Romanos 6 trata de la liberación del poder del pecado. Para entender el arrepentimiento y la victoria, debemos entender lo que es el pecado.
► ¿Qué es el pecado?
La Biblia suele hablar de las acciones pecaminosas como voluntarias (1 Juan 3:4-9, Santiago 4:17). Cuando una persona elige desobedecer a Dios a propósito y a sabiendas, eso es pecado voluntario.
Hay violaciones inconscientes o accidentales de la ley absoluta de Dios que no afectan nuestra relación con Dios como lo hace el pecado deliberado. Al caminar en la luz (vivir de acuerdo con la verdad que conocemos), somos limpiados de todo pecado (1 Juan 1:7) y no necesitamos temer que violaciones desconocidas nos separen de Dios.
Este pasaje habla principalmente del pecado voluntario, que destruye la fe y daña la relación con Dios.
La cuarta parte de Romanos (Romanos 6-8) trata de la santificación de los que han sido justificados.
Hasta este punto, Pablo ha estado hablando de la justicia imputada. Esta es la justicia que es acreditada al creyente en lugar de sus pecados pasados. Ahora comienza a describir la justicia impartida. La justicia impartida también es dada por gracia en el momento de la justificación y significa que el creyente se vuelve realmente justo al ser liberado del poder del pecado y asistido por el Espíritu Santo para vivir una vida santa. Por lo tanto, el creyente no sólo es considerado santo, sino que es hecho santo; esto se llama santificación.
En esta lección estudiaremos Romanos 6, que trata de la victoria sobre el pecado.
Punto principal del capítulo 6
El creyente es libre de la esclavitud del pecado y debe elegir vivir victoriosamente sobre el pecado y en obediencia a Dios, no sea que vuelva a estar bajo el control del pecado.
Resumen del capítulo 6
Romanos 6 es la respuesta de Pablo a una idea equivocada que tiene mucha gente: La idea equivocada es que debido a la gracia, los creyentes no necesitan vivir en obediencia a las leyes de Dios. Este error se basa en una comprensión errónea de la gracia. Pablo responde a este error formulando y respondiendo dos preguntas hipotéticas (6:1, 15).
Cuando algunas personas leen 5:20, razonan que debemos seguir pecando, para que podamos tener más gracia (6:1). Parecen pensar que como nuestro registro de pecado es reemplazado por la justicia imputada, no importa si seguimos pecando.
Hay otra razón por la que algunas personas piensan que los creyentes no necesitan vivir en obediencia a las leyes de Dios. Somos aceptados por gracia y no por nuestras acciones. Esa es la razón por la que piensan erróneamente que no importa lo que hagamos (6:15).
Pablo rechazó enérgicamente el razonamiento de ambas preguntas hipotéticas. Respondió con una explicación de por qué es tan importante la victoria sobre el pecado.
► Un alumno debe leer Romanos 6 al grupo.
Notas Versículo por versículo
(6:1) Aquí el apóstol hace una pregunta que alguien podría hacerse después de oír que la gracia ha abundado más que el pecado. Alguien podría pensar que el pecado es en realidad bueno en sus resultados porque hace un camino para más gracia. Esta idea sería que somos libres de vivir despreocupadamente en el pecado.
(6:2) El apóstol reaccionó a la pregunta como si fuera escandalosa. Luego explicó que no es posible que sigamos viviendo en pecado, porque estamos muertos al pecado.
(6:3-5) No continuamos en el pecado porque estamos unidos a Cristo en su muerte y resurrección. Como explica Romanos 5:15-19, Jesús llevó a cabo la obra de la salvación por todos nosotros. Por la fe nos unimos a él, de modo que el favor de Dios se extiende a nosotros como a Cristo.
Jesús murió al pecado una vez, y luego vive para Dios. La muerte de Jesús fue por nuestro pecado y no por el suyo, pero el punto es que el asunto del pecado estaba terminado. Por la fe, hemos muerto y hemos resucitado con él; de modo que también nosotros hemos terminado con el pecado.
El bautismo es una representación de la muerte y resurrección de Jesús, que simboliza nuestra participación.
(6:6) El viejo hombre representa la vida pecaminosa anterior a la conversión. (En una sección posterior de esta lección se explica el concepto del viejo hombre). La vida de pecado termina por completo, de modo que ya no somos siervos del pecado.
Observe los términos utilizados en este pasaje sobre lo que le ha sucedido al pecado: está muerto, crucificado y destruido. Los términos comunican victoria total sobre el pecado.
(6:7-11) El énfasis de estos versículos es que el control del pecado termina para el creyente. La ilustración es la muerte. Una persona que está muerta está libre del pecado, y nosotros debemos tener una experiencia espiritual que es como la muerte.
Después de la resurrección, Jesús no volvió a morir y no sigue muriendo. El terminó con la muerte. Debemos morir completamente al pecado y terminar con él y liberarnos de él. La muerte al pecado debe ser terminada, entonces vivimos para Dios.
La unión del cristiano con la muerte de Cristo al pecado, su sepultura y posterior resurrección que Pablo describe en Romanos 6:1-23 libera al cristiano del poder y la esclavitud del pecado. Es declarado muerto al pecado (Romanos 6:2) y liberado de él (Romanos 6:7). Estar muerto al pecado es ya no estar bajo el poder o control del pecado. Por la fe, el creyente debe considerarse muerto al pecado, pero vivo para Dios en Jesucristo (Romanos 6:11). Esto significa que el cristiano debe poner en experiencia personal lo que Dios declara que es verdad acerca de él. No debe permitir que el pecado siga reinando en su cuerpo (Romanos 6:12), ni utilizar los miembros de su cuerpo como instrumentos de iniquidad (Romanos 6:13a). Al contrario, debe presentarse a sí mismo como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios (Romanos 12:1), y utilizar los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia (Romanos 6:13, 19).[1]
En Romanos 6:11, considerar es un término factible. Es afirmar lo que es verdad. No es una afirmación de pretensión. El apóstol no está diciendo a los creyentes que digan algo que no es verdad. Un creyente debe darse cuenta de que está completamente liberado del pecado como si estuviera muerto, y debe elegir vivir en completa libertad del poder del pecado.
► ¿Qué significa considerarse muerto al pecado?
El resto de este capítulo explica otra razón por la que la victoria sobre el pecado es importante. No somos esclavos del pecado, sino esclavos de Dios. No se puede servir a ambos. Cuando eras esclavo del pecado, no hacías justicia (6:20). Ahora eres libre del pecado y esclavo de Dios; por lo tanto, vives en santidad (6:22).
(6:12-13) Aquí vemos un contraste. Si no tenemos victoria sobre el pecado, el pecado nos dominará. Los creyentes no son controlados por los deseos pecaminosos. Usar tu cuerpo para acciones equivocadas es rendirlo a la autoridad del pecado. En cambio, tu cuerpo pertenece a Dios y debe ser usado para Él.
(6:14) Estar bajo la ley significa depender de la obediencia a la ley para ser aceptado por Dios. Esa persona carece de la gracia salvadora y, por lo tanto, es juzgada sobre la base de las obras. Porque nadie sin la gracia puede ser victorioso sobre el pecado, estar bajo la ley significa estar condenado y bajo el poder del pecado. Estar bajo la gracia significa depender de la gracia para ser aceptado por Dios. La persona bajo la gracia no está bajo el poder del pecado. Estar bajo la ley o bajo la gracia no se refiere a estar en el Antiguo Testamento o en el Nuevo Testamento.
► Pide a los alumnos que vuelvan a explicar con sus propias palabras qué significa estar bajo la ley.
(6:15) Aquí el apóstol hizo una pregunta que alguien podría hacer después de oír que no estamos bajo la ley: "¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley?". La persona está pensando que si nuestra aceptación ante Dios no se logra por nuestra obediencia, entonces la obediencia no es necesaria. Pablo reacciona a la pregunta fuertemente.
Pablo no explicó directamente por qué la gracia no cubre automáticamente el pecado continuado. En cambio, explicó que una persona no puede ser siervo de Dios si está bajo el poder del pecado.
(6:16) Es imposible servir tanto a Dios como al pecado, porque eres esclavo de aquel a quien obedeces. Si obedeces al pecado, el pecado es tu amo, lo que significa que Dios no es tu amo. El apóstol Pedro dijo que todo lo que vence a una persona la esclaviza (2 Pedro 2:19). No puedes ceder al pecado sin convertirte en esclavo del pecado.
(6:17-18) Los creyentes han sido liberados del poder del pecado y ahora sirven a la justicia. Ellos experimentaron esta liberación al obedecer el evangelio. Una vez más, se afirma que para servir a la justicia era necesario que fueran liberados del pecado.
Todo el capítulo presenta un contraste total entre estar atado por el pecado y vivir en victoria. Nunca se da a entender que es posible que un creyente esté bajo el poder del pecado o que un pecador sea justo mientras sigue pecando. Sería difícil encontrar una forma en la que Pablo pudiera haberlo dicho de forma más definitiva.
(6:19) Dijo que lo está explicando en términos humanos para que puedan entenderlo. Anteriormente cedieron al pecado, lo que los llevó más profundamente al pecado. Ahora, deben ser justos en sus acciones, lo cual es necesario para la santidad. Una persona no se santifica por hacer lo correcto, pero no es santa si no hace lo correcto.
► ¿Cómo explicarías la imposibilidad de servir a Dios y vivir en pecado al mismo tiempo?
(6:21-23) El pecado no produce ningún bien, sino que termina naturalmente en la muerte. El pecador se gana la muerte; la muerte es la paga del pecado. El creyente no se gana la vida eterna, porque no puede ganársela; la recibe como un don de la gracia.
[1]Este párrafo ha sido escrito por el Dr. Allan Brown.
La base de la seguridad personal de la salvación
Algunos piensan que una vez que un individuo ha aceptado a Cristo, su salvación está asegurada incluso cuando su estilo de vida contradice completamente la afirmación.[1] Aun cuando el reclamo de salvacion no se ha traducido en transformacion de vida; aun cuando no se puede ver ningun fruto de arrepentimiento y conversion; y aun cuando la persona se niega a convertirse en un verdadero discipulo de Jesus, puede reclamar falsamente la salvacion. Este es un engaño mortal y es contradicho por muchas escrituras.
Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. (Hebreos 10:22).
Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo (1 Pedro 1:5).
De estos pasajes aprendemos que la seguridad bíblica de la salvación depende de la fe:
La seguridad de la salvación depende de la fe que comprende - "plena seguridad". La seguridad comienza con una clara comprensión del evangelio
(1 Corintios 15:3-4). Esta es la "plena seguridad de comprensión" de la que también se habla en Colosenses 2:2. La salvación es sólo por gracia, mediante la fe en la muerte sustitutoria de Cristo en nuestro favor (Efesios 2:8-9). El requisito para la salvación no es la perfección sin pecado (nadie cumpliría los requisitos) ni sentirse salvo todo el tiempo, sino la confianza constante en el mérito de Cristo y en la obra completa de redención, incluso cuando fracasamos. Una pasión por la fidelidad seguirá a una fe salvadora genuina.
La seguridad de la salvación depende de la fe sincera - "un corazón verdadero". Un convertido sincero es aquel cuyo corazón ha sido "purificado de mala conciencia" (Hebreos 10:22). La culpa y la vergüenza han sido removidas y reemplazadas con paz y amor. Un convertido sincero es también aquel cuyo cuerpo ha sido "lavado con agua pura", porque las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17). Un convertido sincero es también aquel que reconoce y confiesa sus faltas y pecados para ser perdonado y liberado de ellos (Mateo 6:12, Santiago 5:16).
La seguridad está condicionada a la fe viva - "por el poder de Dios están siendo guardados a través de la fe" La idea es la misma que la defensa de un castillo o fortaleza. El poder divino de Dios defiende, preserva y finalmente nos llevará al triunfo. Es el poder de la sangre purificadora de Cristo y el poder de su resurrección del que nos apropiamos por la fe lo que preserva nuestras almas para la vida eterna. La única fe que salva realmente es la fe que persevera; la fe que confía constantemente en Cristo y en su obra consumada en la cruz. La fe no es una obra, sino una condición para la salvación. El escritor de Hebreos lo expresó así: "Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6).
Mucha gente cree que imponer requisitos a la salvación es legalismo, pero Jesús y todos los escritores del Nuevo Testamento enseñaron claramente la necesidad de una fe continua.
Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos (Juan 8:31).
Si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído (Colosenses 1:23).
Mas mi justo vivirá por la fe, y si retrocede, mi alma no se complacerá en él (Hebreos 10:38).
Guardando la fe y una buena conciencia, que algunos han rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe. (1 Timoteo 1:19).
Al describir la seguridad de la salvación, John Wesley dijo,
Mi consuelo no se basa en ninguna opinión, ni en que un creyente pueda o no pueda apartarse, ni en el recuerdo de nada de lo que se hizo en mí ayer, sino en lo que es hoy, en mi conocimiento actual de Dios en Cristo, reconciliándome consigo mismo; en que ahora contemplo la luz de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo; ando en la luz como él está en la luz, y tengo comunión con el Padre y con el Hijo. Mi consuelo es que por gracia puedo creer en el Señor Jesucristo, y el Espíritu da testimonio a mi Espíritu de que soy hijo de Dios.[2]
► A partir de los conceptos del apartado anterior, ¿cómo explicarías que un cristiano puede tener una seguridad de salvación basada en una fe viva?
[2]John Wesley, "Serious Thoughts Upon the Perseverance of the Saints", en The Works of John Wesley: Letters, Essays, Dialogs and Addresses Vol. X, (Grand Rapids, MI: Zondervan) 295. También disponible en línea en: https://archive.org/details/worksofjohnwesle0010wesl/
El viejo hombre
El término viejo hombre aparece tres veces en las Epístolas. Las tres veces fue utilizado por Pablo. Comparando estas tres ocurrencias en sus contextos podemos ver lo que significa el término.
Colosenses 3:9
Colosenses 3:9-10a dice: " Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y se han vestido del nuevo hombre". Pablo dijo que estos creyentes ya se habían despojado del viejo hombre. No quiso decir que ya eran completamente santos, porque gran parte de Colosenses 3 los llama a la santidad.
Antes dijo a los creyentes colosenses: "Busquen las cosas de arriba... Pongan la mira en las cosas de arriba... Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3:1-3). Continúa diciendo: " consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones..." (3:5). 3:6 dice que tales pecados traerán el juicio de Dios, y 3:7 dice que estos creyentes anteriormente hacían estas cosas. Pablo exigió que no toleraran en absoluto tales cosas en sus vidas. Esto está implícito en la declaración de que deben hacer morir todas esas cosas.
Luego los llamó a despojarse de algunas cosas: ira, malicia, palabras obscenas y otras (3:8). Estas cosas son incompatibles con la vida en Cristo.
Luego llegamos a la afirmación de que debían hacer todo esto porque ya se habían despojado del viejo hombre con sus obras.
Les llamó a avanzar en su fe cristiana describiéndoles rasgos santos (3:12), luego instándoles a la semejanza de Cristo en las relaciones (3:13), y después diciéndoles que se revistan de amor, que lo une todo en perfecta armonía (3:14).
Parece evidente que en este contexto el viejo hombre era la vieja vida que había sido desechada en la conversión. Debido a que habían hecho eso, Pablo creía que podían avanzar hacia la santidad completa.
Efesios 4:22
Este versículo se encuentra en un pasaje paralelo al de Colosenses. En 4:17-19, describe el estilo de vida de los paganos; luego, en 4:20, lo contrasta con la vida de un creyente. 4:21-24 describe lo que significa haber "aprendido a Cristo" (4:20) y haberle oído y haber sido enseñado por él (4:21). Estas cosas incluyen despojarse del viejo hombre y revestirse del nuevo yo. Esto era parte de lo que había sucedido cuando se convirtieron.
Este pasaje de Efesios sigue un patrón similar al de Colosenses 4. Después de la declaración de que despojarse del viejo hombre es parte del evangelio que ya han aprendido, el primer mandamiento de Pablo es que desechen la mentira. Luego menciona la ira, las palabras corruptas y la malicia. Les dijo que fueran amables y perdonaran. Todas estas cosas también fueron mencionadas en Colosenses después de la declaración de que el viejo hombre ya había sido desechado.
El viejo hombre no es algo de lo que el creyente todavía tenga que deshacerse, sino algo que fue desechado en la conversión. Todavía no eran completamente santos, y Pablo les llamó a una santidad completa en sus vidas que fuera coherente con el comienzo que habían hecho cuando se deshicieron del viejo hombre.
Romanos 6:6
En este pasaje Pablo traza un gran contraste entre el incrédulo y el creyente. El punto principal del capítulo es asegurar al seguidor de Jesús que tiene la victoria sobre el pecado. Una razón que dio para probar que el creyente puede vivir victoriosamente sobre el pecado es que el viejo hombre está crucificado. " Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado". Obviamente está diciendo que el creyente puede ser libre del pecado por algo que ya ha sucedido en la conversión.
Conclusión
Entonces, ¿qué significa el término viejo hombre? El viejo hombre es la vida egocéntrica de pecado que una persona deja cuando se convierte.
La persona recién convertida todavía tiene comportamientos y actitudes que son más consistentes con el viejo hombre que con el nuevo. Por eso Pablo les dijo a los creyentes que hicieran más correcciones en sus vidas que fueran consistentes con su rechazo del viejo hombre. El estaba diciendo, "Debido a que ustedes dejaron la vieja vida de pecado, necesitan dejar cualquier comportamiento que no encaje con la nueva vida de justicia."
La provisión de Jesús para nuestra santificación
En Romanos 6:1-10 se nos habla de las provisiones de Jesús para nuestra santificación personal.[1] Cuando nacimos de nuevo, fuimos colocados en Cristo. Todo lo que él murió y resucitó para lograr se convierte en nuestro en él. Esto significa que en Cristo tenemos los recursos para la victoria total sobre el pecado.
Por nuestra unión con Cristo, lo que le pasó a él me ha pasado a mí. Cuando él murió, yo morí. Cuando él resucitó, yo resucité en él. Debido a esta unión viva con Cristo, el creyente tiene una relación totalmente nueva con el pecado. Ahora estamos muertos al pecado. Estamos muertos tanto a los actos del pecado como al principio del pecado. Esta es nuestra relación posicional con el pecado.
Debido a nuestra unión con Cristo, ahora caminamos en novedad de vida porque compartimos su vida resucitada.
Debido a nuestra unión con Cristo, su crucifixión se convierte en mi crucifixión. Porque su muerte derrotó el poder del pecado, ya no estamos sujetos por sus garras a nuestra vida.
¿Qué significa considerar? (Romanos 6:11). En este caso, es un término contable. Significa tener en cuenta lo que hay. La palabra griega se utiliza 11 veces en el Nuevo Testamento, aunque en diferentes pasajes se traduce con palabras distintas. Aquí se refiere a "la apropiación por la fe de la libertad del pecado y la unión con Dios proporcionada en la expiación y resurrección de Cristo".[2] El verbo implica que debemos creer lo que ya es verdad: estamos muertos al pecado.
¿Qué debo hacer para dar cuenta de la verdad de que estoy muerto al pecado y vivo para Dios en Cristo Jesús? Por fe recibo la Palabra de Dios como verdad para mi corazón. Declaro en la autoridad de la infalible e inerrante Palabra de Dios que soy liberado de todo pecado y hecho plenamente vivo para Dios en Cristo Jesús mi Señor.
Como esclavo voluntario de amor a Jesucristo, abandono voluntariamente aquellas actitudes y acciones que eran características de la antigua vida. La entrega total a Jesús es un gozo. Y como resultado de mi relación con Cristo, tengo vida eterna.
Conclusión
Hemos visto que es nuestro privilegio comprado con sangre el tener completa libertad del poder controlador del pecado. Pero más que eso, es el mandato de Dios que seamos victoriosos.
[3]Tal vez usted nunca se ha dado cuenta de esta verdad antes. Dios le ha salvado y estás caminando en novedad de vida; pero encuentra que el pecado sigue apareciendo en su vida. Usted no lo quiere. Pero hay algo dentro de ti que quiere hacer las cosas a su manera. Si este es el caso, sigue los mandamientos de Pablo de considerarte muerto al pecado (6:11) y de entregarte a Dios (6:13).
Entrégale todo el control. Si haces esto, Él promete permitirte vivir una vida libre del poder controlador del pecado. Cree lo que Dios dice y reclama por fe tu libertad del pecado.
► ¿Qué significa la unión con Cristo? ¿Qué debes esperar de tu vida por estar unido a Cristo?
[1]Esta sección ha sido redactada por el Dr. Allan Brown.
[2]W.T. Purkiser, Exploring Christian Holiness, Vol. 1, (Kansas City, Beacon Hill Press), 138
"Al estudiar Romanos 6-8 descubriremos que las condiciones para vivir la vida cristiana normal son cuatro. Son (1) conocer, (2) tomar en cuenta, (3) presentarnos a Dios, y (4) andar en el Espíritu, y se exponen en ese orden."
- Watchman Nee, La vida cristiana normal
Cómo vivir la victoria
¿Te has preguntado alguna vez si es realmente posible vivir en victoria sobre el pecado? Dios ha prometido una gracia capacitadora que compensa con creces nuestra debilidad ante la tentación:
No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres. Fiel es Dios, que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que puedan resistirla (1 Corintios 10:13).
Este versículo nos dice varias cosas importantes.
1. Toda tentación es común a la humanidad. Viene a causa de nuestra humanidad y apunta a alguna debilidad humana. Eso significa que tus luchas no son realmente únicas a ti.
2. Dios conoce nuestros límites. Él sabe cuánto podemos soportar. Nosotros no sabemos realmente cuánto podemos soportar, pero Él sí.
3. Dios limita las tentaciones que nos llegan porque quiere que vivamos en victoria. Algunas personas asumen que la tentación a menudo estará más allá de nuestra capacidad porque somos humanos. Asumen que una victoria consistente es imposible, pero según este versículo no lo es.
4. Dios nos da lo que necesitamos para vivir en victoria. Él proporciona una manera de escapar.
Una conclusión que podemos sacar de este versículo es que Dios quiere que vivamos en victoria. La gracia para vivir victoriosamente se da en respuesta a la fe.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe (1 Juan 5:4).
Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman (Santiago 1:12).
Si entendemos cómo ha sucedido que los creyentes han sido derrotados por la tentación, tal vez podamos entender cómo prevenirla. Una persona que cae en la tentación normalmente se ha dejado llevar por un cierto proceso.
El proceso se describe en Santiago 1:14-15: " cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado...".
John Wesley observó que los pasos hacia el pecado voluntario suelen darse de la siguiente manera.
1. Surge una tentación (del mundo, de la carne o del demonio).
2. El Espíritu advierte al creyente que esté alerta.
3. La persona presta atención a la tentación y su atracción aumenta. (Aquí es donde la persona comete su primer error en este proceso).
4. El Espíritu se entristece, la fe de la persona se debilita y su amor por Dios se enfría.
5. El Espíritu reprende con dureza.
6. La persona se aparta de la voz dolorosa del Espíritu y escucha la voz atractiva del tentador.
7. El deseo maligno comienza y llena su corazón; la fe y el amor se desvanecen; está listo para cometer el pecado exterior.
No debemos suponer que la experiencia de cada persona se ajuste siempre a este patrón. A veces, las personas ceden a una tentación de repente, sin que parezca que hayan pasado por ningún proceso.
Puesto que la tentación aumenta su poder mientras mantiene nuestra atención, el creyente que se toma en serio el mantener la victoria sobre el pecado debe tener su corazón establecido para que pueda rechazar la tentación inmediatamente. La persona que reconoce la tentación de pecar pero vacila en resistirla se pone a sí misma en mayor peligro. Al vacilar, demuestra que su corazón no está completamente decidido a agradar a Dios.
La tentación es un desafío a nuestra fe, porque la tentación nos da la oportunidad de dudar de que la obediencia a Dios sea el mejor camino en ese momento.
► Si un creyente parece incapaz de vivir en victoria sobre el pecado, ¿a qué se debe?
Probablemente se deba a uno o varios de los siguientes problemas.
1. No ve que Dios exige obediencia.
2. No ve ni cree en la promesa de la gracia capacitadora de Dios.
3. No depende de la gracia capacitadora de Dios en lugar de la fuerza personal.
4. Sirve a Dios con obediencia selectiva, en lugar de obediencia completa e incondicional.
5. No ha buscado por gracia tener un solo motivo para hacer la voluntad de Dios (Filipenses 3:13-15).
6. No mantiene disciplinas espirituales que mantengan fuerte su relación de fe con Dios.
7. No mantiene la responsabilidad espiritual en una iglesia local.
8. No medita regularmente en la Palabra de Dios.
9. No ha desarrollado una sensibilidad a la voz del Espíritu Santo en su vida.
Tres hombres solicitaron un puesto de chófer. El primero, queriendo impresionar al posible empleador, dijo: "Soy un conductor tan hábil que si condujera a gran velocidad a pocos metros de un precipicio no tendría que preocuparse". El segundo no quiso ser menos, así que dijo: "Podría conducir a alta velocidad a pocos centímetros de un precipicio sin despeñarme". El tercer aspirante dudó y luego dijo al empresario: "Yo no arriesgaría su vida acercándome al acantilado". ¿Cuál crees que fue contratado?
No deberíamos intentar ver lo cerca que podemos estar de la tentación. Dios quiere darnos pautas personales que nos protejan de nuestras áreas de debilidad. Debemos aprender lo que es peligroso, como ciertos entretenimientos, y mantenernos alejados de esas cosas.
Si un creyente no ha mantenido su relación con Dios, debe arrepentirse inmediatamente y ser restaurado a través de nuestro abogado, Jesucristo (1 Juan 2:1-2). No debe esperar a ningún momento futuro que crea más conveniente. Si él quiere ser restaurado, el Espíritu Santo le está dando ese deseo y lo está atrayendo de regreso a su relación con Dios. Si su arrepentimiento es real, puede ser restaurado inmediatamente.
Dios ya ha hecho la inversión suprema para nuestra salvación, en el sacrificio de Jesús. Él no va a dejar que esa inversión se desperdicie por no darnos la gracia que necesitamos para continuar.
Cinco verdades que hay que conocer y reivindicar
La victoria sobre los actos de pecado es la experiencia normal de un cristiano porque ha sido liberado de la esclavitud del pecado por la muerte, sepultura y resurrección de Jesús.[1] El pecado continuo es el resultado de la ignorancia de la gracia de Dios, el fracaso de permanecer en unión con Cristo, el fracaso de considerarse continuamente muerto al pecado y vivo para Dios, y el fracaso de presentar completa y decisivamente el propio cuerpo a Dios como un instrumento de justicia.
Todo verdadero creyente desea experimentar la victoria sobre el pecado. Esto es así debido al terrible precio que Jesús pagó para salvarnos del pecado. Esto es así debido a la naturaleza destructiva del pecado. La respuesta de Pablo a los que argumentan que "puesto que la gracia abunda para el pecado, ¿por qué no seguir pecando?" es muy contundente. "¡Claro que no!", declara (Romanos 6:1-2). Adoptar una actitud despreocupada hacia la enfermedad del pecado sólo porque Dios ha proporcionado una cura para ella sería como despreocuparse del VIH/SIDA o del cáncer simplemente porque se ha descubierto una cura médica. La cura no nos libraría del período de dolor y enfermedad. Tampoco nos libraría de las cicatrices. Nadie en su sano juicio diría: "Enfermemos para poder recibir la cura". Nadie que haya sido despertado al horror del pecado, a la ofensa del pecado a un Dios santo y al terrible precio pagado por la cura del pecado dirá: "¡Pequemos ya que la gracia lo cubrirá!".
La experiencia de un cristiano de libertad del pecado depende de su conocimiento (Romanos 6:3, 6, 9) y uso de estas verdades:
(1) Como persona pecadora he muerto.
El viejo hombre, la vieja persona pecadora que solíamos ser, murió espiritualmente con Jesús en la cruz y fue sepultado con él en su tumba. Como una persona muerta ya no puede servir como esclavo, el dominio del pecado sobre nosotros ha sido roto. Esta muerte ya ha sucedido. La muerte de nuestra vieja vida pecaminosa ocurrió en el momento en que creímos en la muerte de Cristo por nosotros, nos arrepentimos de nuestros pecados y recibimos su regalo de vida eterna.
Fíjate en estas afirmaciones de Romanos 6:
"Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (6:2).
"...Todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte" (6:3).
"Hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte..." (6:4).
"Si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte..." (6:5).
"Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado" (6:6).
"Porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado" (6:7).
El problema con demasiados creyentes hoy en día es que viven por debajo de su potencial. Muchos creyentes han sido condicionados a aceptar el fracaso como algo normal. Piensan que una vida cristiana victoriosa no es posible y que hay que esperar el pecado continuo. Otros creyentes piensan que no hay tolerancia para el fracaso humano. Esta enseñanza también es devastadora para la fe y ha llevado a muchos a la desesperación o a la hipocresía. Pablo deja claro que la victoria es nuestra a través de la participación en la victoria de Cristo en la cruz.
(2) Dios me resucitó con Jesús para ser una persona nueva.
Jesús venció todo pecado con su resurrección. Es esta vida resucitada la que hemos llegado a compartir por la fe. Por la fe, el pecado ya no tiene el poder de agobiarnos, humillarnos, herirnos o matarnos. Hemos resucitado espiritualmente con Cristo a una nueva vida victoriosa.
"...como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida" (6:4).
"...ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección" (6:5).
"Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él" (6:9).
"Porque en cuanto a que Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto Él vive, vive para Dios" (6:10).
"Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús". (6:11).
"...preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos..." (6:13).
(3) Estoy unido espiritualmente a Jesús.
No sólo mi vieja vida ha sido crucificada con él, y no sólo he recibido una vida nueva como la suya; sino que yo habito en él, y él en mí. (Véase también Gálatas 2:20 y Juan 14-16.) Esto es lo que Jesús promete a cada discípulo: que Dios ha elegido morar en los creyentes por medio del Espíritu Santo. Esta unión y morada es lo que hace posible la victoria sobre el pecado y la vida santa. Esto es lo que hace posible que los creyentes reciban y vivan la vida pura, amorosa, misericordiosa, amable, perdonadora y santa de Jesús.
"Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección" (6:5).
"...nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo..." (6:6).
"Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él" (6:8).
Jesús enseñó a sus discípulos esta unión en Juan 15. La unión espiritual con Cristo es necesaria para nuestro éxito en la vida cristiana.
(4) Debo poseer por fe la victoria que Dios me ha dado.
Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. (6:11).
Considerar es contar esto como verdad para poder experimentarlo en nuestras propias vidas.
He aquí una ilustración del Antiguo Testamento que nos será útil. Recordemos que Dios no sólo había prometido a los israelitas la Tierra Prometida, sino que se la había dado mucho antes de que la poseyeran realmente. Durante 40 años vagaron por el desierto, viviendo por debajo de sus posibilidades, porque se dejaron llevar por el miedo y no creyeron en Dios. Pero Dios los amó y los condujo a su herencia.
Josué 1:3 dice: "Todo lugar que pise la planta de su pie les he dado a ustedes, tal como dije a Moisés". Unos versículos más adelante, Dios ordena: "Pasen por medio del campamento y den órdenes al pueblo, diciéndoles: Preparen provisiones para ustedes, porque dentro de tres días cruzarán el Jordán para entrar a poseer la tierra que el Señor su Dios les da en posesión" (Josué 1:11).
El pueblo de Dios tenía que poseer, por la fe, la tierra que Dios le había dado. Aunque la victoria sobre los habitantes de Canaán estaba prevista, y en un sentido muy real ya se había completado, Israel sólo experimentaría esta victoria a través de la fe obediente. Los creyentes del Nuevo Testamento vencen de la misma manera; considerando, por fe, la victoria que Cristo Jesús ha logrado para nosotros y poseyendo las promesas.
(5) Debo presentar mi cuerpo a Dios.
Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias; ni presenten los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia. (Rm 6,12-13).
► Varios alumnos deben explicar el significado de las cinco verdades del artículo anterior.
El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas? (Romanos 8:32).
Y a Aquel que es poderoso para guardarlos a ustedes sin caída y para presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría, 25 al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 24-25).
Preguntas de repaso de la lección 6
(1) ¿Por qué es importante entender qué es el pecado?
(2) ¿Cuál es la definición de pecado voluntario?
(3) ¿A qué idea equivocada está respondiendo Pablo en Romanos 6?
(4) ¿Qué significa estar muerto al pecado?
(5) ¿Qué significa estar bajo la gracia?
(6) ¿Qué significa estar bajo la ley?
(7) ¿Por qué es imposible servir a la vez a Dios y al pecado?
(8) ¿Qué significa el término viejo hombre?
Lección 6 Tareas
(1) Escriba una página explicando qué victoria sobre el pecado es posible para el creyente. Incluya una definición de pecado voluntario y explique por qué la definición de pecado es importante. Responda a las objeciones que la gente hace a la posibilidad de la victoria sobre el pecado.
(2) Tienes que terminar tus tres presentaciones de sermones o lecciones.
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