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Lesson 8: Vida en el Espíritu

17 min read

by Stephen Gibson


Estudio del pasaje - Romanos Parte 4, Pasaje 3

En esta lección continuamos con la Parte 4 del libro de Romanos. Hemos estudiado Romanos 6 (sobre la victoria sobre el pecado) y Romanos 7 (sobre el pecador convicto). En esta lección estudiaremos Romanos 8, que describe la vida de un cristiano en las circunstancias difíciles del mundo.

Punto principal del capítulo 8

Aunque el creyente vive en un mundo caído, sufriendo por sus condiciones y por su propia debilidad, el Espíritu Santo le da la victoria sobre el pecado y sobre todas las circunstancias.

Resumen del capítulo 8

Este capítulo se refiere varias veces a cada una de las tres personas de la Trinidad. Las tres están estrechamente implicadas en nuestra salvación presente y final. Podemos vivir en victoria sobre la carne, disfrutar de la seguridad personal de la salvación, soportar las circunstancias de la creación caída, orar con ayuda espiritual más allá de nuestras propias percepciones y persistir en nuestra relación salvífica con Dios.

8:1-13 forma un pasaje que podría titularse "Ya no en la carne".

Introducción a 8:1-13

Los que no están condenados son los que ya no siguen la carne. Estar en la carne no significa simplemente ser humano, sino estar bajo el control de la naturaleza caída.[1]

Estar en la carne se contrapone a estar salvado. La carne es muerte (8:6) y enemistad contra Dios (8:7). La persona en la carne no puede agradar a Dios (8:8) y morirá (8:13). Estar en la carne es la misma condición descrita en 7:7-25 (ver 7:14, 18, 25).

8:12-13 son la conclusión. No debemos vivir según la carne, ya que la persona que vive según la carne morirá, lo que significa recibir el juicio de Dios (ver 1:17). Debemos matar las obras pecaminosas del cuerpo. Ya que una persona que es controlada por la carne no es un seguidor de Jesús, se debe acabar con el pecado por el poder del Espíritu.

► Un alumno debe leer Romanos 8:1-13 al grupo.

Notas Versículo por versículo

(8:1) La persona que sigue al Espíritu no está condenada. La persona que sigue la carne está condenada y no está en Cristo.

(8:2) La ley del Espíritu de vida es que la persona que es perdonada es aceptada por gracia y tiene vida espiritual. La ley del pecado y de la muerte es que la persona que será juzgada por la ley será condenada a muerte.

[2](8:3) La ley proporcionaba los requisitos; no proporcionaba el poder. El incrédulo no podía cumplir la ley; por lo tanto, era imposible que la ley fuera un medio de salvación. Dios envió a su Hijo como libertador.

(8:4) No olvidamos la ley de Dios, sino que la obedecemos por el poder del Espíritu.

(8:5) Cada persona sigue su propia naturaleza. Si no ha recibido vida espiritual, es controlado por la carne.

(8:6) Estar controlado por la naturaleza pecaminosa es estar bajo condenación. La alternativa es caminar en el Espíritu, obedeciendo a Dios. No existe la opción de ser perdonado mientras se sigue en el pecado.

(8:7-8) La persona con la naturaleza carnal es naturalmente enemiga de Dios, porque mientras esté controlada por la naturaleza pecaminosa no puede someterse a Dios. No es aceptable para Dios en esa condición.

► Enumera algunos de los detalles de la descripción de la persona que está en la carne.

[3](8:9) Estar en la carne significa estar bajo el control de una naturaleza caída y pecaminosa. El creyente ya no está en la carne. Todavía tendrá tentaciones de la carne, pero no está bajo su control, y tiene poder para resistir la tentación. Este verso nos dice que este poder esta ahi porque el Espiritu de Dios esta ahi. Una persona no debe pretender ser guiada y ungida por el Espíritu si no tiene victoria sobre el pecado.

(8:10-11) El cuerpo humano sigue afectado por el pecado de Adán y nuestros propios pecados del pasado. Por lo tanto, sus deseos pueden ir en la dirección equivocada. No podemos confiar en que los deseos de nuestro cuerpo nos guíen. Pero el mismo poder que resucitó a Jesús obra en nosotros y nos da vida para que nuestros cuerpos obedezcan a Dios. La debilidad del cuerpo no es una excusa para pecar, porque el poder de Dios es mayor.

(8:12-13) Seguir la carne conduce a la muerte espiritual. Por el Espíritu matamos las acciones pecaminosas del cuerpo, poniéndoles fin. Sólo las personas que hacen eso son las que viven, las que escapan al juicio de Dios. No existe aquí el concepto de una persona que es perdonada y aceptada por Dios mientras elige seguir cometiendo pecado.


[1]La sección de la Lección 7, "Definiendo Carne/Carnal" es muy importante para entender este pasaje.
[2]

"Los seres humanos nos sentimos cómodos con lo que es exterior, visible, material y superficial. Lo que le importa a Dios es una obra profunda, interior y secreta del Espíritu Santo en nuestros corazones".

- John R.W. Stott
El mensaje de Romanos:
La buena nueva de Dios para el mundo

[3]

"Un buen apetito, bajo control, promueve la salud y la utilidad. El mismo apetito, esclavizando a toda la persona y gobernando la vida, trae esclavitud y pecado."

- Wilbur Dayton