En la Lección 1, vimos que Dios es un comunicador, y Dios usa la comunicación humana para lograr sus propósitos. En la Lección 3, vimos que Dios ha escogido la locura de lo que predicamos para salvar a los que creen (1 Corintios 1:21). En el libro de los Hechos, vemos que Dios obró a través de la predicación de hombres como Pedro, Esteban y Pablo para alcanzar al mundo con el evangelio.
Predicar es importante. Los que hemos sido llamados a predicar tenemos la responsabilidad de hacerlo con la mayor eficacia posible. Aunque el poder de la predicación proviene en última instancia de la unción del Espíritu Santo, debemos prepararnos lo mejor posible. Un predicador debe tener la meta de ser un "obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15).
La predicación es una habilidad que puede desarrollarse. Al igual que otras habilidades, la predicación utiliza ciertas herramientas y técnicas. En las páginas siguientes, estudiaremos procesos para preparar, presentar y conservar sermones. Nuestra diligencia no sustituye el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, nos prepara para ser usados por él.
Primera preparación de los sermones
Toma notas
Cuando sepas que vas a predicar sobre un versículo o tema específico, empieza a escribir las ideas que te vengan a la mente, como preguntas, escrituras relacionadas, observaciones, citas, aplicaciones, ilustraciones, historias o cualquier otra cosa que se te ocurra. Escriba estas ideas a medida que se le ocurran, sin intentar organizarlas. Ya organizarás tus ideas más adelante, pero de momento escríbelas lo más rápida y completamente posible.
Escribe el tema
El tema es un resumen de una frase de lo que quiere decir en el sermón. El tema le ayuda a centrarse en lo que quiere conseguir con el sermón. Si no tiene un objetivo concreto, es probable que no consiga gran cosa.
Escribe varios temas posibles. Sigue escribiendo hasta que encuentres el que mejor se adapte a tu sermón.
► Practica esta habilidad. Lee los siguientes textos de las Escrituras: Gálatas 5:16-26, Filipenses 2:1-11 y Apocalipsis 3:14-22. Para cada texto, escribe un tema de una frase que sea apropiado para un sermón sobre el texto.
Una vez decidido el tema, todo lo demás del sermón debe estar relacionado con él. Cada punto y subpunto, cada ilustración y cada punto de aplicación deben relacionarse de algún modo con el tema. A medida que prepare el sermón, puede que necesite revisar el tema para que exprese mejor el énfasis de su material.
El tema puede repetirse muchas veces a lo largo del sermón. Al final de cada uno de los puntos principales, y a veces incluso en medio de ellos, se repite el tema. Si ha desarrollado adecuadamente el sermón, el tema se relacionará con cada sección del sermón.
Utilizar el tema
Comience a escribir los puntos del bosquejo. Los puntos del bosquejo deben ayudar a explicar el tema. Todo buen bosquejo tendrá de dos a cinco puntos, así que ve anotando puntos que podrían convertirse en puntos de tu bosquejo.
A estas alturas, es posible que hayas escrito varias páginas de información. Esta información puede o no ir en el sermón final, pero las notas estimularán tu creatividad mientras preparas el sermón.
Escribir un bosquejo sencillo para el sermón
El bosquejo debe basarse en el tema.
Cada punto y subpunto del bosquejo debe basarse en el tema que hayas elegido para el sermón. Esto ayuda a centrar la mente de la congregación en el mensaje principal que quieres comunicar.
Lee el Salmo 146 y luego estudia este bosquejo para un sermón titulado "Alabado sea el Señor". El tema de este sermón expositivo es la alabanza al Señor.
Observe que los cuatro puntos principales están relacionados con el tema de la alabanza al Señor. Si está predicando sobre la alabanza al Señor, sería inapropiado incluir un punto sobre la importancia del bautismo. Cada punto del bosquejo debe basarse en el tema del sermón.
Ejemplo de bosquejo para un sermón expositivo
Título: Alabado sea el Señor
Texto: Salmo 146
A. Alabamos a Dios por lo que es (146:1-5).
1. Él es Yahvé (146:2a).
2. Él es Elohim (146:2b).
3. Es el Dios de Jacob (146:5).
B. Alabamos a Dios por lo que ha hecho (146:6a).
1. Dios hizo el cielo.
2. Dios hizo la tierra.
3. Dios hizo el mar.
4. Dios hizo todo lo demás.
C. Alabamos a Dios por lo que está haciendo (146:6b-9).
1. Preserva la verdad (146:6b).
2. Ejecuta el juicio en favor de los oprimidos (146:7a).
3. Da de comer a los hambrientos (146:7b).
4. Libera a los prisioneros (146:7c).
5. Otorga la curación física (146:8a).
6. Anima a los desanimados (146:8b).
7. Ama a los justos (146:8c).
8. Ayuda a los necesitados (146:9a).
9. Él se lo pone difícil a los malvados (146:9).
D. Alabamos a Dios por lo que hará (146:10).
1. ¿Qué hará Dios? "El Señor reinará para siempre..."
2. ¿Cuál debe ser nuestra respuesta? "Alabar al Señor".
El bosquejo debe tener pensamientos paralelos.
Un error frecuente de los predicadores es preparar bosquejos que no son paralelos. Esto hace que sea más difícil para los oyentes seguir el pensamiento del sermón. Mire este bosquejo de sermón titulado "Jesucristo: Un Sumo Sacerdote Comprensivo" basado en Hebreos 8.
Ejemplo de bosquejo no paralelo
Título: Jesucristo: Un Sumo Sacerdote comprensivo
Texto: Hebreos 8
A. El sacerdocio en el culto de Israel
1. Tres cargos ungidos en Israel
a. El Rey
b. El Profeta
c. El Sacerdote
2. Los ministerios del sacerdote en el culto de Israel
B. Jesús - Un Sumo Sacerdote Perfecto
1. Jesús: un sumo sacerdote hecho por Dios
2. Jesús: un sacrificio perfecto
3. Jesús fue directamente a la presencia de Dios en el cielo, el tabernáculo eterno
C. Jesús - El Mediador Perfecto
1. Jesús es el mediador entre Dios y los hombres.
2. Comprende perfectamente al hombre y puede representarlo fielmente ante Dios.
Hay dos problemas con este bosquejo:
1. El segundo y el tercer punto principal son paralelos entre sí, pero no lo son con el primer punto.
2. Bajo el segundo punto general, hay tres subpuntos. Los dos primeros son paralelos; tienen "Jesús" con dos puntos después de la palabra y luego una descripción de Jesús. Sin embargo, el tercer punto es una frase completa.
Compare este sermón con el anterior, "Alabado sea el Señor". Verá que el sermón anterior es más fácil de seguir.
1. Cada punto principal comienza con la frase "Alabamos a Dios por...".
2. Los subpuntos son paralelos entre sí:
El primer conjunto comienza con la frase "Él es".
El segundo conjunto tiene la frase "Dios hizo".
El tercer grupo tiene "Él" con un verbo de acción en presente como "Él preserva" y "Él ejecuta".
Escribir un bosquejo claro basado en el tema del sermón tiene muchas ventajas.
1. Los bosquejos estructuran el sermón. Un bosquejo es un plan de organización.
2. El bosquejo te permite centrarte en el tema principal. Sin un buen bosquejo que le guíe, es fácil desviarse del tema. Sin embargo, un buen bosquejo basado en el tema mantendrá el sermón centrado.
3. El bosquejo ayuda al oyente a entender y recordar el sermón. Aunque no vean el bosquejo, percibirán la organización. Un buen bosquejo ayuda al oyente a recordar el sermón durante más tiempo porque el bosquejo refuerza el tema. Si hacemos que sea fácil recordar el mensaje del sermón, Dios puede hablar la verdad a los oyentes durante los días posteriores a la predicación.
Un buen bosquejo requiere trabajo extra, pero al final vale la pena. Forma parte del duro trabajo de ser un obrero que no tiene por qué avergonzarse. Afortunadamente, cuanto más tiempo trabajes en ello, más fácil te resultará.
► Para entender cómo un patrón nos ayuda a recordar información, intenta memorizar cada una de las siguientes listas. ¿Cuáles te resultan más fáciles? ¿Por qué?
Números: 24, 15, 3, 30, 9, 6, 18, 27, 12, 21
Números en orden (contar de tres en tres): 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24, 27, 30
Nombres: Esdras, Caín, Balaam, Gabriel, David, Félix, Adán
Nombres en orden alfabético: Adán, Balaam, Caín, David, Esdras, Félix, Gabriel
Escribir el sermón
Escribe un bosquejo extenso para el sermón
Un bosquejo extendido amplía el bosquejo con el que empezaste. El bosquejo ampliado utiliza oraciones completas, pero organiza los pensamientos en un formato de bosquejo en lugar de un formato de párrafo. Un bosquejo extendido es fácil de usar en el púlpito. Cuando tienes los puntos, subpuntos y otros detalles organizados bajo el punto que están apoyando, es fácil ver el punto y los subpuntos que necesitan hacerse.
Escribe la introducción.
La introducción debe estar completamente redactada. La introducción es lo primero que escuchará el público. Si no capta la atención de la audiencia en los primeros momentos, es posible que no tenga oportunidad de captar su atención más adelante. Aunque no escriba todo el sermón, es bueno que escriba la introducción porque es una parte crucial del sermón.
La introducción de su sermón incluirá normalmente los siguientes puntos generales:
1. Texto de las Escrituras.
2. Observaciones preliminares (a veces antes del texto).
3. Tema. Debe escribir el tema que piensa utilizar en el sermón. A veces puede indicarlo en la introducción; otras, más adelante. Sin embargo, el tema debe destacarse en el bosquejo para recordarle de qué quiere hablar.
4. Antecedentes. En este punto debe ofrecer detalles de fondo que la audiencia necesitará conocer para entender el sermón. Esto puede incluir detalles del trasfondo de la escritura. Puede incluir cosas personales, como la forma en que usted llegó a este texto en particular. Puede ser una declaración sobre la reunión en la que está hablando, especialmente si le han asignado un tema o un texto.
Amplíe su bosquejo original con más detalles.
En este paso se añaden más detalles al bosquejo original. En un bosquejo ampliado, se utilizan frases completas que muestran todos los puntos importantes del sermón. A continuación se presenta un bosquejo de rotulación y numeración adecuado para bosquejar los puntos y subpuntos:
Formato de bosquejo ampliado
I. PUNTO PRINCIPAL DEL BOSQUEJO
A. Punto principal
1. Punto secundario
a. Detalles
(1) Detalles adicionales
(a) Reflexiones adicionales
(i) Más reflexiones
(ii) Más reflexiones
(b) Reflexiones adicionales
(2) Detalles adicionales
b. Detalles
2. Punto secundario
B. Punto principal
II. PUNTO PRINCIPAL DEL BOSQUEJO
Encuentra ilustraciones adecuadas
Una de las mayores diferencias entre un buen sermón y un mal sermón es la forma en que se ilustran. Charles Spurgeon dijo: "El sermón es la casa. Las ilustraciones son las ventanas que dejan entrar la luz". Las ilustraciones dejan entrar la luz y hacen que la habitación sea más cómoda. Una casa sin ventanas puede ser un lugar deprimente.
Las historias tienen muchas ventajas en un sermón.
1. Las historias despiertan interés. La gente suele escuchar atentamente cuando le cuentas una historia.
2. Las historias aumentan la comprensión. A menudo la gente entenderá mejor tu sermón gracias a una buena historia.
3. Las historias ayudan a la aplicación. Una buena historia ayuda al oyente a entender cómo aplicar las lecciones del sermón a su propia vida.
4. Las historias aumentan la memoria. Un oyente recordará una historia mucho después de haber olvidado el resumen del sermón. Una historia bien elegida ilustra claramente el mensaje del sermón, de modo que cuando el oyente recuerda la historia, le recuerda el tema del sermón.
5. Las historias son una técnica didáctica natural. La gente está acostumbrada a escuchar historias y responderá positivamente a ellas. Los mejores predicadores y maestros son los que saben contar buenas historias. Sería muy difícil encontrar a una persona a la que no le guste escuchar una buena historia.
Jesús fue un maestro en el uso de historias e ilustraciones. Contaba historias del pasado, historias de la vida cotidiana e historias tradicionales que eran bien conocidas en su época. También utilizó imágenes de la vida cotidiana para ayudar a sus oyentes a entender su mensaje.
¿Por qué contó Jesús tantas historias? Porque es el Creador y entiende nuestra naturaleza. Entiende que aprendemos mejor a través de las historias.
► Para entender cómo las historias nos ayudan a recordar lecciones, piensa en cada una de estas historias de Jesús. Sin buscar la historia en la Biblia, ¿puedes recordar la lección que Jesús enseñó utilizando la historia?
El buen samaritano
El hijo pródigo
El rico y Lázaro
La oración del publicano y el fariseo
Deberías esforzarte en recopilar buenas ilustraciones e historias e incluirlas en tus sermones. Es bueno escribir las historias por completo, para saber exactamente cómo contarlas en el púlpito.
Aunque no repita sermones a menudo, puede contar algunas historias repetidamente. Si desarrolla una buena historia que ilustra un punto determinado, no hay razón para no utilizarla para ilustrar el mismo punto en un sermón diferente, especialmente ante un público distinto. Si repite una buena historia, nadie se levantará y se marchará. De hecho, a algunos niños les gusta oír predicar a ciertos evangelistas porque cuentan repetidamente las mismas historias maravillosas. Estamos dispuestos a escuchar canciones cantadas repetidamente. La mayoría de la gente está dispuesta a oír historias contadas de nuevo.
Siempre existe el peligro de que un predicador simplemente intente entretener con sus historias. El entretenimiento no es una razón adecuada para utilizar historias en los sermones. Sin embargo, las historias son muy útiles para mantener la atención de la congregación y para dejar claros los puntos del sermón.
► La clase debe practicar la búsqueda de buenas ilustraciones para algunos textos de sermones conocidos. Pida a los alumnos que busquen una historia que ilustre el punto principal del texto bíblico:
Deuteronomio 6:7-9. La importancia de enseñar y discipular a nuestros hijos
Mateo 6:1-18. La motivación para dar, orar o ayunar
Romanos 5:6-8. El amor de Dios por el pecador
Santiago 3:5-6. El poder de la lengua
Cuanto más largo sea el sermón, más útil será contar buenas historias. En cuanto empieces a contar una historia, los que estén dormidos se despertarán; los que hayan estado pensando en otras cosas volverán a centrar su atención en lo que estás diciendo, y los que hayan estado escuchando se alegrarán por el cambio.
He aquí algunas sugerencias para preparar y contar historias:
1. Practica tus historias. Esto es especialmente importante si no eres un buen narrador.
2. Haz que la historia sea lo más realista posible. No hables de "Persona 1" y "Persona 2". Da nombres reales y describe la historia de la forma más realista posible, aunque tengas que cambiar el nombre o las circunstancias para preservar la confidencialidad.
3. Intente mantener algún elemento de sorpresa en la historia. Nunca digas: "Les voy a contar una historia divertida". Es mejor no contar nada de la historia por adelantado.
4. Utiliza relatos en primera persona. Son relatos de cosas que te han ocurrido a ti o de las que tienes conocimiento personal. Estas historias se cuentan con pronombres en primera persona como yo, me y nosotros. Son las historias más eficaces que puedes contar.
5. No des demasiados detalles. Los detalles deben hacer la historia interesante, pero no deben confundir. Si te detienes a explicar detalles insignificantes de una historia, le restarás importancia al argumento principal. Lo importante es el argumento, no los detalles que no vienen al caso.
6. Elige palabras que tu público entienda. No utilices palabras que tu público no conozca por su entorno o falta de formación.
7. No cuentes historias prestadas como si te hubieran ocurrido a ti. No hay nada malo en tomar prestadas historias de otros. Sin embargo, algunas personas toman prestada una historia que le ocurrió a otra persona y la cuentan como si les hubiera ocurrido a ellos. Si tu público descubre más tarde que ese incidente no te ocurrió realmente a ti, puede hacer tambalear su confianza en otras cosas que has contado.
Aprende a ser un buen narrador. Una regla que todo pastor debería seguir es la siguiente: Nunca prediques un sermón sin contar una historia.
Si quiere trabajar en una sola parte de su predicación durante el próximo año, trabaje en presentar buenas ilustraciones. Su gente notará la diferencia inmediatamente. Si aprende a utilizar historias de manera eficaz en sus sermones, pasará de ser un predicador mediocre a un buen predicador o de un buen predicador a un gran predicador.
Escribe tu sermón completo
Escribir todo el sermón es mucho trabajo. Si predica todas las semanas, es posible que no pueda hacerlo para todos los sermones. Sin embargo, se dará cuenta de que escribir un sermón completo es una buena manera de disciplinarse y mejorar sus sermones. Hay muchas razones por las que una persona debería escribir sus sermones por completo.
Escribir favorece la concentración.
Nuestra mente tiende a desviarse cuando estudiamos. Escribir ayuda a centrar nuestra atención. Cuando estés estudiando, es útil que te obligues a escribir una nota sobre cada versículo o frase, o incluso cada palabra que estés estudiando. La concentración de buscar cosas que escribir le obligará a pensar; pensar le producirá percepciones que no había visto antes. El proceso de anotar los pensamientos produce más pensamientos.
Escribir te ayuda a ver verdades que de otro modo no verías.
Si te obligas a escribir algo sobre cada versículo que estás estudiando, mirarás hasta que veas algo que escribir. Puede que sea algo que nunca hayas visto antes. Si te obligas a escribir 10 cosas sobre un versículo en particular, es sorprendente lo que aprenderás.
Los puritanos eran conocidos por su capacidad de ver mucha verdad en unos pocos versículos de las Escrituras. Obtenían esta información porque pasaban tiempo meditando sobre pasajes bíblicos y escribiendo sus pensamientos. Un pastor puritano, Thomas Boston, escribió un libro entero sobre un versículo del Eclesiastés; "Considera la obra de Dios: Porque ¿quién puede enderezar lo que Él ha torcido?" (Eclesiastés 7:13). ¡Piensa cuánto tiempo debe haber pasado pensando en este versículo y escribiendo sus pensamientos!
Escribir te ayuda a organizar tus pensamientos.
Cuando estudiamos, queremos plasmar por escrito todos los pensamientos que nos vienen a la mente. Nuestros pensamientos grabados se convierten en la materia prima que utilizamos para construir nuestro sermón. Más tarde, organizamos estos pensamientos grabados y los ponemos en el sermón. El proceso de escribir el sermón nos obligará a pensar en esos hechos el tiempo suficiente para ponerlos en orden lógico. Escribir todo el sermón requiere y nos permite organizar nuestros pensamientos.
Escribir preserva un registro permanente de lo que Dios te está enseñando.
El Salmo 137:4-6 insta a los lectores a recordar las bendiciones de Dios.
¿Cómo cantaremos la canción del Señor en tierra extraña? Si me olvido de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su destreza. Péguese mi lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no enaltezco a Jerusalén sobre mi supremo gozo.
Dios no quiere que olvidemos las bendiciones que nos ha dado. Ninguno de nosotros tiene una memoria perfecta; sin embargo, si escribimos las cosas, tendremos un registro de lo que Dios nos enseña a través de nuestro estudio de su Palabra.
Cuando Dios buscó un método para preservar la verdad de una generación a otra, eligió que se escribiera en un libro. Un tribunal escribe cosas como un registro escrito que preserva la opinión del tribunal. Los médicos escriben los diagnósticos que dan a sus pacientes. Los arquitectos escriben los planos de sus edificios y otras estructuras. ¿Es inusual esperar que los predicadores escriban lo que Dios les da, para que tengan acceso a estas mismas verdades en el futuro?
Escribir te proporciona una herramienta útil para ayudar a otras personas.
Siempre habrá personas heridas que necesiten tu ayuda. Si has sido fiel en escribir las lecciones que Dios te ha enseñado, este material puede ser útil al menos de tres maneras.
1. Puedes refrescar tu propia memoria sobre lo que Dios te ha enseñado.
2. Es posible que desees compartir tu sermón poniendo copias a disposición de otras personas. Con frecuencia, la gente pide al autor del curso una copia escrita de uno de sus sermones. Él ha compartido sermones escritos con cientos de personas. Ha recibido muchos informes positivos de quienes han recibido ayuda de uno de los sermones.
3. Escribir es útil para futuros sermones, artículos o libros. Casi todos los libros empiezan con notas varias. Son pocas las personas que simplemente se sientan y escriben un libro de principio a fin. Recopilar las notas de los sermones puede ser el comienzo de una obra mayor.
Registro de sermones
Si vas al médico, te hará un diagnóstico y te tratará. Después, tomará notas de lo que ha diagnosticado y tratado. Cuando vuelvas a ese médico, tendrá un registro de tu historial médico. Los abogados hacen lo mismo. Llevan un buen registro de su trabajo.
El trabajo de Dios es aún más importante que esos trabajos seculares. Es importante que los predicadores aprendan a llevar buenos registros. Los predicadores deben crear un sistema para mantener registros y archivar sus sermones. Aquí hay algunas sugerencias para archivar y mantener registros.
Archivar correctamente sus sermones
Hay varias formas de archivar los sermones. Puede archivarlos por texto, por tema o por fecha. También es posible hacer una combinación de estos métodos.
Ejemplo de organización de un archivo de sermones
Antiguo Testamento
Sermones del Pentateuco
Sermones de los libros históricos
Sermones de los libros sapienciales
Sermones de los Salmos
Sermones de profetas
Nuevo Testamento
Sermones de los Evangelios
Sermones de los Hechos
Sermones de Pablo
Sermones de las Epístolas Generales
Sermones temáticos
Sermones misioneros
Sermones sobre liderazgo
Sermones biográficos
Sermones evangelísticos
Lleve un registro de su predicación
Debe incluir la fecha, el tema o título, el texto y otros detalles. El autor del curso guarda todos sus sermones antiguos en carpetas o en un ordenador. Los sermones actuales los guarda en un cuaderno grande.
Conclusión
La comunicación es a la vez un arte y una ciencia. Es tanto un don de Dios como el resultado del duro trabajo del hombre. La Biblia dice: "A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él" (Lucas 12:48).
Dios ha dado a los predicadores muchas verdades preciosas. Debemos aplicarnos de la mejor manera posible para compartir estas cosas buenas. Toma muy en serio tu responsabilidad de preparar sermones eficaces.
La predicación sigue la regla de la cosecha. Si preparas y plantas bien la semilla, la cosecha será abundante. Si no preparas y plantas la semilla, no puedes esperar una buena cosecha.
Prepara bien la tierra de tu corazón. Siembra las verdades de la Palabra de Dios en tus sermones. Cosecharás la recompensa de una predicación exitosa.
Lección 4 Tareas
(1) Al comienzo de la próxima lección, realizarás una prueba basada en esta lección. Estudia atentamente las preguntas de la prueba para prepararte.
(2) Para esta tarea, practicaremos los pasos para la preparación del sermón. Elija uno de los siguientes textos para practicar.
Salmo 8
Isaías 55:1-9
Juan 3:1-21
1 Corintios 13
(A) Anota las ideas que tengas relacionadas con tu pasaje o tema.
(B) Escribe un tema de una frase apropiado para un sermón sobre el texto.
(C) Utilizando las directrices de esta lección, escribe un bosquejo de sermón para el texto.
(D) Escribe un bosquejo ampliado del sermón.
(E) Busca al menos dos ilustraciones apropiadas para tu sermón.
(3) Como en la Lección 3, presenta este sermón de 8-10 minutos a la clase. Cada miembro de la clase completará un formulario de evaluación que se encuentra al final de esta guía del curso.
Prueba de la lección 4
(1) Enumera cuatro de las cosas que podrías escribir después de decidir el versículo o el tema de tu sermón.
(2) ¿Cuál es el tema de un sermón?
(3) ¿Qué tiene de malo el siguiente bosquejo de sermón? (Elija la respuesta correcta).
No todos los puntos están relacionados con el tema.
El bosquejo no tiene pensamientos paralelos.
No todos los puntos están relacionados con el tema, ni son paralelos entre sí.
El bosquejo no tiene nada de malo.
Bosquejo del sermón
Tema: Alabado sea el Señor
Bosquejo:
A. Alabamos a Dios por lo que es.
B. Alabamos a Dios por lo que ha hecho.
C. Debemos amar a nuestro prójimo.
(4) Enumere las tres ventajas de escribir un bosquejo claro para su sermón.
(5) ¿Es esto verdadero o falso? En un bosquejo extenso, expandes cada punto a una oración completa.
(6) Si un sermón es comparable a una casa, ¿cuáles son buenas ilustraciones?
(7) Enumere tres de las cinco ventajas de usar historias en un sermón.
(8) Enumere tres de las cinco ventajas de escribir un sermón por completo.
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