Cuando Marco era niño, sus padres le enseñaron a ser un buen trabajador. Siempre se alegraba cuando tenía la oportunidad de trabajar y ganar dinero, y nunca perdía la oportunidad de hacer cualquier trabajo para el que lo contrataran. De joven, trabajaba limpiando jardines, repartiendo periódicos y arreglando bicicletas. A Marco le interesaba ser empresario, aunque era consciente de que Dios lo estaba llamando al ministerio. Estudió en un instituto bíblico. Para pagar sus gastos, realizó trabajos de limpieza en oficinas, restaurantes y jardines. Cuando se graduó, comenzó a trabajar en el ministerio, pero a veces pintaba casas o remodelaba inmuebles porque su ministerio no lo sostenía del todo. Pese a que tenía esposa e hijos que mantener, siempre buscó priorizar las responsabilidades del ministerio y su desarrollo personal en lugar de sacar provecho. A la larga, llegó el momento en que su ministerio lo sostuvo completamente.
Madurez y carácter
► Pide a los estudiantes que lean 1 Timoteo 4:12 y Lamentaciones 3:27 al grupo.
1 Timoteo fue escrito para un adulto joven que tenía bajo su responsabilidad la supervisión de varias iglesias. A partir de 1 Timoteo 4:12 vemos que Dios espera que los adultos jóvenes que son creyentes sirvan de modelo de carácter y conducta. Su prioridad debe ser mantenerse firmes en las doctrinas del cristianismo. Deben demostrar pureza y amor desinteresado en su interacción con los demás. Su comportamiento y vocabulario deben honrar a Dios y darle gloria.
Los adultos jóvenes que son creyentes deben vivir vidas prudentes y con propósito. No deben malgastar la fuerza que Dios les ha dado durante esta etapa de sus vidas. Tampoco deben desperdiciar las oportunidades que tienen para aprender, desarrollar habilidades, servir a los demás y asumir responsabilidades. La adolescencia y la adultez temprana no deben malgastarse en ambiciones egoístas, pues son etapas ideales para el crecimiento y el servicio. Dios puede enseñar a los creyentes jóvenes a tener autocontrol para que sean fructíferos para él.[1]
[1]Para más información sobre este tema, consulta la Lección 12 de Formación Espiritual, disponible en Shepherds Global Classroom.
Trabajo
Puntos de vista sobre el trabajo
Es frecuente que en algunas culturas la gente esté sentada y trabaje poco, a pesar de ser jóvenes y gozar de buena salud. Aunque tienen necesidades y tienen que hacerse cargo de otras personas, no sienten motivación para trabajar. Dicen que trabajarían si tuvieran un buen sueldo. No están dispuestos a trabajar por un salario bajo ni a desempeñar tareas que les parecen de poca categoría. No desean trabajar para mejorar su entorno si ello no les reporta beneficios personales.
A veces, las personas que consiguen un empleo se sienten entusiasmadas por tenerlo. Tal vez viven en un país donde gran porcentaje de la población no encuentra un buen trabajo. Disfrutan de llevar el uniforme de la empresa y se sienten orgullosos de su estatus laboral. Pero mientras disfrutan de ello, no se preocupan demasiado de cómo servir al empleador o a los clientes. Están orgullosos de formar parte de la empresa, sin embargo, no se dan cuenta de por qué fueron contratados.
A diferencia de quienes se niegan a trabajar, hay quienes se centran demasiado en su carrera profesional o en ganar dinero. Probablemente se mudaron a un lugar donde el salario es mucho más alto que en su lugar de origen. Quieren trabajar y ganar todo el dinero que puedan, pero descuidan otras partes importantes de sus vidas, como cultivar su relación con Dios y su familia.
Los individuos de una sociedad pueden hacer esto, no obstante, los creyentes no deben limitarse a hacer lo que es común en su cultura. Por el contrario, deben descubrir lo que Dios dice, y luego obedecerle. La Biblia menciona muchas cosas sobre el trabajo, la diligencia y la productividad.[1]
El origen del trabajo
Dios es creador (Salmos 104:24), es productivo (Salmos 104) ysiempre está obrando en la vida de las personas y en los acontecimientos mundiales de todos los tiempos (Juan 5:17). Cuando creó a los seres humanos, los hizo a su imagen y semejanza. Deseaba que fueran administradores capaces de crear y producir para su creación. Dios dio a la humanidad dominio sobre todos los animales de la tierra, el mar y el cielo (Génesis 1:26).
Puso a las personas como administradores y mayordomos de los recursos de la tierra (Génesis 1:28-30).
El trabajo forma parte del diseño de Dios para la vida humana. Desde el principio, el Señor ha otorgado a los seres humanos una gran responsabilidad. Todos rendiremos cuentas ante él de si hemos cumplido fielmente la tarea que nos ha encomendado.
Principios extraídos de Proverbios
El libro de los Proverbios fue escrito específicamente para enseñar a los jóvenes a pensar y comportarse con sabiduría. Proverbios tiene mucho que decir sobre el trabajo.
► Pide a los estudiantes que lean cada pasaje de las Escrituras al grupo.
Proverbios 6:6-11, Proverbios 10:5. Las hormigas ofrecen un buen ejemplo para las personas.
Trabajan diligentemente a pesar de que nadie las obliga a hacerlo. Nadie les dice lo que deben hacer ni cómo deben hacerlo y, sin embargo, son productivas. Gracias a las hormigas, aprendemos que no se nos debe obligar a trabajar, sino que debemos querer hacerlo porque así es como Dios satisface nuestras necesidades.
Trabajan cuando hay que hacerlo. Existen momentos en los que hay que trabajar y momentos en los que hay que realizar otras actividades y descansar. Puede ser de ayuda preguntarse: «¿Qué debería estar haciendo en este momento?».
Trabajan mientras aún hay oportunidad de trabajar. Las estaciones cambian, y la oportunidad de obtener recursos puede pasar. Nuestras oportunidades también van y vienen, así que debemos aprovechar la que tenemos ahora o la desperdiciaremos.
Trabajan para disponer luego del alimento que necesitan. No debemos descansar ni relajarnos cuando es momento de trabajar. Si somos perezosos cuando deberíamos dedicarnos a hacer un buen trabajo, nuestras necesidades en el futuro no serán cubiertas. Debemos trabajar hoy para satisfacer las necesidades de mañana.
Proverbios 19:15, Proverbios 20:4, Proverbios 12:24. Dios ha construido el mundo de tal manera que nuestras decisiones tienen consecuencias reales (Gálatas 6:7).
Si siempre escogemos ser perezosos con nuestro cuerpo, nos debilitaremos físicamente. Si siempre escogemos ser perezosos con nuestros pensamientos, nuestra capacidad de aprender, pensar y razonar disminuirá.
Si nos negamos a trabajar cuando podemos, Dios nos dice que merecemos estar sin comer (Lee 2 Tesalonicenses 3:6-12).
Si somos diligentes, a menudo Dios nos recompensará con mayores oportunidades y responsabilidades.
Dios ha establecido consecuencias para nuestras elecciones. No podemos elegir las consecuencias, pero ¡sí podemos elegir lo que vamos a hacer!
Proverbios 14:23, Proverbios 20:6. Algunos se creen muy listos, pero se niegan a trabajar. Les gusta soñar y hablar de cómo hay que hacer las cosas, mientras que ellos mismos no hacen nada. Dios quiere que trabajemos de verdad, no solo que hablemos de ello. Quiere que seamos responsables y fieles a lo que hemos dicho que vamos a hacer.
Proverbios 15:19. A veces las personas tienen pereza de cómo hacer algo. Eligen el camino fácil, aunque no les dé un buen resultado. Tal vez hagan algo más barato, pero aquello no durará a largo plazo. Puede que su método requiera menos esfuerzo, pero el producto final será de mala calidad. Quizás cedan a la presión de otras personas en lugar de estar dispuestas a superar los retos y hacer lo correcto.
► ¿Qué ejemplos se te ocurren de personas perezosas en su método de hacer algo?
Este proverbio nos enseña que cuando somos perezosos en la forma de hacer lo que hacemos, nos creará problemas a nosotros y a otras personas en el futuro. En cambio, si hacemos lo correcto, seremos recompensados con un buen resultado. Debemos ser cuidadosos y minuciosos hoy, para poder disfrutar de los mejores resultados más adelante.
► ¿Qué ejemplos se te ocurren en los que la pereza haya provocado problemas y dificultades después? ¿Qué ejemplos se te ocurren en los que la fidelidad y la diligencia hayan dado buenos resultados?
Proverbios 12:11, Proverbios 21:20, Proverbios 28:19. Adultos jóvenes, Dios no les ha dado la fuerza y la salud que poseen para que las malgasten en actividades inútiles. Él ha confiado en ustedes para que sean buenos administradores de sus capacidades físicas y mentales. Les ha dado oportunidades para servirle. Ser un mayordomo fiel requerirá que tengan autocontrol. No podrán satisfacer todos tus deseos por placer, sino que tendrán que concentrar su energía, recursos y tiempo para cumplir los propósitos del Señor.
Dios espera que proveas para tus propias necesidades, las de tu familia (1 Timoteo 5:8) y las de aquellos que necesitan ayuda y no tienen quien les provea (1 Timoteo 5:3-16, Efesios 4:28, Santiago 1:27, Santiago 2:15-16).
1 Tesalonicenses 4:10-12 dice:
Pero les instamos, hermanos, a que abunden en ello más y más, y a que tengan por su ambición el llevar una vida tranquila, y se ocupen en sus propios asuntos y trabajen con sus manos, tal como les hemos mandado; a fin de que se conduzcan honradamente para con los de afuera, y no tengan necesidad de nada.
Esta es la voluntad de Dios para los creyentes.
► ¿Qué clase de trabajo deben estar dispuestos a hacer los creyentes? ¿Tiene importancia el estatus? Si es así, ¿de qué manera o en qué medida?
Ampliaremos el tema del trabajo hablando de las finanzas. Acabamos de analizar las razones más importantes por las que Dios quiere que trabajemos, entre las que se encuentran la provisión de nuestras necesidades y las de los demás. El trabajo es la forma en que Dios nos provee de lo necesario: alimento y vestido (1 Timoteo 6:8). En muchas partes, las personas ganan dinero trabajando, y luego lo gastan en cosas materiales. En otros, en lugar de dinero, se les paga con comida, bienes o servicios. Sea como fuere, Dios satisface las necesidades de las personas a través de su trabajo.
[1]Para más información sobre este tema, consulta la Lección 3 de La vida cristiana práctica, disponible en Shepherds Global Classroom.
Finanzas
Varios pasajes de la Biblia se refieren al tema del dinero. La forma en que pensamos y gestionamos el dinero influye en gran medida en nuestras relaciones con Dios y con los demás. Por su importancia, Dios desea que tengamos una comprensión correcta del dinero y de su uso.[1]
Principios extraídos de Proverbios
► Pide a los estudiantes que lean cada pasaje de las Escrituras al grupo.
¿Cuál es la fuente de nuestra seguridad?
Dios es quien provee a los justos (Proverbios 10:3).
No debemos amar ni depositar nuestra confianza en las riquezas, porque son limitadas en su poder y de corta duración (Proverbios 11:4, 28).
► ¿Qué pensamientos, actitudes y acciones demuestran que una persona confía en Dios como su proveedor y protector?
Existen cosas más importantes que ser rico; por ejemplo:
Tener buenas relaciones con los demás (Proverbios 15:17).
Tener conocimiento y sabiduría (Proverbios 8:10-11).
Temer a Dios y vivir en buena relación con él (Proverbios 15:16).
Tener buena reputación a causa del buen carácter (Proverbios 11:16).
Ser fiel, honesto y bondadoso (Proverbios 19:22).
► ¿Cuál de los siguientes es el que te supone un mayor reto debido a tus circunstancias?
Principios para gestionar el dinero de manera correcta:
Ganar dinero trabajando con diligencia y fidelidad (Proverbios 10:4).
Recaudar dinero de manera paciente a lo largo del tiempo (Proverbios 13:11).
Honrar a Dios dándole la primera parte de tus ingresos (Proverbios 3:9-10).
Ser generoso con los pobres (Proverbios 11:24-25, Proverbios 14:21, Proverbios 19:17, Proverbios 21:13).
► ¿Con cuál de las siguientes sueles tener más dificultades?
Amonestaciones contra el mal uso del dinero:
Nunca desobedecer la Palabra de Dios con tal de obtener dinero (Proverbios 10:2, Proverbios 15:27).
No tomar decisiones precipitadas o imprudentes (Proverbios 21:5).
No prometer pagar las deudas de otros (Proverbios 6:1-5; Proverbios 17:18).
► ¿Cuáles de estos principios extraídos de Proverbios son los que más se pasan por alto en tu cultura?
[1]Para más información sobre este tema, consulta la Lección 9 de La vida cristiana práctica, disponible en Shepherds Global Classroom.
Amigos cercanos
► Pide a los estudiantes que lean Proverbios 13:20 y 1 Corintios 15:33 al grupo.
Las amistades cercanas representan una de las influencias más fuertes en la vida de un adulto joven. Por lo general, la gente se hace amiga de quienes comparten sus valores. Pero esa amistad cambia a cada individuo, para bien o para mal. Ser amigo cercano de alguien influirá en ti con el paso del tiempo. Tus perspectivas, filosofías, prioridades, comportamiento, decisiones y carácter se verán afectados. Tus amigos más íntimos no solo te influirán con su ejemplo, sino también dándote su aprobación o rechazo por tus decisiones y con sus palabras persuasivas.
► Cada estudiante debe escribir el nombre de 1 a 5 personas específicas en respuesta a cada una de las siguientes preguntas:
¿A quién suelo pedir aprobación y afirmación?
¿Con quién hablo acerca de los problemas de mi vida?
¿A quién pido consejo cuando debo tomar una decisión?
¿El comportamiento de quién influye sobre el mío?
¿La filosofía de quién comparto?
Piensa en las personas que has escrito. ¿Cómo son? ¿Cómo se comportan? ¿Cómo hablan? Si sigues su ejemplo, ¿sigues a Cristo? (1 Corintios 11:1). ¿Son gente que se caracteriza por estas cosas?
Temen al Señor (Deuteronomio 10:12, 20; Salmos 112:1).
Son moldeados por la Palabra de Dios (Juan 17:14-17).
Su máxima prioridad es agradar y obedecer al Señor en todo (2 Corintios 5:9‑10).
¿Te están influenciando a caminar de manera cercana y en obediencia a Dios? ¿Te dicen lo que es verdad (lo que concuerda con la Palabra de Dios), o te dicen lo que resulta más sencillo de escuchar? ¿Te animan a hacer lo que deseas, o a hacer lo que es correcto ante los ojos de Dios aunque sea difícil?
Había una vez un joven muy influyente. Los demás jóvenes lo buscaban para que él aprobara la forma que ellos tenían de comportarse. Lo miraban cuando decían algo sarcástico o grosero, para ver si sonreía. Cuando hacían algo rebelde, lo miraban para ver si les guiñaba el ojo en señal de aprobación. Querían complacerlo. Pero ninguno se detuvo a plantearse las siguientes preguntas: ¿Por qué quiero su aprobación? ¿Es una persona a la que debería tratar de complacer? ¿Son su carácter y comportamiento un buen modelo para mí?
Requiere un gran esfuerzo meditar sobre estos asuntos. Los creyentes deben ser intencionales a la hora de elegir a sus amigos más cercanos y a las personas que más influyen en ellos. Claro que Dios quiere que su pueblo influya en otros que no son maduros espiritualmente o que todavía no creen, no obstante, esas personas no califican para ser nuestros amigos más cercanos, consejeros e influencias. No debemos buscar su aprobación.
► Pide a un estudiante que lea Salmos 101 al grupo.
Este salmo fue escrito por el rey David, que temía al Señor y se comprometió con él a vivir una vida íntegra. Sabía que a quienes dejara que influyeran sobre él le ayudarían a cumplir dicha promesa o se lo impedirían. Por eso, decidió elegir solo a personas fieles y piadosas para que lo influyeran.
No somos reyes como lo fue David y no solemos tener la autoridad o la responsabilidad de castigar a malhechores como él prometió hacer. Aun así, debemos seguir el ejemplo de David en otros aspectos, como comprometernos a llevar una vida íntegra, determinar que solo elegiremos a personas piadosas como nuestros amigos más cercanos y nuestras mayores influencias.
Toma de decisiones
La edad adulta temprana es una época en la que se toman muchas decisiones, algunas de las cuales tendrán consecuencias para toda la vida (o incluso eternas).[1] A continuación se plantean algunas de las preguntas que deberíamos considerar a la hora de decidir:
¿Esta acción es coherente con la persona que Dios quiere que sea? La sociedad nos dice: «Sé tú mismo», «Sé fiel a ti mismo», «Sigue a tu corazón». Pero nuestro llamado es a ser fieles a Cristo, no a nosotros mismos. De hecho, él nos ordena decir «no» a nuestros propios deseos cuando entran en conflicto con la obediencia a él (Mateo 16:24-26). Dios nos llama a vivir de acuerdo con su estándar de justicia. Describe a las personas que serán bendecidas, aquellas que le temen y le obedecen en todo (Salmos 15, Salmos 112, Mateo 5:3-11). Si lo seguimos fielmente, nos convertiremos en las personas que Dios quiere que seamos.
¿Cómo influirá esto en mi reputación? Con cada elección que realizamos, construimos nuestra propia reputación (Proverbios 20:11). Es cierto que lo que más debe importarnos es lo que Dios piense de nosotros. Sin embargo, cuando se nos conoce como personas íntegras, influimos en otros para bien y nos convertimos en testigos fiables de Cristo. Proverbios 22:1 nos enseña que nuestra prioridad debe ser tener una buena reputación antes que poseer riquezas materiales.
¿Qué consecuencias tendrá esta elección? Proverbios 22:3 nos dice que debemos prepararnos para el futuro tomando buenas decisiones en el presente. Cuando pensamos en nuestras alternativas, hay que considerar las consecuencias probables de cada una de ellas. ¿Cómo influirá nuestra elección en nuestras vidas y en las de los demás?
Proverbios 4:23 nos recuerda que nuestras elecciones y conductas provienen de las motivaciones del corazón. Si queremos tomar buenas decisiones que agraden a Dios, debemos asegurarnos de que le somos fieles (Deuteronomio 6:2, 5-6, Deuteronomio 13:4).
[1]Para más información sobre este tema, consulta la Lección 5 de La vida cristiana práctica, disponible en Shepherds Global Classroom.
Salud física
Los adultos jóvenes tienen la responsabilidad de sus decisiones personales, como las relacionadas con lo que comen, su actividad física y rutinas de ejercicio, y sus hábitos de sueño. El autocontrol es fundamental en todas estas áreas (1 Corintios 9:27). El creyente debe recordar que su cuerpo es templo del Espíritu Santo y que fue redimido por la sangre de Cristo (1 Corintios 6:19-20). Puesto que además somos siervos de Dios, debemos cuidar nuestros cuerpos y disciplinarnos para tomar buenas decisiones en cada una de estas actividades, de modo que alcancemos el máximo potencial para él.[1]
► Pide a los estudiantes que lean 1 Corintios 6:12-13, 19-20, y 1 Corintios 10:31 al grupo.
Piensa en lo que has comido en la última semana. Tal vez has tenido abundancia de comida, con muchas opciones para elegir. Quizás has tenido poco que comer, con pocas opciones. Sea como sea, el comer y el beber deben glorificar a Dios. Si Jesús fuera invitado a sentarse y comer contigo, ¿elegirías los mismos alimentos y porciones que sueles comer? Esto puede parecer una pregunta tonta, pero tal vez nos recuerde que debemos tener consideración, gratitud y autocontrol a la hora de comer.
El sueño es otra de las áreas en las que los creyentes deben demostrar autocontrol. No debemos ser perezosos y dormir demasiado (Proverbios 6:10-11, Proverbios 20:13), y, sin embargo, Dios diseñó nuestros cuerpos para que necesitaran descansar de manera regular y en cantidad suficiente (Salmos 3:5). Los adultos sanos normalmente necesitan de seis a ocho horas de sueño por noche.
Eclesiastés 5:12 nos explica que el sueño es una recompensa para los que trabajan con diligencia. Proverbios 3:24 y Salmos 4:8 hablan del sueño placentero y tranquilo que Dios da a sus hijos. Es el tipo de sueño que restablece nuestros cuerpos. Con la paz de Dios, nos liberamos de las preocupaciones y afanes cotidianos, con la certeza de que un Dios fiel vela por nosotros. El sueño reparador vigoriza el cuerpo y la mente, a fin de que podamos estar preparados para las actividades y el ministerio que nos esperan.
Proverbios 3:24 se halla dentro de una parte del libro de Proverbios que contiene instrucciones para vivir una vida llena de sabiduría, entendimiento y prudencia. Si deseas disfrutar de un sueño placentero, debes tomar decisiones sabias en otras áreas de tu vida, como la cantidad de tiempo que pasas viendo la televisión o películas, navegando en internet o utilizando tu teléfono inteligente, y el tiempo que pasas con tus amigos.
La comida y las porciones que elegimos durante el día, la cantidad de ejercicio que hemos practicado, cómo hemos afrontado una situación difícil o cómo hemos gastado el dinero pueden afectar el sueño. El sueño puede llegar a ser placentero cuando nuestras relaciones con los demás están llenas de las cualidades del fruto del Espíritu que se enumeran en Gálatas 5:22-23.
► Tómate el tiempo de leer los pasajes a los que nos referimos en la sección anterior. Examina tu sueño según los principios que se encuentran en ellos. ¿Le estás dando a tu cuerpo el descanso que necesita para funcionar correctamente como Dios lo quiso? Fíjate en el contexto de los versículos de los salmos: David los escribe en situaciones muy estresantes y, sin embargo, da testimonio de la fidelidad de Dios al ayudarlo a restaurar su cuerpo a través del sueño.
[1]Para más información sobre este tema, consulta la Lección 13 de La vida cristiana práctica, disponible en Shepherds Global Classroom.
Cómo afrontar el estrés
Por designio divino, los primeros años de la vida adulta están cargados de muchas responsabilidades y preocupaciones que requieren atención y pueden causar estrés (Lamentaciones 3:27). Es posible que alguien esté intentando terminar sus estudios, iniciar un negocio y tener uno o varios empleos. Muchas relaciones necesitan la atención intencional del adulto joven. Las finanzas, las necesidades de transporte y el hogar necesitan atención y, al mismo tiempo, son motivo de estrés.
Se ha definido el estrés como «la respuesta física y emocional a acontecimientos que nos amenazan o desafían».[1] Piensa en cómo contemplas tus circunstancias. ¿Cómo afrontas a nivel mental una situación por la que estás pasando?
Cuando piensas en el futuro, ¿cómo lo ves? ¿Qué emociones te permites sentir ante lo posible? ¿Qué punto de vista influye en cómo afrontarás dicha situación? En términos generales, ¿cuál es tu temperamento y personalidad (Proverbios 15:15)?
Tu punto de vista, temperamento y personalidad influyen en cómo reaccionas ante las situaciones de la vida y en el nivel de estrés que experimentas. Si bien el estrés es algo natural en nuestras vidas, la forma en que lo manejamos es una cuestión personal. La ansiedad puede provocar dolores de cabeza, dolores musculares, enfermedades, hipertensión, úlceras y muchas otras limitaciones mentales, emocionales y físicas (Proverbios 12:25). Además, una mala respuesta al estrés puede entorpecer en gran medida tu servicio a Cristo. Por este motivo, no es extraño que la Palabra de Dios nos pida que no nos preocupemos ni nos afanemos.
► Pide a los estudiantes que lean Mateo 6:34, 1 Pedro 5:7 y Salmos 105:4 al grupo.
Cuando nos enfrentamos a circunstancias abrumadoras, debemos elegir confiar y depender de Dios, que es el único que no tiene limitaciones. Él es perfecto en fuerza, sabiduría y bondad. Cuida de sus hijos a la perfección. Por eso quiere que nos demos cuenta de que dependemos de él, que le llevemos todas nuestras preocupaciones y que busquemos su fortaleza. Si lo hacemos, nos dará paz, descanso y todo lo que necesitamos. Durante nuestra juventud, tenemos que aprender a permanecer serenos y tranquilos ante el Señor a la espera de que el nos guíe (Salmos 46:10, Lamentaciones 3:25-27).
▶ Haz una lista de las situaciones de estrés que estás viviendo ahora. ¿Cómo debes responder basándote en la Palabra de Dios?
[1]Robert S. Feldman, Discovering the Lifespan, 2.a ed. (Upper Saddle River, NJ: Pearson, 2012), p. 317.
Para el debate grupal
▶ ¿Qué ideas o principios de esta lección te resultaron nuevos? ¿En qué otros principios bíblicos has pensado que guarden relación con estas áreas de la vida del adulto joven?
▶ ¿Cómo se verá transformada tu vida personal por lo que has estudiado en esta lección?
▶ ¿Cuáles de estos temas urge abordar en tu iglesia entre los adultos jóvenes creyentes?
▶ ¿Cómo puedes influir en los adultos jóvenes cristianos que conoces para que piensen y se comporten de acuerdo con la Biblia en estas áreas de sus vidas?
Oración
Padre celestial:
Gracias porque tu Palabra nos enseña cómo debemos vivir para ti en cada etapa de la vida. Gracias por prepararnos para vivir vidas fructíferas y productivas en nuestros años de adultos jóvenes.
Ayúdanos a glorificarte al administrar fielmente la fuerza, los recursos y las oportunidades que nos das. Ayúdanos a influir piadosamente en los demás y a elegir amigos y consejeros piadosos.
Haz que tomemos decisiones sabias y te honremos con nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Amén
Tareas de la lección
(1) En 1 Timoteo 4:12, Pablo encargó a Timoteo que fuera ejemplo en determinadas áreas. Define por escrito cada una de ellas. Luego describe cómo se pueden poner en práctica en la vida de un adulto joven. Menciona por lo menos un ejemplo práctico para cada una.
(2) Elige uno de los temas de esta lección:
Madurez y carácter
Trabajo
Finanzas
Amigos cercanos
Toma de decisiones
Salud física
Estrés
Escribe al menos tres párrafos sobre el tema que hayas elegido:
Resume los principios bíblicos referentes a dicho tema.
Explica algunas de las consecuencias positivas que se derivan de la obediencia de tales principios.
Describe algunas consecuencias negativas que se derivan de ignorar estos principios.
Cuando escribas sobre las consecuencias positivas y negativas, recuerda pensar en los efectos de las decisiones de un individuo en otras personas: en él mismo, en su familia, en su comunidad y en su iglesia.
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