éxito. Las variaciones en la interpretación de los símbolos pueden hacer la lectura de Apocalipsis difícil para el lector.
Una clave para interpretar apropiadamente los símbolos en Apocalipsis es reconocer que la mayoría de ellos proviene del Antiguo Testamento, principalmente de Éxodo, Salmos, Daniel, Ezequiel, Isaías y Zacarías. Más de la mitad de los versículos en Apocalipsis incluyen alguna alusión a un tema o figura del Antiguo Testamento. Una lectura cuidadosa de Apocalipsis requiere consultar el Antiguo Testamento primero al estudiar un símbolo.
La literatura apocalíptica describe la realidad histórica o profética a través de visiones. Apocalipsis incluye más de sesenta visiones. Estas a menudo se superponen, de modo que es difícil determinar una secuencia cronológica exacta. Múltiples visiones pueden presentar diversas facetas de un mismo evento, con el fin de añadir detalles o presentar perspectivas alternas sobre dicho evento.
Quizás lo más importante que el lector debe recordar al estudiar la literatura apocalíptica es que debe concentrarse en los temas principales sin dejarse abrumar por los detalles. En Apocalipsis, los temas principales son el señorío de Jesús, la soberanía de Dios, y la victoria final de la iglesia. Estos temas unifican los múltiples hilos temáticos que se tejen a lo largo del libro.
Teorías de Interpretación
Dado que Apocalipsis es un tipo de literatura bíblica tan inusual, ha dado lugar a muchos enfoques diferentes para su interpretación. Hay cuatro enfoques principales para la interpretación de este libro. Cada uno de ellos tiene diversos énfasis. Para una introducción al libro de Apocalipsis, basta con un vistazo a estos cuatro enfoques. La bibliografía al final de la lección incluye varios recursos para profundizar en este tema.
Enfoque Preterista
Los preteristas creen que Apocalipsis se refiere a eventos que ocurrieron al final del siglo primero. Según este enfoque, los eventos de Apocalipsis ocurrieron durante la vida de Juan o poco después de su muerte. Esta perspectiva considera que Apocalipsis es una imagen del conflicto entre la iglesia y el Imperio Romano. Este conflicto terminó con la victoria del Reino de Cristo a medida que la iglesia se expandió por todo el mundo.
Enfoque Historicista
Los historicistas ven el Apocalipsis como una imagen simbólica de la historia de la iglesia desde el tiempo de la iglesia primitiva hasta el establecimiento de un cielo nuevo y una tierra nueva con el regreso de Cristo. Según este enfoque, Apocalipsis 1-3 habla a las iglesias del tiempo de Juan. Apocalipsis 4-19 presenta una imagen cronológica de la iglesia a través de la historia. Apocalipsis 20-22 describe la futura venida de Cristo.
Enfoque Idealista
Los idealistas concuerdan con los historicistas en que Apocalipsis presenta una imagen del conflicto entre el bien (Cristo y la iglesia) y el mal (Satanás y sus seguidores). No obstante, los idealistas afirman que esta es una imagen simbólica sin un orden histórico específico. Según este enfoque, Apocalipsis 4-19 no corresponde a ningún período histórico en particular. Es un símbolo del constante conflicto entre Cristo y el mal, conflicto que terminará con la venida de Cristo para establecer el cielo nuevo y la tierra nueva en Apocalipsis 20-22.
Enfoque Futurista
Al igual que los historicistas, los futuristas ven el Apocalipsis como una imagen de eventos históricos específicos. Este enfoque ve Apocalipsis 1-3 como la iglesia en los tiempos de Juan. A diferencia de los historicistas, los futuristas consideran que los capítulos 4-22 se refieren a eventos futuros. Dentro del marco de este enfoque futurista, hay cuatro interpretaciones dominantes del futuro descrito en Apocalipsis.
El premilenialismo clásico (que data por lo menos del siglo II) espera persecución contra la iglesia hasta el fin de los tiempos. Esta persecución va a culminar con un tiempo de «gran tribulación» justo antes de que Cristo regrese. Cuando Cristo regrese, tendrá lugar la resurrección de los creyentes, seguida por un milenio durante el cual Cristo reinará en la tierra.[1] El milenio será seguido por el juicio de los incrédulos ante el «gran trono blanco».[2] Entonces Dios establecerá un cielo nuevo y una tierra nueva, el hogar eterno de todos aquellos cuyos nombres estén escritos en el libro de la vida del Cordero.
El premilenialismo dispensacional es una variante más reciente de la enseñanza del premilenialismo clásico. Según esta corriente, la iglesia será removida de la tierra en un rapto previo al período de la «gran tribulación». La agitación de Apocalipsis 4-19 es vista como una descripción de la tribulación de Israel en la tierra durante un período de siete años, en el cual la iglesia estará con Jesús en el cielo. Luego Cristo regresará y establecerá su reinado milenial en la tierra. Al igual que en el premilenialismo clásico, este período es seguido por un juicio y la creación de un cielo nuevo y una tierra nueva.
El posmilenialismo (popular en los siglos XVIII y XIX) enseña que el evangelio va a extenderse por todo el mundo y a transformar la sociedad en una era de justicia y paz. Según este enfoque, el milenio es la era de la iglesia, específicamente del Espíritu Santo trabajando a través de la iglesia. Después del milenio, Cristo regresará, derrotará definitivamente a Satanás, e introducirá el cielo nuevo y la tierra nueva.
El amilenialismo (se remonta por lo menos al siglo II) concuerda con el posmilenialismo en que Cristo regresará después de los mil años de Apocalipsis 20:1-6. Los amilenialistas difieren de los posmilenialistas en que ven el milenio no como un período histórico, sino como un símbolo de la era de la iglesia. La promesa del milenio se cumple en una forma espiritual a través del ministerio de la iglesia. Apocalipsis describe las bendiciones y las luchas de la iglesia. Esto terminará con el regreso de Cristo, que será seguido por un juicio y la introducción del cielo nuevo y la tierra nueva para los creyentes.
Los lectores de Apocalipsis pueden volverse muy dogmáticos en su interpretación. No debemos confundir nuestra interpretación de Apocalipsis con la autoridad de las Escrituras. Dos personas que afirman la verdad absoluta de la Biblia pueden tener interpretaciones muy diferentes de este libro. A medida que usted estudie el libro de Apocalipsis, llegará a conclusiones que guiarán su interpretación. Sin embargo, tenga cuidado de no rechazar a otros creyentes que hayan llegado a conclusiones distintas de las suyas. Estas son diferencias de interpretación bíblica, no diferencias en cuanto a la autoridad bíblica.
Temas de Apocalipsis
Jesús es Señor
La literatura apocalíptica revela lo que ha estado oculto. Apocalipsis revela a Jesús en la plenitud de su gloria. Durante su ministerio terrenal, su gloria no se vio plenamente. Pablo prometió que llegará el día cuando «se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra».[3] Apocalipsis revela una imagen de la gloria de ese día.
Muchos símbolos en Apocalipsis provienen del Antiguo Testamento. Sin embargo, estos símbolos enseñan una teología netamente cristiana. El libro está unificado por una teología cristiana coherente que amarra cada aspecto de la actividad de Dios en la historia humana. Desde la visión de Juan del Hijo del Hombre hasta su imagen del Cordero victorioso, un tema central de Apocalipsis es el señorío de Jesucristo.[4] Jesús es Rey de reyes y Señor de señores.[5]
Dios está en Control
Para una iglesia sufriente, el mensaje de la soberanía de Dios era un gran mensaje de esperanza. Juan presenta a Dios como «el que es y que era y que ha de venir».[6] La visión de Dios en su trono en Apocalipsis 4-5 es semejante a la de Isaías 6. Al igual que Isaías, Juan ve a un Dios santo, majestuoso y soberano. Para una iglesia perseguida por Roma, fue inspirador leer en Apocalipsis que llegará el día cuando «todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay» se unirán en adoración a Dios y al Cordero.[7]
Victoria para el Pueblo de Dios
Como sucede con la mayoría de la literatura apocalíptica, Apocalipsis revela los propósitos de Dios en la historia humana. Aunque tiene muchos símbolos que para el lector moderno pueden ser difíciles de comprender, el mensaje general de Apocalipsis está claro: el pueblo de Dios tiene la victoria asegurada porque Jesús es Señor. Apocalipsis cambia con frecuencia su perspectiva de la tierra al cielo, lo que nos recuerda que sólo vemos un lado de la historia.[8] Aunque no lo vemos, Dios está cumpliendo Sus propósitos en el mundo. Como pueblo de Dios, tenemos asegurada la victoria final. El mensaje a la iglesia de Laodicea termina con estas palabras de ánimo, «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono».[9]
[1] «Milenio» se refiere a un período de 1,000 años.
[10] «En lo esencial, unidad. En lo no esencial, libertad. En todas las cosas, amor».
- Rupertus Meldenius, 1627
Apocalipsis en la Iglesia Hoy
Hay dos peligros relacionados con la lectura de Apocalipsis que se deben evitar. Algunos lectores encuentran este libro tan confuso que simplemente prefieren no leerlo. Como no pueden estar seguros de cuál es la interpretación acertada, simplemente no lo estudian.
El peligro opuesto es que algunos lectores están tan seguros de su interpretación, que rechazan a cualquiera que tenga una interpretación diferente. Se concentran en detalles menores y pierden de vista el mensaje central del libro. Es lamentable que en ocasiones el mensaje central de Apocalipsis se pierde en medio de las controversias en torno a detalles de su interpretación. El mensaje de Apocalipsis es vital para la iglesia hoy.
En una época en la que miles de cristianos mueren como mártires cada año, el mensaje de que Jesús es Señor ánima a los cristianos que están sufriendo a perseverar. Independientemente de cuál sea el enfoque de interpretación que se escoja, Apocalipsis anima a la iglesia con la promesa de la victoria definitiva.
Apocalipsis nos recuerda cómo deben vivir los creyentes hoy a la luz del fin de los tiempos. El estudio de los últimos días (escatología) no se trata principalmente de predecir eventos futuros; la principal preocupación de la escatología es cómo vivimos el presente a la luz de los propósitos supremos de Dios. Como creyentes, Apocalipsis nos anima a confiar en los propósitos de Dios. Como ministros, predicamos sobre Apocalipsis para animar a nuestras congregaciones a la fidelidad. En vez de leer Apocalipsis como un libro de mensajes codificados acerca del futuro, debemos leer Apocalipsis como la Palabra de Dios para el pueblo de Dios hoy.
Conclusión
Juan y Betty Stam eran misioneros en China cuando las fuerzas comunistas atacaron su ciudad en 1934. Esta joven pareja fue capturada, retenida para cobrar rescate, y llevada bajo custodia hasta la ciudad de Miaosheo. Alguien que pasaba por ahí les preguntó, «¿A dónde van?». Juan Stam respondió, «No sabemos a dónde van ellos, pero nosotros vamos al cielo».
Al día siguiente, Juan y Betty Stam fueron decapitados por un verdugo comunista. Juan escribió una última carta a sus superiores, la cual fue hallada entre la ropa de su pequeña hija. La carta terminaba con estas palabras, «… en cuanto a nosotros, que Dios sea glorificado, sea que vivamos o que muramos». Juan y Betty Stam conocían bien la verdad de Apocalipsis: Jesús es Señor y tendrá la victoria final. Ya sea en vida o en muerte, Dios está en control y sus caminos siempre son mejores.
Lección 12 Asignación
Demuestre su comprensión de esta lección con las siguientes asignaciones:
(1) Elija una de las siguientes asignaciones:
Prepare un sermón o estudio bíblico en el cual aplique el mensaje a una de las Siete Iglesias a las necesidades de su congregación. Puede escribir un documento de 5-6 páginas o grabar un sermón o estudio bíblico.
Al leer Apocalipsis, observe cuáles capítulos dan una visión de algo que tiene lugar en la tierra, y cuáles capítulos dan una visión del cielo. Escriba un breve ensayo en el que resuma lo que Apocalipsis revela acerca de la perspectiva del cielo en cuanto a los eventos de la tierra. ¿Cómo difiere la perspectiva del cielo de nuestra visión limitada aquí en la tierra?
(2) Haga el examen correspondiente a esta lección. La prueba incluye los versículos asignados para memorizar.
Lección 12 Preguntas de Examen
1. ¿Qué significado tenía la frase «César es Dominus et deus noster» en el primer siglo?
2. ¿Dónde se ubica la Isla de Patmos?
3. ¿Cuál es la fecha más probable para Apocalipsis?
4. Mencione tres formas en las que Juan presenta el mensaje de que Jesús es Señor.
5. Anote dos características de la literatura apocalíptica.
6. Defina brevemente los cuatro enfoques para la interpretación de Apocalipsis.
7. Mencione las cuatro perspectivas sobre el futuro dentro del enfoque futurista.
8. Anote los tres temas principales de Apocalipsis.
SGC exists to equip rising Christian leaders around the world by providing free, high-quality theological resources. We gladly grant permission for you to print and distribute our courses under these simple guidelines:
No Changes – Course content must not be altered in any way.
No Profit Sales – Printed copies may not be sold for profit.
Free Use for Ministry – Churches, schools, and other training ministries may freely print and distribute copies—even if they charge tuition.
No Unauthorized Translations – Please contact us before translating any course into another language.
All materials remain the copyrighted property of Shepherds Global Classroom. We simply ask that you honor the integrity of the content and mission.