Ruth creció en una familia cristiana de la India. Un día su familia le habló de un joven predicador llamado Samuel que buscaba una esposa. A Samuel también le hablaron de ella. Ruth dijo que no estaba interesada en conocerlo. Un día llegó a casa por la noche y se enteró de que Samuel llevaba varias horas esperándola. No se alegró de verlo, pero de todos modos se sentó para que él le hablara. Este le dijo: «Soy profesor de un instituto bíblico. No me pagan mucho. También viajo para predicar el evangelio en lugares difíciles y a veces duermo en el suelo y a la intemperie. ¿Estás dispuesta a sufrir conmigo?». Ruth empezó a llorar mientras él hablaba porque sentía que Dios le estaba diciendo que ese era el hombre con el que debía casarse. Después de aquella conversación, se vieron pocas veces, y nunca a solas, hasta el día de la boda. En la actualidad, llevan muchos años sirviendo juntos en el ministerio.
La elección del cónyuge
¡Elige con cuidado!
Jesús dijo que el matrimonio es, por designio de Dios, un compromiso para toda la vida (Mateo 19:6-8). Uno no se casa con alguien solo por un momento, se casas con otro para tenerlo como compañero hasta que uno de los dos muera (Romanos 7:2). ¡Toma una decisión sabia!
No solo compartirán los buenos momentos y las alegrías de la vida. También tendrán que compartir las dificultades, angustias, crisis y tragedias de ella. Uno no sabe qué tipo de penas enfrentará. Estar casado con una pareja buena y piadosa traerá muchas bendiciones en los tiempos difíciles. Sin embargo, estos son peores cuando nos casamos con alguien que no es fuerte en el Señor. Uno se casa con alguien para el resto de sus vidas, para cualquier circunstancia. ¡Elige a tu cónyuge con cuidado!
[1]Uno se casa con alguien con quien formar una familia. Eliges al padre o madre de sus hijos y al abuelo o abuela de sus descendientes. Escoges a alguien cuya vida espiritual influirá mucho en la vida espiritual de tus hijos. Eliges a alguien cuyo carácter, hábitos y comportamientos imitarán sus hijos (Efesios 5:1). Escoges a quien formará y entrenará a tus hijos con el ejemplo y la palabra (Proverbios 23:26). Elige a una persona que cuidará y apreciará a sus hijos, alguien que los dirigirá y disciplinará con cuidado, diligencia y amor. Eliges a alguien que tendrá un impacto en varias generaciones, para bien o para mal. ¡Escoge con sabiduría!
► Pide a los estudiantes que lean Proverbios 14:1, Proverbios 24:3-4 y Proverbios
31:10-12, 30 al grupo.
La elección de tu pareja para el matrimonio es la segunda decisión más importante en tu vida; la primera es aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador. Tu decisión no solo cambiará el curso de tu vida, sino que también afectará a otras personas. Una decisión sabia te bendecirá a ti y a muchos otros. Una elección necia te dañará a ti y a otros. ¡Escoge en oración!
No existe gente perfecta en este mundo. Tú tienes problemas, debilidades y defectos. Tu cónyuge también será imperfecto y seguirá siéndolo durante toda la vida. Así que no busques una pareja perfecta. En lugar de esto, busca a alguien que ame a Dios sin reservas. Trata de encontrar a una persona que sea lo bastante humilde como para admitir y corregir sus errores y fallas. Un cónyuge así será una bendición para ti, ya que se ayudarán y sostendrán mutuamente en sus puntos débiles.
► Pide a los estudiantes que lean Proverbios 11:14, Proverbios 12:15, Proverbios 13:18 y Proverbios 23:22 al grupo.
Elige con sabiduría, elige para toda la vida. Busca el consejo de personas piadosas y de tus padres. Escucha sus advertencias. No te limites a escuchar tus propias emociones. Esta decisión es demasiado importante para que la tomes a la ligera.
No te cases con un incrédulo
Algo que es muy importante para Dios es que su pueblo se case solo con creyentes. Esto se debe a que nuestra relación con Dios es lo más importante en la vida y la eternidad. El matrimonio—la más cercana de todas las relaciones humanas—influye en la relación de una persona con su Creador. Es más difícil para un creyente mantener una relación cercana y cuidadosa con Dios cuando tiene un cónyuge no creyente.
Más aún, la incredulidad de uno de los padres influye mucho para que los hijos se opongan a Cristo. En las familias donde uno de los padres no es creyente, es poco común que todos los hijos sirvan al Señor. Dios quiere que le sirvamos y nos dice que criemos a nuestros hijos para que lo hagan también (Génesis 18:19; Deuteronomio 6:2, 7; Malaquías 2:15).
En el Antiguo Testamento, a los israelitas no se les permitía casarse con alguien que no perteneciera a la familia de fe.[2] Dios sabía que el matrimonio con no creyentes haría que el pueblo adorara a otros dioses, ¡lo que arruinaría su relación con el único Dios verdadero! El Antiguo Testamento nos muestra que eso es exactamente lo que sucedió en Israel.[3]
Aún hoy, los creyentes deben casarse solo con creyentes. No hagas concesiones en esto. No justifiques una relación romántica con un incrédulo.
► Pide a los estudiantes que lean 2 Corintios 6:14-18 y 1 Corintios 7:39 al grupo.
Cuando tu cónyuge no es creyente
Dios no quiere que un creyente soltero se case con un incrédulo. Eso está claro. Pero cuando uno de los cónyuges de una familia no creyente viene a Cristo para salvación, debe permanecer casado con la otra persona, a menos que esta se niegue a permanecer con él (1 Corintios 7:12-16). En algunos casos, se ha ganado a cónyuges incrédulos para salvación debido a la fe de su esposo o esposa cristianos (1 Corintios 7:14, 16; 1 Pedro 3:1-2). Sin embargo, los solteros cristianos nunca deben siquiera considerar el matrimonio con un no creyente.
Características para tener en cuenta en un posible cónyuge
Como preparación para el matrimonio, las personas deben desarrollar rasgos de carácter que les ayuden a ser buenas parejas. A medida que buscan con quién casarse, deben buscar a alguien que también esté desarrollando estas mismas características.
[4]Cásate con alguien cuya relación con Cristo te sirva de estímulo en tu propia relación con el Señor y te haga crecer espiritualmente (2 Pedro 1:5-9, 2 Pedro 3:18).
Cásate con alguien que tenga un buen carácter. Efesios 5:33 ordena a las esposas que respeten a sus maridos independientemente de su carácter; sin embargo, esto es mucho más fácil cuando están casadas con hombres que son dignos de respeto. El buen carácter incluye comportamientos tales como practicar el perdón, tener dominio propio, ser humilde, diligente y responsable, y tener un espíritu dócil. La persona con la que te cases no será perfecta, pero deberá desarrollar estos comportamientos.
Dios tiene altos estándares para los líderes de la iglesia y sus esposas
(1 Timoteo 3:2-4, 8-9, 11-12; Tito 1:6-8). Si un líder está casado con una mujer de mal carácter, su ministerio se verá seriamente obstaculizado.
Cásate con alguien que tenga una reputación de pureza y buen comportamiento (1 Timoteo 2:9-10, 1 Timoteo 3:7, 2 Timoteo 2:19, Tito 1:15, Tito 2:4-5).
Cásate con alguien que está aprendiendo a pensar bíblicamente (Salmos 119:66). Cuando se enfrenten a la tentación, al miedo, a una actitud equivocada o a una motivación errónea, aprenderán a recordar, creer y obedecer la Palabra de Dios (Proverbios 4:4-6, Josué 1:7-8). Cuando se enfrenten a necesidades, peligros, aflicciones o problemas de todo tipo, aprenderán a centrarse en Dios y a encontrar la ayuda que necesitan en su Palabra (Salmos 119:50, 92, 114).
Cásate con alguien que sea un buen padre o madre para tus hijos: alguien que les enseñe los caminos de Dios y viva una vida cristiana coherente delante de ellos (Proverbios 6:20-23, Efesios 6:4, 2 Timoteo 1:5, 2 Timoteo 3:14-15).
Cásate con alguien que ha optado por la influencia de amigos y mentores piadosos (Salmos 119:63, 2 Timoteo 2:22).
Cásate con alguien que se someta a la autoridad. Un hombre es sabio al buscar una mujer sumisa como esposa (Efesios 5:22). Del mismo modo, una mujer debe casarse con alguien que sea sumiso a Dios y a aquellos a quienes el Señor ha dado autoridad sobre él en la iglesia, en su trabajo, en el gobierno (Romanos 13:1, Efesios 6:5-8, Hebreos 13:17, 1 Pedro 5:5). Si su esposo se somete a Dios, ella recibirá protección y bendición.
► De las características enumeradas con anterioridad, ¿cuáles te parecen las más importantes? ¿Qué ejemplos has podido ver que ilustren la importancia de estas cualidades?
[1]«No elegiste nacer en la familia que te tocó; pero sí puedes elegir con quién casarte para crear tu futura familia».
Gary Thomas The Sacred Search
[4]El hombre y la mujer no deben comprometerse a casarse hasta que cada uno pueda decir con toda franqueza: «Podré servir mejor al Señor casado(a) contigo que soltero(a)».
Matrimonios arreglados por los padres
En muchas culturas, es normal que los padres arreglen el matrimonio de sus hijos. Por ejemplo, en un país muy grande los padres buscan un posible cónyuge para sus hijos y hablan con los otros padres. Después, suelen hacer que el hijo y la hija se conozcan. Puede que los jóvenes se vean una, o quizás dos o tres veces antes de tomar la decisión de casarse. Los hijos pueden elegir si aceptan a la persona elegida por los padres, aunque no tienen tiempo de conocerse bien.
Los padres cristianos en estas culturas deben seguir los valores bíblicos a la hora de buscar posibles candidatos para sus hijos. Deben buscar personas piadosas, sabias y maduras para ellos. Deben buscar individuos que pongan a Dios en primer lugar en sus vidas. Estas cosas deben influir en la selección de los padres más que la educación, la profesión, el estatus social o el nivel financiero de la persona.
Matrimonios independientes
Sabiduría para los padres de hijos adultos que están eligiendo a sus parejas
En algunas sociedades y culturas, como las europeas y norteamericanas, es habitual que los adultos jóvenes elijan a sus propios cónyuges sin mucha orientación por parte de los padres.
Los padres cristianos de estas culturas quizás piensen que tienen poca influencia en la decisión de casarse que toma su hijo adulto. Tal vez crean que no deben oponerse incluso si no están de acuerdo con la persona con la que su hijo desea casarse. Es posible que teman que sus críticas causen problemas en la relación entre su hijo y su cónyuge en el futuro.
Aunque los padres cristianos no arreglen el matrimonio de sus hijos, deben tener influencia sobre la elección de su cónyuge. Deberían hablar de estas cosas con ellos cuando aún son jóvenes. Los padres deben formar a propósito el pensamiento y los valores de sus hijos (Deuteronomio 6:5‑9). ¿Cómo puedes, como padre, hacer esto?
Sé tú mismo un buen ejemplo de esposo y padre piadoso. A menos que sigas los principios de Dios en tu vida, los consejos que dés a tus hijos no tendrán ningún significado. Si tu ejemplo no coincide con lo que dices, tus hijos escucharán tu ejemplo en lugar de tus palabras.
Pon énfasis en los estándares divinos en cuanto al propósito de la vida, el propósito y el significado del matrimonio, y lo que se debe buscar en un cónyuge (Salmos 34:11-12). Cuando vemos, escuchamos, leemos o miramos las normas del mundo, les estamos enseñando a nuestros hijos que ese es nuestro modelo, en lugar de que lo sea la Palabra de Dios. Por el contrario, deberíamos cultivar deseos piadosos en nuestros hijos poniendo nuestra atención en aquellos que siguen los designios de Dios. Debemos señalar los beneficios que disfrutan estas personas debido a su obediencia al Señor.
Enseña a tus hijos que el carácter importa más que cualquier otra cosa a la hora de elegir una pareja. Enséñales desde pequeños a observar y valorar el buen carácter en los demás, más que sus cuerpos o personalidades atractivas. Enséñales a fijarse en si sus amigos son responsables o perezosos, obedientes o rebeldes, honestos o mentirosos. Enséñales a preocuparse más por su propio carácter que por su apariencia.
Si los padres quieren que sus hijos los tengan en cuenta a la hora de elegir a sus futuros compañeros cuando sean adultos, deben enseñarles desde pequeños que escuchar al padre y a la madre es de sabios (Proverbios 1:8). Es demasiado tarde para enseñar esto durante la adolescencia o la edad adulta; es importante que les enseñen esto mientras sus hijos aún son pequeños (Proverbios 4:3-9). Escuchar a los padres piadosos es la manera en que Dios protege y bendice a los hijos.
Como se explicó en la Lección 4, los padres son responsables ante Dios de ayudar a sus hijos a mantener relaciones moralmente puras. Para hacer esto, deben tener una relación buena y abierta con ellos, en la cual estos le rindan cuentas y acepten su consejo. Este tipo de relación se construye en los primeros años de la niñez, a medida que enseñan, entrenan, dirigen y disciplinan con diligencia a sus pequeños cada día.
Sabiduría para el joven que elige a su cónyuge
Dios ofrece sabiduría a los creyentes jóvenes que deben tomar su propia decisión respecto al matrimonio. He aquí algunos sabios consejos para tomar buenas decisiones:
(1) Descarta opciones no bíblicas.
Por ejemplo, sabemos que no es la voluntad de Dios que los creyentes se casen con no creyentes, así que no debemos ni siquiera considerar tener una relación romántica con un inconverso.
(2) Ora pidiendo sabiduría (Proverbios 2; Santiago 3:13, 17).
Cuando buscamos la sabiduría de Dios con todo nuestro corazón, él se complace en dárnosla. La sabiduría se encuentra en el estudio cuidadoso y la obediencia a su Palabra. Asimismo, el Señor nos la da a través del consejo de personas piadosas. Abrazar la sabiduría divina nos protege del pecado y del mal. Su conocimiento nos bendice y nos da la oportunidad de experimentar el mejor designio que él tiene para nuestras vidas. Más importante aún, cuando tomamos decisiones sabias, glorificamos a nuestro Padre celestial.
(3) Sigue la dirección del Espíritu Santo (Salmos 119:133, Proverbios 3:5-7, Jeremías 10:23).
El Espíritu Santo nunca nos hará desobedecer la Palabra de Dios. Al contrario, nos la recuerda fielmente (Juan 14:26, Juan 16:13-14). Él guarda del pecado a los hijos obedientes y los recompensa con vida y paz (Romanos 8:5-6, 13-14; Gálatas 5:16, 22-25). Quizás no siempre sepamos todos los detalles de la voluntad de Dios en cada circunstancia, pero debemos obedecer lo que conocemos con certeza. Sabemos que Dios quiere que seamos fieles en lo espiritual y en lo moral. También conocemos que él quiere que evitemos ciertas cosas y que sigamos otras. Haz lo correcto y ora por la dirección del Padre.
(4) Presta mucha atención a los consejos de personas piadosas.
Los jóvenes que tienen padres piadosos deben buscar su sabiduría. Deben abrirse y ser sinceros con ellos acerca de lo que piensan sobre el matrimonio. Deben prestar mucha atención a las inquietudes de sus padres. Dios se los dio para ayudarlos a protegerse del mal y traerles el bien. Los jóvenes no deben desperdiciar la oportunidad de ser bendecidos de este modo.
Muchos jóvenes cristianos no cuentan con la ayuda de un familiar mayor y piadoso. Sin duda, deberían buscar el consejo de gente de carácter piadoso que ha demostrado la capacidad de tomar decisiones sabias con buenos resultados.
No obstante, los jóvenes no deben ignorar la opinión de sus padres, incluso si estos no sirven al Señor. Puede haber casos en los que un joven tenga que ir en contra de la voluntad de sus padres no salvos para obedecer a Dios, pero esto nunca debe hacerse en rebeldía (1 Samuel 15:23) o faltándoles el respeto (Éxodo 20:12). Sin importar el compromiso de los padres con Dios, él es capaz de ablandar sus corazones para que den su bendición al matrimonio de su hijo o hija. Orar y esperar a que el Señor cambie el corazón de los padres pondrá a prueba y fortalecerá la fe del creyente.
► Comenta algunos principios o ejemplos de las Escrituras sobre la participación de los padres en la decisión de casarse. ¿Qué deben hacer los padres para influir en el proceso de selección del cónyuge? ¿Cuál debe ser la actitud de un adulto cristiano hacia sus padres en la decisión sobre el matrimonio?
La amistad de la pareja antes de casarse
Si existe un período de noviazgo, lo mejor es que el hombre y la mujer pasen tiempo juntos en diversos contextos. Esto les permite aprender cómo se comporta la otra persona, cómo interactúa con los demás, cómo responde a circunstancias inesperadas y cómo afronta distintas situaciones. Este tiempo juntos puede ayudarles a entender si serán compatibles como pareja en el matrimonio.
Compromiso con la pureza
► Pide a los estudiantes que lean 1 Tesalonicenses 4:1-8 y 2 Timoteo 2:19-22 al grupo.
Dios creó en amor a los hombres y a las mujeres dotándolos de deseos y capacidades para la intimidad física y emocional. A causa de estos deseos, los jóvenes que buscan contraer matrimonio en el futuro deben tener cuidado en su relación con los demás. La intención de Dios es que estos deseos se cumplan dentro de un pacto matrimonial exclusivo y para toda la vida.
Si un hombre y una mujer no se comprometen de manera intencional con el cuidado y la pureza, es probable que desobedezcan a Dios siguiendo sus impulsos en tiempos de tentación. La desobediencia a los mandatos divinos para la pureza moral causa daño de muchas maneras y afecta a muchos, no solo a la pareja. Desobedecer produce remordimiento, ataduras, culpa, vergüenza, miedo, desconfianza y relaciones rotas.
[1]Hay muchas bendiciones para los que siguen el designio de Dios para la pureza. Aquellos que honran a Dios a través de la obediencia experimentarán todo lo bueno que él ha preparado para ellos. En lugar de las consecuencias de la desobediencia, tendrán gozo y paz. Podrán confiar los unos en los otros. Disfrutarán de una relación enriquecedora con el Señor y con los demás.
Estas bendiciones son una fuerte motivación para seguir el designio de Dios en cuanto a la pureza. Sin embargo, la mayor motivación de los creyentes para ser cuidadosos en esta área debe ser su deseo de honrar al Señor Jesús en todas las áreas de su vida. Una pareja de novios debe preguntarse: «¿Cómo podemos honrar mejor a Dios en nuestra relación? ¿Cómo podemos dar más gloria a Jesús?».
[2]Para evitar actos impuros, las parejas deben ser cautelosas ante cualquier aumento del contacto físico. Deben evitar pasar largos períodos de tiempo a solas en lugares donde sientan que nadie más sabrá lo que hacen. Los novios luchan con la tentación cuando el contacto físico se vuelve más importante en su relación que la comunicación. Podrían volverse incapaces de lidiar con asuntos espirituales y relacionales porque sus mentes y corazones están dominados por el deseo físico. Al principio de la relación, decidan juntos qué cosas harán (y qué no harán) en su noviazgo antes del matrimonio. Su plan debe protegerlos a ambos del pecado, ayudarlos a amar a sus futuros cónyuges y permitirles honrar a Dios. Comprométanse con su plan. Rindan cuentas a mentores piadosos y escuchen sus consejos y advertencias. Pasen tiempo juntos con amigos piadosos y familiares.
Actividades que fomentan el crecimiento
El noviazgo es un tiempo para conocerse, pero también debería ser un tiempo de crecimiento. He aquí algunas actividades que la pareja puede realizar junta:
Hacer proyectos de trabajo.
Aprender una destreza que sea nueva para ambos.
Leer y comentar buenos libros.
Estudiar o memorizar los mismos pasajes de las Escrituras y luego comentarlos.
Planificar y llevar a cabo actividades ministeriales juntos.
Cuidar niños juntos.
Pasar tiempo con la familia del otro.
Estas actividades:
Ayudarán al hombre y a la mujer a conocerse mutuamente.
Les ayudarán a saber si son compatibles el uno con el otro.
Aumentarán su capacidad para comunicarse bien entre sí.
Les ayudarán a crecer.
► ¿Cuáles de estos principios e ideas para el noviazgo son nuevos para ti? ¿Cómo deberían los creyentes de tu contexto aplicar los principios bíblicos para la pureza y para honrar a Dios en las relaciones antes del matrimonio?
Temas para tratar antes del matrimonio
En aquellas culturas en las que la pareja debe llegar a conocerse como parte del proceso de toma de decisiones, hay temas importantes que deben discutirse antes de la boda.
En algunas culturas, los acuerdos matrimoniales no permiten mantener conversaciones tan profundas antes de la boda. En el mejor de los casos, los padres comparten información para asegurarse de que la joven pareja es compatible.
En los casos en que los que se casan se conocen poco, resuelven estas cuestiones después de casarse, pero tales asuntos no pueden influir en su elección, puesto que ya se han comprometido el uno con el otro y con el Señor.
Cuanto más similares sean las creencias, los antecedentes, la cultura, las metas en la vida y los valores de un hombre y una mujer, más compatibles podrían ser en el matrimonio. En la medida de lo posible, una pareja que esté pensando en casarse debería dedicar tiempo a discutir:
Sus metas en la vida
Los valores que son importantes para cada uno de ellos
Su infancia y la forma en que fueron educados
Las relaciones con sus padres y otros familiares
Sus creencias doctrinales y prácticas de fe, como disciplinas espirituales, asistencia a la iglesia y obras de servicio y ministerio
Sus ideas y creencias sobre la crianza de los hijos, como instruirlos, educarlos, disciplinarlos y enseñarles a conocer y obedecer a Cristo
Su punto de vista sobre las finanzas, incluidos los gastos, el ahorro y la capacidad de afrontar tiempos difíciles
Cualquier problema de salud física o mental o discapacidad que tengan, y problemas de salud frecuentes en sus familias
En esta fase de la relación, deben hablar de los temas difíciles y complicados de la vida. Una vez que hayan hecho su compromiso con Dios y el uno con el otro, estarán casados en las buenas y en las malas. En el matrimonio, el esposo y la esposa comparten todo lo que son entre sí, por lo que es muy importante que exista una comunicación sincera antes de casarse. Las conversaciones deben ser cada vez más abiertas y profundas. Si la persona con la que pretendes casarte no está dispuesta a hablar de estos asuntos tan importantes, es una seria señal de peligro.
Poco antes de la boda, la pareja debe hablar de lo que creen, esperan y desean de la relación sexual dentro del matrimonio. Hablar de sexo demasiado pronto podría causar tentaciones innecesarias; sin embargo, es importante hablarlo antes del matrimonio.
Es de gran ayuda para el hombre y la mujer que se casan que:
Sean similares a nivel intelectual.
Tengan expectativas parecidas para la vida matrimonial.
Tengan creencias doctrinales y prácticas espirituales similares.
Tengan valores y prácticas parecidas en la gestión del dinero y del tiempo.
Coincidan en la forma de entender la vida y la educación de los hijos.
Señales de peligro en el noviazgo
John Drescher enumera ocho problemas que deberían hacer que un hombre o una mujer consideren seriamente poner fin a su relación de noviazgo:[3]
Tu pareja y tú discuten con frecuencia.
Evitan hablar de temas delicados porque temen herirse emocionalmente. Es una señal de peligro si piensas: «Será mejor que no hablemos de esto». El matrimonio implica hablar de muchas cosas con confianza y amor.
Su relación se está tornando cada vez más física. Cuanto más se involucren físicamente como pareja, menos podrán comunicarse mediante palabras, tono de voz, expresiones faciales y lenguaje corporal. Tocarse más y hablar menos puede ser una verdadera señal de peligro.
Percibes que sigues en la relación por algún tipo de miedo. Por ejemplo: «Me gustaría terminar la relación, pero no quiero decepcionar a nadie».
Tu pareja no es capaz de aceptar críticas constructivas. Cuando se equivoca, ¿se niega a disculparse? Eso es algo destructivo ahora, y lo será aún más si se casan.
Sus padres o amigos íntimos se oponen a su relación y a su futuro matrimonio. Esto puede ser, sin duda, una señal de peligro y debería hacerte considerar poner fin a la relación. Es cierto que uno no se casa solo con una persona, sino que se casa con una familia que influirá enormemente en la seguridad y el éxito del matrimonio.
Tu pareja es demasiado celosa o desconfiada. Por ejemplo, si duda de lo que dices o no confía en ti, es una señal de peligro. La desconfianza acabará con cualquier relación matrimonial. Por lo tanto, pon fin a la relación mientras puedas si tu pareja es demasiado celosa o desconfiada.
No estás cómodo con la relación; sobre todo cuando te encuentras a solas con tu pareja. Tienes el pensamiento o la impresión de que «algo anda mal». Presta atención a esa falta de paz interior.
[1]Obedecer a Dios es confiar en que él sabe y quiere lo mejor para uno.
(Consulta Proverbios 3.)
[2]Tu autocontrol en el presente
es un regalo para tu futuro cónyuge.
Tu cónyuge se sentirá protegido y honrado por tu decisión de obedecer a Dios.
Tu cónyuge se sentirá muy amado.
[3]Adaptado de John Drescher, For Better, For Worse: A Premarital Checklist, (Morgantown, PA: Masthof Press, 1999), pp. 30-31.
Conclusión
Proverbios 24:3-4: «Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable».
La elección del cónyuge es una de las más importantes. Dios se complace en ayudar a sus hijos a tomar decisiones sabias mientras analizan y conocen a sus posibles parejas.
Para el debate grupal
► ¿Qué ideas de esta lección han sido nuevas para ti? ¿Por qué son importantes? ¿Cómo te ayudará tu comprensión de estas ideas en las relaciones? ¿Cómo influirá tu comprensión de ellas en tu ministerio con los demás?
Oración
Padre celestial:
Gracias por guiarnos y proveernos. Te agradecemos por los principios que nos has revelado en tu Palabra y que nos ayudan a tomar decisiones sabias e importantes en nuestra vida.
Por favor, ayúdanos a tomar en cuenta tus prioridades a la hora de escoger una pareja. Ayúdanos a ser los hombres y mujeres que quieres que seamos. Permítenos ser humildes y escuchar los consejos de personas piadosas.
Queremos vivir vidas santas y fructíferas para tu gloria.
Amén
Tareas de la lección
(1) Selecciona parte de esta lección y enséñala en tu contexto ministerial. Puedes enseñarle a una persona o a un grupo de jóvenes. Informa al líder de la clase cuando hayas hecho este ejercicio.
(2) Por escrito, describe la relación entre un hombre y una mujer piadosos dentro de tu contexto que piensan casarse o planean hacerlo.
(3) Tanto si estás casado como si no, estudia las características que debes buscar en un posible cónyuge. Lee las referencias bíblicas mencionadas. Pídele a Dios que te muestre cómo necesitas crecer.
(4) Si eres soltero y piensas casarte en el futuro, elabora una lista en la que describas lo que buscas en una pareja. No es necesario que se la muestres al líder de la clase, solo hazle saber que has terminado la tarea.
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