En el Antiguo Testamento, el libro de Josué muestra la transición de Israel de la vida en el desierto a la vida en Canaán, y del liderazgo de Moisés al liderazgo de Josué. Josué describe una transición importante en la historia de Israel, el pueblo de Dios.
En el Nuevo Testamento, el libro de Hechos muestra la transición del ministerio terrenal de Jesús al ministerio espiritual del Espíritu Santo a través de la iglesia. Pasa de un enfoque en la obra de Jesús a un enfoque en la obra de los apóstoles. Hechos describe una transición importante en la historia de la iglesia, el pueblo de Dios.
El libro de Josué muestra una transición que fue parcialmente exitosa. Al final del libro, el pueblo de Israel jura lealtad a Dios.[1] Sin embargo, los cananeos no habían sido derrotados por completo. Ya en la siguiente generación, Israel estaba adorando a los dioses cananeos.[2]
Hechos muestra una transición mucho más exitosa. La comisión con la que empieza el libro se cumple al final del libro.[3] Hechos inicia con una iglesia judía centrada en Jerusalén; termina con una iglesia multicultural centrada en Antioquía. Hechos empieza en Jerusalén; concluye en Roma. Hechos da inicio con Pedro, miembro del círculo íntimo de Jesús, en primer plano; termina con Pablo, un antiguo perseguidor de la iglesia, en primer plano.
En la Lección 1 se presentó un panorama general del mundo del Nuevo Testamento. Una revisión de esa lección refrescará su memoria para el estudio de Hechos. Algunos datos adicionales son importantes para comprender la expansión de la iglesia primitiva a lo largo del Imperio Romano.
Geografía.
El enfoque de Hechos avanza desde Palestina hacia el mundo más amplio del Imperio Romano. Tome unos minutos para mirar un mapa en su Biblia o en un atlas de la Biblia.[1] Fíjese en los siguientes lugares que son importantes en el libro de Hechos.
Antioquía, en la provincia de Siria: el centro de la movilización cristiana más allá de Judea.
Filipos, en la provincia de Macedonia: la primera iglesia que se plantó en suelo europeo.
Éfeso, en la provincia de Asia: la capital de la provincia. La estrategia de Pablo fue plantar iglesias en las principales ciudades del Imperio Romano. A partir de una primera iglesia en una ubicación central, el evangelio se esparciría por toda la provincia.
Corinto, en la provincia de Acaya: la ubicación de Corinto en un istmo del Mar Mediterráneo la hacía una ciudad importante para el evangelismo.
Roma: el objetivo de Pablo era evangelizar el imperio desde esta ciudad central.
Historia.
Dos emperadores romanos son importantes en Hechos y en las epístolas.
Nerónfue emperador del año 54 al 68 d.C. Durante el reinado de Nerón, los cristianos fueron acusados de iniciar un gran incendio que destruyó gran parte de Roma. Esta falsa acusación llevó a una persecución generalizada contra los cristianos. Pedro y Pablo están entre los muchos cristianos ejecutados por Nerón.
Domiciano fue emperador del año 81 al 96 d.C. Él se atribuyó el título de «Señor y Dios» y persiguió a los cristianos que se negaron a jurarle lealtad. Al parecer el libro de Apocalipsis surge durante este período.
En Hechos, Lucas continúa la narración que inició en su evangelio. «En el primer tratado, oh Teófilo…».[1]
Al final del libro de Hechos, Pablo está bajo arresto en Roma.[2] Esto indica una fecha probable entre finales de los años 50 o principios de los 60, antes de que Pablo enfrentara un martirio inminente.
Propósito
El Evangelio de Lucas muestra a Jesús preparando a sus discípulos para dirigir la iglesia. Hechos muestra a los discípulos llevando el evangelio a todo el mundo. Hechos muestra la expansión del evangelio desde Jerusalén y Judea hasta Samaria y lo último de la tierra.
Temas Importantes
Detalle histórico
Al igual que el Evangelio de Lucas, Hechos presta cuidadosa atención a los detalles históricos. Hechos menciona más de treinta países, más de cincuenta pueblos y cerca de cien individuos.[3]
Evangelismo y misión
Al inicio de Hechos, Jesús comisiona a sus discípulos para llevar al evangelio a Jerusalén, Judea, Samaria, y «hasta lo último de la tierra». Al final de Hechos, el evangelio es predicado a lo largo del Imperio Romano.
La obra del Espíritu Santo
El Evangelio de Lucas presta atención al rol del Espíritu Santo en el ministerio terrenal de Jesús. En Hechos, Lucas muestra el rol del Espíritu Santo en la iglesia primitiva. El Espíritu Santo es el personaje central en Hechos. Es a través del Espíritu que los discípulos son empoderados para el ministerio.
El mensaje del evangelio
El Evangelio de Lucas fue escrito para confirmar la exactitud de las cosas que a Teófilo, como nuevo creyente, le habían enseñado. Hechos comparte el mismo interés en enseñar el evangelio a los nuevos convertidos. Cerca de una cuarta parte del libro consiste en sermones. Algunos sermones importantes en Hechos incluyen:
El sermón de Pedro en Pentecostés (Hechos 2)
La defensa de Esteban ante el Sanedrín (Hechos 7)
El sermón de Pedro en la casa de Cornelio (Hechos 10)
El sermón de Pablo en Atenas (Hechos 17)
Estos sermones muestran el mensaje central predicado por los apóstoles:
[3] Walter A. Elwell y Robert W. Yarbrough. Al Encuentro del Nuevo Testamento: Un Panorama Histórico y Teológico. Editorial Caribe, 1999.
[4] Los teólogos llaman a este mensaje central el kerygma, el evangelio predicado.
Contenido del Libro de Hechos
Hechos inicia con los discípulos en un estado de confusión. Luego de su entrada triunfal a Jerusalén, los discípulos creyeron que Jesús iba a establecer su reino terrenal. Por el contrario, Jesús fue arrestado, juzgado y crucificado. Con su resurrección, los discípulos recobraron la esperanza de un reino mesiánico.
Al comienzo de Hechos, Jesús les dijo a los discípulos que se quedaran en Jerusalén a esperar «la promesa del Padre». Ellos le preguntaron, «Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?». Los discípulos no entendieron su respuesta sino hasta tiempo después:
«No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».[1]
Esta comisión permite ver la estructura de Hechos: el evangelio en Jerusalén (1-7); el evangelio en Judea y Samaria (8-12); y el evangelio hasta lo último de la tierra (13-28).
El Evangelio en Jerusalén (Hechos 1-7)
El centro de la actividad en Hechos 1-7 es Jerusalén. La narración incluye la historia de Pentecostés, una descripción de la vida en la iglesia primitiva y el relato del martirio de Esteban.
Pentecostés: El Nacimiento de la Iglesia
Después de la ascensión, los discípulos regresaron a Jerusalén y «perseveraban unánimes en oración y ruego…».[2] Era Pentecostés, la «Fiesta de las Semanas» que se celebraba siete semanas después de la Pascua.[3] La Fiesta de las Semanas celebraba el don de la Ley dado a Israel. Hoy Pentecostés celebra el don del Espíritu Santo dado a la iglesia. En su sermón de Pentecostés, a fin de explicar las señales milagrosas que ocurrieron aquel día, Pedro le recordó a su audiencia que Joel había profetizado sobre un día en el que Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne. Esa promesa se cumplió en Pentecostés.[4]
La Vida en la Iglesia Primitiva
► ¿De qué modo es la iglesia primitiva un modelo para la iglesia de nuestros días? ¿En quéaspectos debería nuestra adoración asemejarse a la adoración en Pentecostés? ¿En qué se diferencia nuestra adoración de la adoración en Pentecostés?
La descripción de la vida en la iglesia primitiva plantea una cuestión importante para la interpretación del libro de Hechos. Hechos es un libro de historia, no una epístola teológica como Romanos. Un libro histórico incluye tanto descripción («esto fue lo que hicieron») como prescripción («esto es lo que se debe hacer»).
Al leer sobre la vida en la iglesia primitiva, el lector debe hacerse la pregunta, «¿Nos está diciendo Hechos que esta característica debería ser parte de la vida de la iglesia hoy? ¿O simplemente está describiendo un período en la historia de la iglesia?». Una manera de determinar la respuesta es preguntar, «¿Concuerda esto con el resto de la enseñanza bíblica? ¿Se encuentra este mandato en otros pasajes de las Escrituras?».
Dos ejemplos demuestran la diferencia entre prescripción y descripción en Hechos.
De acuerdo con Hechos 2:42, los cristianos del primer siglo perseveraban en la doctrina de los apóstoles, la comunión con otros creyentes y la oración. Las epístolas de Pablo exhortan a los creyentes al estudio de la Biblia, a la oración y a congregarse para adorar. De esto podemos concluir que estas actividades son un mandato para nosotros hoy; no son simplemente una descripción de un período en la historia.
De acuerdo con Hechos 2:45, los primeros cristianos «vendían sus propiedades y sus bienes» y tenían en común todas las cosas. Dado que esta práctica no se ordena en ninguna otra parte de las Escrituras, podemos inferir que esta es una descripción de la vida en aquellos tiempos, no una prescripción para nuestros días.[5]
► Antes de continuar con esta lección, tome unos minutos para reflexionar en algunas actividades de la iglesia primitiva. Para cada actividad considere, «¿Es esta actividad un mandato para nuestros días o es solamente una descripción de la vida en la iglesia primitiva?». Su respuesta debería estar determinada por lo que observa en toda la Biblia, no por su preferencia personal.
Estudio de la doctrina de los apóstoles
Comunión con otros creyentes
Adoración diaria en el templo
Señales y milagros para respaldar la obra del Espíritu
Venta de sus posesiones
Adorar a Dios
Evangelismo constante
Hablar en otras lenguas
Esteban: El Primer Mártir Cristiano
Después de Pentecostés, la iglesia continuó creciendo rápidamente. Muchas personas se convirtieron, incluyendo «muchos de los sacerdotes».[6] A pesar de los esfuerzos de los líderes judíos para esconder la verdad de la resurrección, estos sacerdotes conocían los hechos: el velo del Templo que se rasgó, la tumba vacía y la conspiración para ocultar la verdad. Los milagros y señales continuaron durante los primeros días de la iglesia, respaldando el ministerio de los apóstoles como una continuación del ministerio de Jesús.
En un contexto como este, la oposición era inevitable. Después de que falsos testigos lo acusaran de blasfemia, Esteban fue apedreado hasta morir. Antes de enfrentar el martirio, Esteban predicó un poderoso mensaje en el que resumió la actividad de Dios desde Abraham hasta Jesús. Hechos introduce a Saulo en la escena con la frase, «Y Saulo consentía en su muerte».[7] Pablo, quien se convertiría en el más grande misionero de la iglesia, es presentado primero como Saulo, quien «a la iglesia» al entregar a los creyentes en la cárcel.[8]
El Evangelio en Judea y Samaria (Hechos 8-12)
En Hechos 8-12, el evangelio llega más allá de Jerusalén, hasta Judea y Samaria. La persecución fue lo que empujó a los creyentes a salir de Jerusalén hacia Judea y Samaria. A donde huyeron, llevaron el evangelio. Dios usó la persecución para cumplir el mandato de Hechos 1:8. En Hechos 8-12:
Felipe, un judío greco-parlante, predica en Samaria con grandes resultados (8:4-25).
Felipe le predica a un oficial etíope que había viajado para adorar (8:26-40).
Saulo se convierte en el camino a Damasco, a donde iba para arrestar creyentes (9:1-22).
Pedro le predica a Cornelio, un comandante militar romano (10:1-11:18).
Bernabé ministra en Antioquía, capital de la provincial romana de Siria (11:22-30). Este ministerio es importante por dos razones:
Bernabé presentó a Saulo a la iglesia en Antioquía. Allí el ministerio de Saulo jugó un papel importante en su desarrollo.
Antioquía se convirtió en la principal iglesia misionera de la mitad del siglo primero. En todos los viajes misioneros de Pablo, Antioquía fue el punto de partida.
El Evangelio Hasta lo Último de la Tierra (Hechos 13-28)
El Primer Viaje Misionero (Hechos 13-14)
La segunda mitad de Hechos narra el ministerio del apóstol Pablo. Después de su conversión, Pablo pasó tiempo en Arabia, Damasco y Cilicia. Luego fue reclutado por Bernabé para enseñar en la iglesia en Antioquía, la cual había sido plantada por creyentes que habían huido de Jerusalén a causa de la persecución de Saulo.
Entre los años 47 al 49 d.C., Pablo y Bernabé, junto con Juan Marcos, primo de Bernabé, viajaron a Chipre (hogar de Bernabé) y a Asia Menor. Gran parte de su viaje estuvo dedicado a plantar iglesias en Galacia, una provincia romana de Asia Menor. A partir de este viaje, Saulo fue conocido como Pablo. Saulo era un nombre hebreo; Pablo era un nombre romano. Este cambio de nombre representa el llamado específico de Pablo a los gentiles.
Estando en Perge de Panfilia, Juan Marcos abandonó al grupo y regresó a casa.[9] Después de viajar hasta Derbe, Pablo y Bernabé volvieron sobre sus pasos, visitando nuevamente las iglesias que habían plantado, antes de regresar a su base en Antioquía.
El Concilio de Jerusalén (Hechos 15:1-35)
► ¿Cuáles principios del Concilio de Jerusalén deberían guiarnos hoy?
La conversión de los gentiles a través del ministerio de Pablo planteó un tema difícil en la iglesia. Había división entre los creyentes judíos, pues algunos insistían en que los creyentes gentiles debían observar todos los aspectos de la Ley Mosaica,[10] mientras que otros decían que la Ley Mosaica no era vinculante para los creyentes gentiles.
En el año 49 d.C. los líderes de la iglesia se reunieron en Jerusalén para resolver la disputa. Los que querían imponer la circuncisión a los gentiles hablaron primero. Luego Pedro habló de su experiencia en la casa de Cornelio, donde Dios «ninguna diferencia hizo entre nosotros (judíos) y ellos (gentiles), purificando por la fe sus corazones».[11] Pablo y Bernabé aportaron evidencias de la obra de Dios entre los gentiles.
Jacobo, el líder de la iglesia en Jerusalén, concluyó con la resolución del concilio de que los creyentes gentiles debían evitar cuatro prácticas:
Comer carne sacrificada a los ídolos
Comer carne de animales ahogados
Comer carne con sangre
Inmoralidad sexual
Esta no era una lista de reglas para que los gentiles obtuvieran la salvación. Por el contrario, era un modelo para la unidad entre creyentes de trasfondos ampliamente diferentes. Los requisitos relacionados con la comida permitieron que judíos y gentiles pudieran comer juntos, un símbolo importante de la unidad en la iglesia primitiva. El énfasis en la pureza sexual era necesario debido a la promiscuidad del contexto en medio del cual vivían muchos de los nuevos creyentes gentiles.
El Concilio de Jerusalén buscó un balance entre dos principios. El principio de libertad prohibía a los creyentes judíos imponer «sobre la cerviz de los discípulos un yugo» con estipulaciones innecesarias.[12] El principio de comunión requería que los gentiles se abstuvieran de prácticas que eran ofensivas para sus hermanos judíos.
El Segundo Viaje Misionero (Hechos 15:36-18:22)
No todo conflicto en la iglesia primitiva involucraba principios teológicos. Pablo y Bernabé decidieron separarse a causa de un desacuerdo personal con respecto a Juan Marcos.[13] Este desacuerdo muestra que Dios trabaja incluso a través de las circunstancias personales difíciles: Silas llegó a ser un obrero valioso, los esfuerzos de Pablo y Bernabé se multiplicaron al trabajar por separado, y más tarde Pablo se reconcilió con Juan Marcos.[14]
Pablo y Silas iniciaron este segundo viaje misionero visitando las iglesias que Pablo y Bernabé habían plantado en el primer viaje. Pablo y Silas también ministraron en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. En este viaje, el evangelio se predicó en territorio europeo después de que Pablo viera una visión de un hombre macedonio que pedía ayuda.[15] El joven Timoteo se unió al equipo de Pablo en Listra y Lucas se unió en Troas.[16] Pablo pasó cerca de dieciocho meses plantando una iglesia en Corinto. El equipo regresó a Antioquía después de más de tres años de viaje (50-53 d.C.).
El segundo viaje misionero muestra la oposición que Pablo enfrentó al predicar. Estuvieron encarcelados en Filipos; el hogar donde se quedaron en Tesalónica fue atacado por una turba; enemigos de Tesalónica los siguieron a Berea; y Pablo fue sometido a juicio en Corinto.[17]
El crecimiento de la iglesia tuvo un alto costo. Satanás no cedió terreno sin pelear. Sin embargo, Hechos muestra el poder del Espíritu Santo y el triunfo del evangelio, pues se plantaron iglesias en toda Asia Menor, Macedonia y Acaya.
El Tercer Viaje Misionero (Hechos 18:23-21:15)
Pablo se quedó poco tiempo en Antioquía antes de visitar nuevamente las iglesias en la región de Galacia y Frigia. La primera parte de este viaje se dedicó a fortalecer a los creyentes de las iglesias que se habían plantado en los viajes anteriores.[18] El tercer viaje misionero se extendió del año 53 al 57 d.C. La mayor parte de este tiempo (tres años) Pablo estuvo en Éfeso. Estando en Éfeso Pablo escribió las dos cartas a los Corintios, refiriéndose a problemas en esta iglesia difícil.
Después de salir de Éfeso debido a la oposición de los enemigos, Pablo viajó a Macedonia y Acaya. En esta región Pablo recogió una ofrenda entre las iglesias predominantemente gentiles para ayudar a los creyentes judíos que estaban pasando necesidad en Jerusalén. Esta demostración de la unidad de la iglesia revela que judíos y gentiles eran hermanos y miembros por igual de la iglesia de Cristo.
Arresto y Encarcelamiento (Hechos 21:15-28:31)
Regresando del tercer viaje misionero, Pablo se detuvo en Cesarea, donde el profeta Agabo le advirtió que sería arrestado en Jerusalén.[19] La última sección de Hechos narra el arresto de Pablo, su encarcelamiento en Cesarea, su apelación a Roma (el derecho de un ciudadano romano), el peligroso viaje a Roma (incluyendo un naufragio en la isla de Malta), y dos años de ministerio en Roma estando bajo arresto en una casa.
El final de Hechos muestra que la comisión de Jesús para ser testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y «hasta lo último de la tierra» estaba siendo cumplida. Mientras Pablo estaba bajo arresto, pudo ministrar libremente, «predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento».[20] A pesar de la oposición de los líderes judíos (en la primera parte de Hechos) o del gobierno romano (en la última parte de Hechos), el Espíritu Santo estaba empoderando a la iglesia para cumplir la comisión de Cristo.
Cronología del Ministerio de Pablo
(Las fechas son aproximadas.)
[5] La mayoría de los eruditos cree que esta práctica estaba relacionada con a) la necesidad de ayudar a los creyentes que habían perdido sus hogares y trabajos por causa de su fe y b) la creencia de la iglesia primitiva en el inminente retorno de Jesús.
[10] Estos cristianos eran de la «secta de los fariseos» (Hechos 15:5). Este asunto no era un debate universal de «judíos versus gentiles». Jacobo, por ejemplo, asumió el liderazgo para encontrar una solución al problema.
[21]Dichosos los primeros que partícipes fueron del nombre y la naturaleza de su Señor. Toda iniquidad abandonaron, Y en espíritu y verdad a Dios adoraron. Fueron llamados y en verdad, Ungidos con el poder de Jehová. Sus hijos por su Espíritu guiados, Y nacidos de Dios, no pecaron ya más.
- Charles Wesley Himno sobre Hechos 11:26
El Libro de Hechos en la Iglesia Hoy
El Evangelio de Lucas muestra la importancia del Espíritu Santo en el ministerio terrenal de Jesús; el Libro de Hechos muestra la importancia del Espíritu Santo en el ministerio de la iglesia. Algunos aspectos de la experiencia de la iglesia primitiva podrían ser reproducidos sin la presencia del Espíritu Santo. Podemos estudiar la Biblia en nuestra propia capacidad; podemos mantener cierto nivel de comunión en la iglesia; incluso podríamos reproducir algunas señales y milagros en nuestras propias fuerzas. Pero sin la presencia del Espíritu Santo en medio nuestro, jamás tendremos la realidad que se describe en Hechos.
El crecimiento transcultural de la iglesia en Hechos provee un modelo para la iglesia actual. Pentecostés trajo nuevos creyentes provenientes de Europa (Roma), Asia (Partia y Media) y África (Egipto y Libia) a la nueva iglesia. Hechos muestra una iglesia compuesta por estas culturas contrastantes trabajando «unánimes». Cuando surgieron conflictos, la iglesia aprendió a encontrar soluciones a través de la guía del Espíritu Santo. Nuestro objetivo para el evangelismo hoy en día debe ser el mismo, llevar el evangelio de Jesucristo a través de las fronteras culturales. Hechos provee un modelo para una iglesia que integra a todos los creyentes en el cuerpo de Cristo.
Los principios de libertad y comunión expresados en el Concilio de Jerusalén proveen un modelo para tratar con situaciones de conciencia en la iglesia actual. Tal como reitera Pablo en Romanos 14 y 1 Corintios 8, los creyentes deben evitar dos errores.
El principio de libertad requiere que nos abstengamos de imponer nuestras convicciones personales a otros creyentes.
El principio de comunión requiere que nos abstengamos de ejercer nuestra libertad a costa de hermano más débil. Esta clase de humildad mutua logra remover barreras entre hermanos y hermanas en Cristo.
Para las iglesias que enfrentan persecución, el crecimiento de la iglesia primitiva en medio de la oposición es una inspiración a la fidelidad. Más que simplemente ayudar a la iglesia a sobrevivir, Dios usó la persecución para empujar a los discípulos a salir de Jerusalén y cumplir la misión encomendada a la iglesia. Cuando permitimos que Dios trabaje a través de nosotros, Él edifica su iglesia aun en medio de la oposición de nuestro mundo.
Conclusión
En Hechos vemos cómo un temeroso grupo de discípulos arrinconados en Jerusalén se transformó en un valiente grupo de evangelistas que llevaron el evangelio hasta Roma y más allá. Hechos muestra al Espíritu Santo trabajando en y a través de la iglesia.
Una de las grandes evidencias del poder transformador del Espíritu Santo es la vida de los doce apóstoles. Los mismos discípulos que huyeron de la escena del arresto de Jesús, se convirtieron en hombres dispuestos a morir por el Señor resucitado. Un breve resumen de lo que la tradición refiere acerca de la muerte de los apóstoles testifica de la transformación que tuvo lugar en Pentecostés. El testimonio de los discípulos fue sellado con sangre.
Jacobo fue ejecutado por Herodes Agripa tan sólo 12 años después de Pentecostés.
Simón Pedro fue crucificado. No considerándose digno de morir de la misma forma que su Maestro, pidió que lo crucificaran de cabeza.
Andrés, el hermano de Pedro, fue crucificado en Acaya, cerca de Corinto.
Tomás fue transformado de «Tomás el Incrédulo» a un hombre de un compromiso tan grande que fue como misionero a la India, donde murió como mártir, probablemente atravesado por una lanza.
Felipe fue torturado y crucificado en Frigia.
Mateo fue decapitado en Nad-Davar, Etiopía.
Natanael(Bartolomeo) fue desollado y luego crucificado.
Jacoboel Menor fue llevado a la parte más alta del templo para que negara a Jesús. Tras rehusarse, fue arrojado desde lo alto del templo.
Simón el Zelote fue crucificado en Siria después de haber predicado en Egipto y Persia.
Judas Tadeo fue golpeado hasta morir mientras les predicaba a sacerdotes paganos en Mesopotamia.
Matías, quien fue elegido para reemplazar a Judas Iscariote, predicó en Etiopía. Murió apedreado colgando en una cruz.
Juan es el único apóstol que falleció de muerte natural. Sin embargo, pasó años en el exilio en la Isla de Patmos.
Para finalizar, por favor considere lo siguiente: «¿Qué quiere hacer Dios a través de la iglesia hoy?». Había 120 discípulos reunidos en Pentecostés; en aquel tiempo, aproximadamente 45,000,000 de personas vivían en el Imperio Romano. Desde una perspectiva humana, la tarea de evangelizar este mundo era imposible. Sorprendentemente, para el final del primer siglo, el evangelio había sido llevado por aquellos 120 creyentes llenos del Espíritu a cada rincón del Imperio Romano. ¿Qué quiere hacer Dios a través de su iglesia hoy?
Lección 4 Tarea
Demuestre su comprensión de esta lección con las siguientes asignaciones:
(1) Elija una de las siguientes asignaciones:
En la página 6 de esta lección se le pidió que considerara una lista de actividades de la iglesia primitiva. Se le pidió determinar para cada actividad si se trata de una descripción de la iglesia primitiva o de una prescripción para el presente. Para cada actividad que usted haya identificado como una prescripción, busque al menos un pasaje de referencia en el que claramente se ordena dicha actividad.
Con base en el sermón de Pedro en Hechos 2 o en el sermón de Pablo en Hechos 17, escriba un ensayo de una página, en el cual resuma los temas principales de la predicación apostólica.
(2) Haga el examen correspondiente a esta lección. La prueba incluye los versículos asignados para memorizar.
Lección 4 Preguntas de Examen
1. ¿Por qué Éfeso era importante para la estrategia de evangelismo de Pablo?
2. ¿Por qué Roma era importante para la estrategia de evangelismo de Pablo?
3. ¿Cuáles emperadores romanos están asociados con la persecución de la iglesia primitiva?
4. ¿Por qué el final de los años 50 o inicios de los 60 es la fecha más probable del libro de Hechos?
5. Mencione tres aspectos del kerygma, el mensaje central predicado por los apóstoles.
6. ¿Quién fue el primer mártir cristiano?
7. ¿Qué papel jugó la persecución en la movilización evangelística de la iglesia primitiva?
8. ¿Cuál fue la primera iglesia multicultural y misionera del primer siglo?
9. Mencione los cuatro requisitos que el Concilio de Jerusalén impuso a los convertidos gentiles.
10. ¿Cuáles resultados positivos surgieron de la separación de Pablo y Bernabé?
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